¿Una nueva guerra entre bancos?

Las grandes entidades se resisten a sumarse a la guerra por el pasivo, en la que sí parecen haber entrado las firmas más pequeñas

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde | ACN La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde | ACN

Hace unos meses, después que el Banco Central Europeo (BCE), como medida para paliar la creciente inflación, subiera los tipos de interés (por entonces al 1,25%) nos preguntábamos que podía pasar con las hipotecas, sobre todo con las de tipo variable. Hoy, con el tipo de interés al 2,5%, y a la espera de futuras subidas, las cuestiones que nos ocupan son otras como, por ejemplo, si los bancos deberían remunerar los depósitos de sus clientes, a tenor del incremento de los precios.

Sin embargo, como consecuencia de casi siete años de tipos oficiales al 0% (y de euríbor en negativo), una política monetaria dúctil y varias operaciones de financiación a largo plazo, a los bancos españoles les sobra el dinero. Y es que, como explica Elisabet Ruiz-Dotras, profesora de Estudios de Economia y Empresa de la UOC, la gran banca “está suficientemente cubierta para hacer frente a la relación entre préstamos y depósitos. Por cada 90 euros prestados tiene 100 depósitos”. Por ello, y pese a las quejas del BCE, el mensaje que está transmitiendo la gran banca es claro: no necesitan liquidez y no van a entrar en la guerra del pasivo.

El mensaje que está transmitiendo la gran banca está claro: no necesitan liquidez y no van a entrar en la guerra del depósito

Es más, parece que las entidades pretenden seguir transfiriendo el dinero de los clientes hacia productos que permitan unos ingresos por comisiones superiores, como son, entre otros, los fondos de inversión, los planes de pensiones o los seguros de ahorro. Con esto "la banca, vía comisiones que aplican, obtiene más rentabilidad", explica Antoni Bisquert, vicepresidente de la Comissió d'Economia Financera del Col·legi d'Economistes de Catalunya. Aunque eso lo ha hecho siempre. “El problema es que, desde 2010, el sector ha estado perjudicado por las preferentes, que generaron mucha desconfianza. Hoy, aunque ha cambiado mucho la regulación en este campo, hay mucha cautela”, recuerda Ruiz-Dotras. Bisquert va más allá y considera que, para el sector, un aumento de la retribución de las cuentas haría menos atractivo invertir en productos donde la rentabilidad no está asegurada.

Toque de atención desde Bruselas

El último discurso del organismo tuvo un marcado tono hawkish, en el que anticipaba al menos dos subidas más del interés para el primer trimestre. Además, en su informe, el organismo alertaba que los precios podrían mantenerse más altos de lo esperado, poniendo en jaque a una economía europea que previsiblemente entrará en recesión.

Por ello, en el mencionado informe, el supervisor recriminó a las entidades que no trasladaran a los depósitos la subida de los tipos de interés. “La transmisión de las recientes medidas de política monetaria a los depósitos se está produciendo con cierto retraso en comparación con la respuesta más inmediata de la rentabilidad de los bonos bancarios”, resaltaba. El toque de atención se produjo después que algún miembro, entre ellos el vicepresidente Luis de Guindos, reclamara que el sector debe, no solo encarecer los préstamos, sino, también, el dinero que pagan por el ahorro. Algo que sí sucede en la mayoría de países de la eurozona, donde la retribución media se sitúa en el 1,26% por el 0,71% del país, como cuenta Bisquert.

El BCE recriminó a las entidades que no trasladaran a los depósitos la subida de los tipos de interés

Europa, de media, paga casi el doble que España. Pero la comparativa es aún peor si solo nos fijamos en las otras tres grandes economías del euro. En Francia e Italia se rozaba ya el 2% en noviembre, y en Alemania el porcentaje se elevaba hasta el 1,43% de media. En la otra cara de la moneda encontramos Grecia y Chipre (donde se paga menos del 0,20%) y Portugal (un 0,35%).

Estas diferencias se pueden deber, entres otras, a dos cuestiones. Primero, como ya hemos comentado, y cuenta Bisquert, por la liquidez de la que aún gozan los bancos españoles después de las ayudas por la pandemia que recibió del BCE. Segundo, porque “el sector se ha convertido en un oligopolio y actúa como un lobby”, dice Ruiz-Dotras. “A ellos no les interesa remunerar más la cuentas y, mientras nadie se queje, la cosa no cambiará”, añade.

La presión sobre los grandes bancos crecerá a medida que la crisis de precios y el posible parón de la actividad aprieten el presupuesto de las familias. Y los ejecutivos bancarios temen que el Gobierno pueda abrir un nuevo frente por la baja remuneración de los depósitos tras el pacto hipotecario precipitado por Calviño.

Ruiz-Dotras: “La gente no tiene tanto dinero como para que la remuneración sea algo notorio. Hay per proteger a quien realmente lo está pasando mal”

¿Deberían tomar medidas las autoridades?

Con todo ¿hay algo que las autoridades puedan hacer? Es cierto que, como explica Bisquert, no cabe una regulación que contemple retribuir las cuentas, y que se trata de una situación temporal que finalizará cuando la liquidez prestada por el BCE deba devolverse o se agote y, ante la alternativa de satisfacer un 2,5%, se prefiera retribuir al pasivo en la línea que lo hace gran parte de la banca europea. Pero mientras esto pasa, hay famílias que lo están pasando mal.

Así, como expone Ruiz-Dotras, el gobierno, que está aplicando medidas pequeñas y de escasa repercussión debería aplicar medidas fiscales de rentas bajas. “La gente no tiene tanto dinero como para que la remuneración sea algo notorio y, en el mejor de los casos, tampoco compensaria la inflación. Pero la subida de tipos, la inflación y el encarecimiento de la energía está ahogando a la famílias. Hay per proteger a quien realmente lo está pasando mal”.

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