Joan Laporta, el presidente que no engaña

"El Club debe gestionarse como una empresa familiar"

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En la campaña electoral dijo a todo el mundo que le quiso escuchar que, si él ganaba, su mandato sería totalmente presidencialista y que se rodearía de colaboradores fieles por encima de todo.  Esta misma semana aseguraba que "el Club debe gestionarse como una empresa familiar".  El lunes pasado hizo un año que Joan Laporta ganó las elecciones a la presidencia del FC Barcelona y si hay una cosa cierta es que, en este sentido, ha cumplido sobradamente su palabra. Para bien o para mal Laporta ha ido acumulando mucho poder durante todo este año.

La necesidad de exhibir un perfil que generara imagen de experto en economía en un momento en que el Club rozaba la quiebra, hizo que incorporara Jaume Giró a su equipo. Laporta no se fio nunca porque sabía que en algún momento le podría discutir la presidencia, o al menos eso pensaba Giró. Al día siguiente de ganar las elecciones Laporta ya le dejó las cosas claras: mi vicepresidente primero será Rafa Yuste, que no avalará, por cierto, lo que tú si que tienes que hacer, Jaume, si quieres continuar. Resultado: ruptura al cabo de apenas una semana y primera baja importante en el equipo.

La necesidad de avalar casi 125 millones de euros creó nuevos extraños compañeros de viaje a Jan Laporta: José Elías y Eduard Romeu, los más destacados. Ni se conocían prácticamente, ni habían hablado mucho de ningún proyecto común, ni había ningún punto de conexión más allá de llegar a gobernar en Can Barça y “ja en parlarem”.

La necesidad de avalar casi 125 millones de euros creó nuevos extraños compañeros de viaje a Jan Laporta: José Elías y Eduard Romeu, los más destacados

Cuando en agosto llega la hora de renovar a Messi, Laporta, calcula que cogerá a todo el mundo por sorpresa, aceptará el crédito que CVC ofrece a los Clubes de la LFP a cambio de más del 10 por ciento de sus derechos audiovisuales por un periodo de unos 50 años y con ese dinero renovará al mito argentino.

El lunes 2 de agosto, Tebas anuncia con trompetería la buena nueva del "manná" que llega a los Clubes de la má de CVC.

El guión diseñado prevé que el miércoles, 4 de agosto, sin dar explicaciones ni tiempo de reaccionar a sus compañeros de Junta, Laporta firme la adhesión al contrato de CVC y el jueves, 5 de agosto, el presidente azulgrana pueda rematar la jugada con el crack argentino y su padre, que viaja ilusionado y expresamente a Barcelona desde Miami. Una de las pretendidas jugadas maestras que tanto le gustan a Joan Laporta, acostumbrado a hacer y deshacer a su aire.  El resultado es una pífia monumental que, de momento, ha salido prácticamente gratis al carismático presidente.

Més info: Yo no me creo nada

Florentino Pérez lo estropearía todo porque cuando el lunes 2 de agosto conoce por primera vez los planes de Tebas, Roures y Laporta, llama a capítulo esa misma tarde a Javier de Jaime, responsable del fondo de inversión CVC en España, y se hace explicar todos los detalles de una operación que han hecho a sus espaldas.

Cuando Florentino tiene toda la información hace que su hombre de total confianza en el Real Madrid, José Ángel Sánchez, actual director general del club blanco, llame por teléfono y explique la letra escondida del acuerdo al CEO del Barça, Ferran Reverter, con quien mantiene una relación, profesional y fluida, y que no sabe gran cosa de lo que ha movido su presidente.

Reverter se entera de un hecho esencial de la operación en ese momento: el dinero que el FC Barcelona acepte en aquella operación computa como deuda para un Club que está técnicamente en quiebra. Una absoluta locura financiera. Reverter tiene un dilema descomunal: hace ver que no ha oido nada y deja hacer a su presidente o lo explica todo a los principales avaladores para que frenen la inmensa imprudencia de Laporta? Elige la opción B. Reverter, que no había sido nunca una elección de Laporta, en ese mismo momento empieza a escribir su esquela, que se publicará medio año más tarde, el 8 de febrero pasado.  Por cierto, desde que Reverter cesó en el cargo, el CEO del Barça también se llama Joan Laporta.

Desde que Reverter cesó en el cargo, el CEO del Barça también se llama Joan Laporta

Aún se recuerda el tuit que Javier Tebas hizo el 6 de agosto diciendo que “Hace 72 horas @JoanLaportaFCB me explicaba perfectamente la operación, al ser unas  cuentas en participación y daba su apoyo. ¿Qué pasó?  En el FC Barcelona hay algún ejecutivo que habla mucho con...”.

Ya sabemos qué significó la elección: miércoles 4 de agosto, Laporta no puede firmar el acuerdo con CVC porque Elias y Romeu se lo prohíben y el jueves 5 de agosto, Messi y su padre se quedan de pasta de moniato porque no hay renovación a pesar de que el notario que debía certificar el acuerdo y la nota de prensa que debía anunciar la buena nueva estaban totalmente a punto.  El domingo 8 de agosto, Leo Messi anuncia, entre llantos, que se va del Barça sin entender demasiado bien qué carambas ha pasado.

El día 1 de enero pasado el gobierno español decide que ya no sea obligatorio por ley que los directivos de un Club que no sea una SAD (Sociedad Anónima Deportiva) tengan que avalar el 15 por ciento de los gastos, a Joan Laporta se le abre el cielo. A partir de ese momento puede prescindir, al menos de la opinión, de todos aquellos compañeros de Junta que tuvo que aceptar para que le ayudasen a avalar pero que lo incomodaban cada vez que quería tirar por el camino del medio. José Elías ya dejó recientemente la Comisión del Espai Barça. Veremos hasta cuándo aguanta Eduard Romeu en el Club.

Hay que tener en cuenta también que la Asamblea del Club aprobó mayoritariamente la desaparición de los artículos 66 y 67 de sus Estatutos. El primer artículo ponía un límite del 10 por ciento del presupuesto a cualquier crédito que asumiese el Club. El segundo, el 67, obligaba a la Junta a dimitir si durante dos ejercicios seguidos presentaba una deuda superior a dos veces el Ebitda.

Laporta se ha ido sacando de encima durante este año muchos elementos de control que limitaban su libertad de acción. Cada vez se acerca más a su promesa de hacer un mandato presidencialista, rodeado de colaboradores, por encima de todo, "fieles"

Laporta se ha ido sacando de encima durante este año muchos elementos de control que limitaban su libertad de acción. Cada vez se acerca más a su promesa de hacer un mandato presidencialista, rodeado de colaboradores, por encima de todo, "fieles".  Esta misma semana, Xavier Mas, hasta ahora compliance officer del Club, también ha tenido que dejar su plaza porquè era un nombre propuesto por Ferran Reverter. Le ha tomado el relevo Sergi Atienza, abogado penalista, activo y polémico tuitero, y compañero de despacho y defensor acérrimo del presidente Laporta.  Un compliance officer debe garantizar el cumplimiento de la normativa de la empresa, tener influencia en la dirección de la compañía y evitar que se cometan irregularidades.  ¿Podría ser que la primera irregularidad fuera el propio nombramiento de Atienza?

Ya sólo quedan la comisión de Control y Transparencia, los medios de comunicación y los socios para velar la administración del Club durante los próximos cuatro años y medio que Laporta tiene por delante como presidente del Barça.

Sobran motivos para estar muy atentos.

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