'Superwomen', ¿entre el trampolín y la trampa mortal?

El Observatorio de la Mujer de la Cambra exige "poner el cuidado de la vida y las personas en el centro" porque "sino no saldremos adelante"

La crisis de la covid-19 ha posado de manifiesto la falta de igualdad entre hombres y mujeres | iStock La crisis de la covid-19 ha posado de manifiesto la falta de igualdad entre hombres y mujeres | iStock

"La revolución de las mujeres contra la injustícia de la sociedad patriarcal y machista, organizada y dirigida por hombres que solo tienen en cuenta su visión del mundo", como lo bautizaba antes del estado de alarma la directora del Observatorio Dona, Empresa i Economia de la Cambra de Comerç de Barcelona y presidenta de 50 a 50, Anna Mercadé, no ha hecho más que empezar. Si antes de que la pandemia de covid-19 las mujeres invitadas al Fòrum Hipàtia organizado por Barcelona activa ya decían adiós a la revolución silenciosa, ahora tienen claro que los cambios radicales que ha comportado y comportará la crisis del coronavirus tienen que ser, sí o sí, aquellos que nos permitan avanzar, dejar el miedo de lado y aferrarse a la ilusión y a la motivación que regala un país liderado por mujeres y hombres. "Las mujeres queremos participar". Mercadé lo tiene claro y así lo ha gritado a los cuatro vientos durante una nueva jornada de la Llotja Virtual organizada por el ODEE presidida por Roser Xalabarder y en colaboración con VIA Empresa. "Si no ponemos en el centro el cuidado de la vida y de las personas no saldremos adelante", avisa.

Ya en febrero, volvía a salir a la luz un estudio del Departament de Treball que mostraba datos todavía muy preocupantes para la igualdad: las mujeres cobran de media un 23% menos que los hombres, una brecha salarial que se ve agravada por la parcialidad y la ocupación en sectores en que los salarios son mucho más bajos respecto a otros que están más masculinizados. Después de lamentar que este sesgo es consecuencia de una "falta de corresponsabilidad", la fundadora de Igualando, Mar Gaya, alerta de que la brecha es sólo "el síntoma" y sostiene que esta es "multicausal y sistémica, cosa que supone una gran complejidad a la hora de abordarla".

Més info: Adiós a la revolución silenciosa

Pero, a pesar de que como sentencia Gaya "hay brecha en todas las organizaciones", la fundadora y CEO de Holaluz, Carlota Pi, señala que "poniendo unas condiciones de contorno determinadas, las mujeres no tendremos que elegir entre hacer carrera profesional, ser madre o ser una superwoman", sino que, si el entorno es favorable, es posible "poderte desarrollar desde todos tus ángulos hasta poder llegar a la mejor versión de tú misma". "Este virus nos ha explicado que los actos de una sola persona tienen un impacto en el resto de la humanidad, mírate dentro tuyo y decide tú cada día  enqué tipo de mundo estás", afirma.

Precisamente estas condiciones de las que habla Pi -que todavía faltan en muchos lugares de trabajo, hogares y mentalidades- se han visto reflejadas todavía más durante el confinamiento, cuando el Gobierno dictó a golpe de decreto que todo el mundo quien lo pudiera hacer, trabajara desde casa, cosa que ha puesto en jaque algunas cuestiones sistémicas vinculadas a las figuras femeninas.

Ser mujer en tiempos de covid-19

Si bien es cierto que el teletrabajo ha venido para quedarse, y que si se hace bien "puede ayudar a mejorar condiciones laborales, a poder trabajar por objetivos y a tener un horario flexible", también lo es que "si no lo regulamos muy bien y tenemos muy claro que tenemos que coresponsabilitzar de las curas al otro 50%", puede ser una "trampa mortal para las mujeres". Así de claro lo expone Fina Rubio, expresidenta de la Fundación Surt, que sostiene que, si queremos andar hacia la dirección correcta, es básico y esencial que este cambio de modelo vaya "de la mano de una reorganización social".

Sanmartin: "El teletrabajo sin corresponsabilidad es una trampa, pero con corresponsabilidad es un trampolín"

Si no es así, y cómo dice la general manager de HP, Guayente Sanmartin, "el teletrabajo sin corresponsabilidad es una trampa, pero con corresponsabilidad es un trampolín". Y esto vuelve a convertir esta crisis en una oportunidad, en una oportunidad de innovar y de ir hacia un futuro equitativo e igualitario porque la alternativa está clara y es que "no tendremos nada en un futuro sino se innova". En este sentido, Guayente ha apostado por siete valores claves que tienen que residir en cada uno de nosotros, en todas las compañías y en las administraciones. Valores basados en la compañía, la comunicación, la agilidad, la empatía, la capacidad de adaptarse, el proceso, la aceptación del fracaso, la colaboración y la diversidad. Ingredientes básicos para la receta de la igualdad y el progreso.

De hecho, estos valores han convivido con la pandemia después de que hayan aflorado decenas y centenares de casos basados en la solidaridad con el objetivo claro de ayudar al entorno y a la sociedad. Empresas que se han reinventado para abastecer a los hospitales, otras que han hecho aportaciones millonarias para la investigación, emprendedores que han sumado fuerzas entre ellos y con grandes compañías para redefinir sus líneas de producción... "Como toda situación difícil, nos pone en modo de reflexión", dice Sanmartin.

El debat 'Reconvertir el sistema en clau de gènere: economia i societat' organitzat per la Cambra amb la col·laboració de VIA Empresa

El debate 'Reconvertir el sistema en clave de género: economía y sociedad' organizado por la Cambra con la colaboración de VIA Empresa

Esto, sin embargo, tiene que ir de la mano de la convicción de que "la crisis no la paguemos los más débiles, las mujeres, y que no sea coyuntural, sino que permita salir a largo plazo y tenga como objetivo dejar a la sociedad en mejores condiciones" ante una "situación social, económica y laboral que no tiene salida". Rubio sostiene en este sentido que se tiene que aprovechar el momento para "convertir en motores de la salida los sectores económicos y sociales que hoy se han evidenciado como imprescindibles" y esto también va de "desfeminizar las curas", que ahora recae mayoritariamente en las mujeres.

La crisis de la civilización

Así pues, y según Rubio, esta es "una oportunidad para cambiar de rumbo, un nuevo paradigma que busca organizar el trabajo y la producción en función de la vida, de la satisfacción de las necesidades de las personas y de la cura del entorno, conectando con lo que es la experiencia histórica de las mujeres hasta la actualidad". Este cambio de paradigma se está haciendo cada vez más necesario, a su parecer, "para hacer frente a la crisis civilizatoria que atravesamos que pone en riesgo la supervivencia en condiciones dignas de las mayorías sociales".

Y aquí volvemos al principio, y es que, entre otros cosas, el teletrabajo ha hecho visible "la sobrecarga que llevan las mujeres" que, asegura, "teletrebajamos con puertas abiertas, compatibilizando, compartiendo y haciendo a la vez 40 tareas más de cura, mientras que los hombres hacen teletrabajo a puerta cerrada. Muchas mujeres han tenido que hacer jornadas inaceptables e insostenibles", sentencia la expresidenta de la Fundació Surt.

Mercadé: "Necesitamos un grueso de mujeres para empoderarnos y estructuras de poder porque sino no nos hacen caso"

Por eso, como dice Mercadé, esta crisis "sólo la resolveremos si nos ponemos entre todos y todas, en clave del cuidado de las personas, aprovechando el talento que tenemos y con un co-liderazgo". Y cada vez es más posible puesto que esta "es la primera vez, históricamente, que las mujeres podemos influir en la política y la economía". De hecho, que ella misma lidere el ODEE Cambra ya es un paso importante: "Yo hace tiempo que digo que las mujeres necesitamos, por un lado este grueso de mujeres para empoderarnos, siempre nos ha ayudado saber que todas estamos unidas; y, por el otro, necesitamos estructuras de poder, lobbies importantes porque sino no nos hacen caso".

Porque, como recuerda el director de este diario, Víctor Costa, recordando las palabras de la filósofa feminista Judith Butler, "sea cual sea la libertad por la que luchamos, tiene que ser una libertad basada en la igualdad" y "no podemos encontrar la una sin la otra". Y es que "la libertad es una condición que depende de la igualdad para realizarse" y "esto va de igualdad, de libertad, de justicia, de democracia y de derechos".

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