
18
de Diciembre
de
2014 - 05:30
A menudo, cuando alguien se plantea invertir en Bolsa por primera vez le venden al ninguna imágenes de brokers despiadados llamando cosas incomprensibles ante una pantalla en números rojos, ordenadores que emiten órdenes de compra y venta en función de complejos algoritmos informáticos, o las escenas más frívolas de The Wolf of Wall Street (Martin Scorsese, 2013), la película que muestra como alguien puede acontecer millonario a costa de engañar pequeños inversores en operaciones financieras opacas e incomprensibles por la mayoría de los humanos.
Sin embargo, la Bolsa no deja de ser principalmente un instrumento de inversión al alcance de todo el mundo, que permite poder sacar rentabilidad al ahorro y, de paso, hacer una inversión productiva en una empresa y colaborar en la producción de riqueza económica. Así lo ve Sergio Soro, licenciado en Administración y dirección de empresas por Esade y co-fundador de Robustsicav , una Sicav especializada en la inversión a bolsa de compañías de criterio sostenible [no invierte, por ejemplo, ni en emprendidas petroleras ni de armamento), ubicada en Barcelona.
Las Sicav (sociedades de inversión de capital variable) son, junto con los fondos de inversión y sociedades de valores, los dos tipos de entidad colectiva que los ciudadanos tienen a su disposición para invertir en bolsa, como alternativa a hacerlo ellos directamente, a título particular. "El problema de invertir tú solo, imaginamos, 1.000 euros en acciones, es que tienes muy poco juego. En cambio, un grupo de accionistas tiene más capacidad financiera y puede hacer inversiones más diversificadas", explica Soro al salir de las oficinas de Robustsicav.
Por ley, los fondos de inversión se tienen que constituir con un mínimo de tres millones de euros, mientras el mínimo por una SICAV es de 2,4 millones de euros. Los dos organismos tributan el mismo impuesto. La diferencia básica entre ellos es que en una Sicav todos los miembros son accionistas de la entidad. A Robustsicav, la media de inversión por persona es de unos 20.000 euros, "pero tenemos muchos pequeños accionistas que han puesto 1.000 o 2.000 euros", asegura Soro.
Rentabilidad más elevada, pero a largo plazo
Todo y la volatilidad de las cotizaciones de las acciones en Bolsa, "una inversión hecha en acciones de compañías solventes, muy gestionadas y con buena perspectiva de mejorar beneficios es una inversión bastante segura y rentable, en el medio plazo", dice Esteve, un empresario de 65 años de Barcelona que acaba de jubilarse. En los últimos años, Esteve ha invertido parte de sus ahorros en Bolsa - directamente o a través de fondo de renta variable- movido por la siguiente razón: la baja rentabilidad que ofrecen los depósitos bancarios y la renta fija, incluso la deuda pública estatal. "Tradicionalmente, cuando la RF y los tipos de interés están bajos -como por ejemplo- la renta variable sube y es rentable", explica Esteve.
Soro recuerda que la Bolsa es el activo financiero que históricamente ha ofrecido un regreso más elevado a largo plazo, en torno al 10%. "Además, es una inversión que ayuda las empresas a obtener financiación para crecer, ser más productivas e innovar", insiste el analista. Por otro lado, la renta variable tiene el inconveniente que el regreso es a medio-largo plazo, y está sujeto a la oscilación de precios . "Por lo tanto, es de mayor riesgo que otros activos, como los depósitos bancarios o la renta fija", admite Soro. Tradicionalmente, se recomienda la inversión en Bolsa con horizontes de 7 a 10 años.
Sin embargo, no se trata de una decisión binaria, "invierto todo o nada", añade el analista de Robustsicav. Del que se trata es de elaborar una cartera de inversión diversificada con tus ahorros, que incluya renta fija y variable. "Se tiene que procurar que la parte de Bolsa no supere el nivel de riesgo que se quiera asumir. Es el que se conoce como sleeping point, concluye el analista.
A la hora de invertir un porcentaje de los ahorros en bolsa, Esteve opina que la prudencia pide un límite: "No tendría que exceder del 25%, o del 50% en el caso de ser un inversor más agresivo", dice el empresario.
Máxima rentabilidad
Dejando al margen los que invierten con finalidad especuladora, el objetivo principal de cualquier inversor es sacar una rentabilidad mínima a sus ahorros a partir de una cartera diversificada d'inversiones. Esta rentabilidad tendría que ser superior al 2%, la media de la inflación, "para que tu dinero ahorrado valgan el mismo en el futuro", dice Soro. Por ejemplo, 50.000 euros ahorrados y no invertidos tendrán a la cabeza de 10 años un poder de compra de 40.854 euros por culpa del efecto de la inflación (suponiendo una inflación del 2%). En 10 años han perdido el 18% de su valor. "En estos momentos, la inflación es prácticamente nula, pero esto es inusual, cuando la economía se recupere volverá a crecer", dice Soro.
Una ventaja de invertir a través de una entidad colectiva, como un fondo de inversión o una Sicav, es que tienes un equipo de expertos "pendientes todo el día de la pantalla, analizando las noticias para ver qué pasa en el mundo y cómo afectará las cotizaciones. "Para minimizar el riesgo necesitas información", concluye Soro.
Sin embargo, la Bolsa no deja de ser principalmente un instrumento de inversión al alcance de todo el mundo, que permite poder sacar rentabilidad al ahorro y, de paso, hacer una inversión productiva en una empresa y colaborar en la producción de riqueza económica. Así lo ve Sergio Soro, licenciado en Administración y dirección de empresas por Esade y co-fundador de Robustsicav , una Sicav especializada en la inversión a bolsa de compañías de criterio sostenible [no invierte, por ejemplo, ni en emprendidas petroleras ni de armamento), ubicada en Barcelona.
Las Sicav (sociedades de inversión de capital variable) son, junto con los fondos de inversión y sociedades de valores, los dos tipos de entidad colectiva que los ciudadanos tienen a su disposición para invertir en bolsa, como alternativa a hacerlo ellos directamente, a título particular. "El problema de invertir tú solo, imaginamos, 1.000 euros en acciones, es que tienes muy poco juego. En cambio, un grupo de accionistas tiene más capacidad financiera y puede hacer inversiones más diversificadas", explica Soro al salir de las oficinas de Robustsicav.
Por ley, los fondos de inversión se tienen que constituir con un mínimo de tres millones de euros, mientras el mínimo por una SICAV es de 2,4 millones de euros. Los dos organismos tributan el mismo impuesto. La diferencia básica entre ellos es que en una Sicav todos los miembros son accionistas de la entidad. A Robustsicav, la media de inversión por persona es de unos 20.000 euros, "pero tenemos muchos pequeños accionistas que han puesto 1.000 o 2.000 euros", asegura Soro.
Rentabilidad más elevada, pero a largo plazo
Todo y la volatilidad de las cotizaciones de las acciones en Bolsa, "una inversión hecha en acciones de compañías solventes, muy gestionadas y con buena perspectiva de mejorar beneficios es una inversión bastante segura y rentable, en el medio plazo", dice Esteve, un empresario de 65 años de Barcelona que acaba de jubilarse. En los últimos años, Esteve ha invertido parte de sus ahorros en Bolsa - directamente o a través de fondo de renta variable- movido por la siguiente razón: la baja rentabilidad que ofrecen los depósitos bancarios y la renta fija, incluso la deuda pública estatal. "Tradicionalmente, cuando la RF y los tipos de interés están bajos -como por ejemplo- la renta variable sube y es rentable", explica Esteve.
Soro recuerda que la Bolsa es el activo financiero que históricamente ha ofrecido un regreso más elevado a largo plazo, en torno al 10%. "Además, es una inversión que ayuda las empresas a obtener financiación para crecer, ser más productivas e innovar", insiste el analista. Por otro lado, la renta variable tiene el inconveniente que el regreso es a medio-largo plazo, y está sujeto a la oscilación de precios . "Por lo tanto, es de mayor riesgo que otros activos, como los depósitos bancarios o la renta fija", admite Soro. Tradicionalmente, se recomienda la inversión en Bolsa con horizontes de 7 a 10 años.
Sin embargo, no se trata de una decisión binaria, "invierto todo o nada", añade el analista de Robustsicav. Del que se trata es de elaborar una cartera de inversión diversificada con tus ahorros, que incluya renta fija y variable. "Se tiene que procurar que la parte de Bolsa no supere el nivel de riesgo que se quiera asumir. Es el que se conoce como sleeping point, concluye el analista.
A la hora de invertir un porcentaje de los ahorros en bolsa, Esteve opina que la prudencia pide un límite: "No tendría que exceder del 25%, o del 50% en el caso de ser un inversor más agresivo", dice el empresario.
Máxima rentabilidad
Dejando al margen los que invierten con finalidad especuladora, el objetivo principal de cualquier inversor es sacar una rentabilidad mínima a sus ahorros a partir de una cartera diversificada d'inversiones. Esta rentabilidad tendría que ser superior al 2%, la media de la inflación, "para que tu dinero ahorrado valgan el mismo en el futuro", dice Soro. Por ejemplo, 50.000 euros ahorrados y no invertidos tendrán a la cabeza de 10 años un poder de compra de 40.854 euros por culpa del efecto de la inflación (suponiendo una inflación del 2%). En 10 años han perdido el 18% de su valor. "En estos momentos, la inflación es prácticamente nula, pero esto es inusual, cuando la economía se recupere volverá a crecer", dice Soro.
Una ventaja de invertir a través de una entidad colectiva, como un fondo de inversión o una Sicav, es que tienes un equipo de expertos "pendientes todo el día de la pantalla, analizando las noticias para ver qué pasa en el mundo y cómo afectará las cotizaciones. "Para minimizar el riesgo necesitas información", concluye Soro.