Mueran las disciplinas

El Hub de Arte, Ciencia y Tecnología de Barcelona propone trabajar desde la intersección entre todos los ámbitos de la creación para impulsar culturalmente la ciudad

La DJ Alicia Carrera durante la suya el experimento 'Being a curious music mind' en el marco del Sónar al CCCB | ACN La DJ Alicia Carrera durante la suya el experimento 'Being a curious music mind' en el marco del Sónar al CCCB | ACN

"Los silos han estallado", alerta el director ejecutivo de Advanced Music Ventura Barba. El efecto de la pandemia sobre los eecosistemas innovadores – un fenómeno que nos ha hecho "entrar de pleno en el Siglo XXI" – ha forzado la maquinaria de la creación artística, el desarrollo tecnológico y el progreso científico, en un proceso que no ha entendido de paredes ni de atomización del conocimiento. El futuro de la creación, en Barcelona y por todas partes, no es ya que mezcle las disciplinas, sino que rechaza sus distinciones. La capital del país debe entender, según Barba, cuáles son sus principales activos para competir en el entorno global y mantener la atracción de talento. "O empezamos a trabajar en equipos híbridos, antidisciplinarios, o no nos saldremos como ciudad", augura.

La asociación HacTe – Hub de Arte, Ciencia y Tecnología – busca juntar a los actores más relevantes de la cultura, la investigación y la innovación técnica de la ciudad con el objetivo de materializar esta tendencia y resolver la adaptación de Barcelona al nuevo paradigma de la creación. "La idea – explica el director de Arte, Ciencia y Tecnología de la UOC Pau Alsina – es generar un espacio de conocimiento híbrido que una a creadores, investigadores, cultura e industria", y hacer nacer de esta unión un terreno "fértil e interesante" capaz de cambiar estructuralmente la manera en que se crea en la ciudad. En este sentido, Barcelona Tech Spirit reúne algunas de sus figuras principales en un espacio "de complicidad entre instituciones muy diversas", celebra Alsina.

Sanmartí: "No intentamos sencillamente divulgar artísticamente, sino integrar una investigación que, en sí misma, sea también cultural y artística"

"Siempre ha habido científicos que han sido artistas y artistas que han sido científicos", recuerda Lydia Sanmartí-Villa, del equipo de Outreach del Instituto de Ciencias Fotónicas. El organismo, recuerda, hace años que se apoya en propuestas de artistas y creadores para configurar sus estrategias comunicativas y de divulgación. Los objetivos de HacTe, sin embargo, van más allá de esta perspectiva. "No intentamos sencillamente divulgar artísticamente, sino integrar una investigación que, en sí misma, sea también cultural y artística".

"Lo más importante es la consistencia del proyecto", diagnostica Alsina, que ve HacTe cómo una herramienta por solidificar una colaboración que ya se daba intramurs y en espacios más informales. "El Hub es la visualización de algo que ya estaba pasando en el underground, en muchas instituciones y grupos donde ya se trabajaba esta intersección", coincide Barba, que enfatiza la necesidad de irrumpir en el mainstream de la gestión cultural y académica, especialmente con el objetivo de monetitzar los procedimientos. "El business hace de mal decir entre la cultura y la ciencia, pero muchos de nuestros proyectos no saldrán adelante si no su negocios", afirma. Hace falta, así, ampliar los caminos cruzados para incluir un mundo empresarial que "no saque la nariz por la comunidad creativa, sino que entienda que tiene que formar parte de ella".

Barcelona en la Bauhaus

La Barcelona de la hibridación técnica y cultural debe invertir en este tipo de proyectos para integrarse – y optar a liderar – tendencias internacionales que piensan la cultura de la mano de la ciencia y la técnica. "Hay que aprovechar la oportunidad – anima Alsina – de integrarnos en la Nueva Bauhaus europea", el "nuevo proyecto cultural para Europa" que Ursula Von der Leyen imaginaba en el marco de la recuperación después de la pandemia. El escenario que ha dejado la crisis de la Covid, sin embargo, no es lo más sencillo, ni ofrece caminos claros hacia el éxito cultural y científico. "La realidad que nos hemos encontrado es dura – reconoce Barba – y no tenemos tantos caballos ganadores, pero tenemos algunos muy claros".

Barba: "La realidad que nos hemos encontrado es dura, pero Barcelona tiene algunos caballos ganadores muy claros"

La potencia de Barcelona reside, en parte, en las posibilidades que ofrece como en torno a pruebas. "La innovación se tiene que testejar en beta, y los festivales o los congresos son un gran caldo de cultivo para hacerlo – y en esto somos muy buenos", afirma Barba, que ofrece la proyección del Sónar como un entorno de creación y articulación del tipo de procesos que impulsa HacTe. El hub, en este sentido, desarrolla una doble función: "el impulso creativo de la colaboración entre las instituciones y el uso de los grandes entornos culturales para explicar aquello que se hace". Sanmartí comparte la relevancia de esta capacidad comunicativa, considerando que "esta intersección a menudo sirve para acercar la ciencia y la tecnología a personas que no lo considerarían".

Con todo este potencial, pero, "hay ciudad con un 10% del ecosistema barcelonés que se han posicionado muy fuertemente" en las nuevas tendencias culturales, afirma Alsina, que anima las instituciones a no desaprovechar las herramientas de una ciudad que "lo tiene todo para liderar los entornos creativos internacionales, y no en mucho tiempo". Sanmartí, en un sentido parecido, apremia a las administraciones públicas a reconocer las capacidades de las diversas instituciones "líderes" con que cuenta Barcelona. "Si queremos poner Barcelona en el mapa como una de las capitales creativas, las instituciones públicas tienen que apoyarnos", concluye la representante del ICFO.

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