La libertad de no suplicar

La Fundació 'La Caixa' organiza un debate alrededor de la necesidad de la Renta Básica Universal y el programa económico que la rodearía

La Renta Básica Universal acontece una posibilidad de afirmación de la autonomía individual y las libertades colectivas | iStock La Renta Básica Universal acontece una posibilidad de afirmación de la autonomía individual y las libertades colectivas | iStock

La copresidenta de la Basic Income Earth Network, Louise Haagh – una de las economistas de referencia alrededor de cuestiones de derechos sociales – considera el mayor reto contemporáneo el establecimiento de un "orden democrático" frente al "orden del mercado". Según Haagh, las sucesivas crisis estructurales, la creciente desigualdad y los retos de futuro nos sitúan en "un momento histórico en que se cuestionan los cimientos de la civilización", del proyecto de la modernidad que tenía que ser garante de las libertades humanas. "El concepto de libertad individual es fundamental", asegura Haagh, defendiendo el gran papel que una Renta Básica Universal en las posibilidades de hacerla efectiva. La RBU, en el planteamiento del economista, no es una cuestión técnica, sino de modelo de organización de la sociedad. "Yo pienso la renta básica como una institución permanente que apoye al ciclo de vida humano, y a otros sistemas para su desarrollo", afirma.

La dirigente de BIEN lamenta un gran cambio en el sentido común alrededor de las medidas sociales. "Los opositores de la renta básica han querido presentarla cómo una medida radical", cuando no es más que un garante de la autonomía y la libertad de los individuos, argumenta. Alrededor de esta necesidad, la de autonomía, de una concepción concreta del desarrollo de la libertad humana, gira el acto Renta Básica como predistribución, organizado por la Fundació 'La Caixa' en el Palau Macaya. El moderador de la mesa, el profesor de Teoría Social y Política de la UB David Casassas, identifica un objetivo claro en sus reflexiones: "tomar las instituciones hegemónicas y dar un sentido alternativo, uno más humano y liberador".

Casassas: "Hay que tomar las instituciones hegemónicas y dar un sentido alternativo, uno más humano y liberador"

La diferencia más radical entre el modelo de Renta Básica Universal de los ponentes y los subsidios del estado del bienestar es su incondicionalitat. La RBU, afirma el presidente de la Red Renta Básica Daniel Raventós, "no espera a que fracases para ayudar a levantarte". El hecho, por tanto, de que sea ex-ante –predistributiva – y no ex-post – redistributiva. El acceso a un ingreso inccondicional es la clave de bóveda de lo que Haagh denomina developmental freedom: una libertad activa y positiva, de hacer y ser cosas; en oposición a la libertad negativa, más alineada con la falta de límites al derecho que con la posibilidad de su ejercicio. "Tener un estado del bienestar es mejor que no tenerlo", apunta Raventós, pese a que argumenta que la que generan los subsidios ex-post es "la vida de personas que suplican".

La incondicionalidad es, además, una seguridad que trasciende la inmediatez de la vida del precariado, en palabras del profesor e investigador a la School for Oriental and African Studies de Londres, Guy Standing. El economista – que acuñó la categoría, esta "nueva clase emergente que será la vanguardia de los adelantos sociales del futuro" – asegura que "una renta básica que opere ex-ante da certeza en el futuro, puesto que no se puede suprimir, es un derecho". Una medida cómo esta, que "asegure la existencia material de toda la población", sería, según Raventós, una condición para hacer "de esta sociedad una en que pague la pena vivir". La RBU, pero, no solo es insuficiente – defienden los ponientes que tiene que estar integrada en un programa de reformas más ancho y profundo – sino que, aislada, puede llegar a ser peligrosa para las personas más desfavorecidas.

Trampas y silicona

"Una renta básica por sí misma no solucionaría ni mucho menos nuestros problemas", alerta Raventós, que ve una amenaza para las libertades y las condiciones materiales de las mayorías sociales propuestas cómo la del economista norteamericano Charles Murray a su libro La RBU: Una oportunidad para acabar con el estado del bienestar: una unificación de varios servicios públicos en la figura de una Renta Básica que implique la eliminación de instituciones públicas cómo la sanidad o la educación, u otros subsidios garantizados – una suerte de Renta Básica de Silicon Valley. "Tenemos que reivindicar el acceso a una seguridad básica – defensa Haagh – pero también la importancia de los servicios complementarios". "Hay propuestas de RBU que nosotros mismos entendemos que no se tienen que aplicar nunca.

Raventós: "Si sugieres una tasa marginal superior al 90% en Europa hoy en día no sería extraño que se te llevaran con camisa de fuerza"

La presidenta de BIEN critica la versión "neoliberal" de la RBU, una que entiende los ingresos garantizados solo cómo un estímulo al consumo y no "cuestione la concepción de libertad" del entorno social, cómo avisa Raventós. Propuestas cómo la de Murray, que pretenden desprenderse de cualquiera otro complemento social, sirven únicamente para "simplificar y allanar el que ya hemos conseguido mediante los bienes comunes". "Es difícil justificar una Renta Básica por sí misma", añade, Haaghh, que, como medida aislada, no la considera mejor que "otra forma de compensación".

Además de las medidas sociales complementarias, una gran reforma económica alrededor de la Renta Básica universal implica no solo un suelo de ingresos, sino también un techo. Cómo recuerda Raventós, una de las propuestas centrales de Franklin D. Roosevelt era un límite de renta de facto: durante su primer mandato, el presidente demócrata va proponer una ratio marginal a la Income Tax – el equivalente al Impuesto sobre la Renta – del 100 % para las fortunas más altas, prohibiendo a todos los efectos que ningún ciudadano de los Estados Unidos pudiera cobrar más de 20.000 dólares el año, el equivalente a unos 400.000 del 2021. El tipo más alto en el país norteamericano, pero, se quedó en un 94 % – de cada dólar cobrado por encima de los 20.000, pues, el estado se llevaba 94 centavos. "Si sugieres una tasa marginal superior al 90 % a Europa hoy en día – reflexiona Raventós – no sería extraño que se te llevaran con camisa de fuerza".

La República de los comunes

La tradición económica y filosófica en que se basan los ponientes para plantearse la centralidad de la Renta Básica Universal en un proyecto de mejora de las condiciones de vida de los trabajadores viene de largo. Cómo recuerda el mismo Standing, de hecho, en 1271 se publica a la Gran Bretaña la conocida cómo Carta del Bosque – o en latino Carta Foresta – un documento "más radical que los Manifiesto Comunista" y otras obras de referencia a las luchas populares de la modernidad. La misiva recuerda el inglés, afirma que "cada hombre libre tiene el derecho a la subsistencia y la libertad", una gran "afirmación de la libertad republicana", añade.

Standing: "Los bienes comunes nos corresponde a todos de forma colectiva, pero nadie es propietario en el ámbito individual"

Una de las constantes en el pensamiento económico que ha llevado a ideas cómo esta RBU republicana es la concepción de los bienes comunes, aquellos que "nos corresponde a todos de forma colectiva, pero nadie es propietario en el ámbito individual". Según Standing, la propiedad común es "una manera de vivir", una opuesta al que denomina el "saqueo neoliberal" de la cosa pública y común en los últimas cerca de 40 años, desde la primera administración de Ronald Reagan a los Estados Unidos.

La libertad republicana detrás del concepto de RBU incondicional y complementaria otras medidas sociales significa, en palabras de Standing "que una persona pueda decir no, pueda tomar una decisión independientemente del que otro piense". Esto supone, según Raventós, no solo los beneficios inmediatos de la seguridad material, sino también una promesa a medio plazo de consecución de derechos individuales y colectivos. "El economista polaco Michal Kalecki va poner en evidencia que el que más temen los grandes poderes privados es la plena ocupación", en cuanto que el poder de negociación de la fuerza de trabajo es superior. Trasladado a un programa alrededor de la Renta Básica, la conclusión, para el economista catalán es evidente. "Cuando la gente tiene la existencia material más garantizada – cómo propone el modelo de RBU – es cuando es más libre para participar y rebelar-se".

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