La 'pink economy' catalana hace el agosto

Empresas enfocadas al público LGBT crecen en Barcelona gracias al ambiente abierto de la ciudad | El turismo homosexual gasta más que todo el turismo chino

La marca Barcelona tiene un lado gay. La ciudad catalana se ha posicionado en los últimos años como destino turístico para este segmento de mercado. No es que los homosexuales hayan aparecido de repente, detrás ha habido un trabajo de picar mucha piedra por parte de los empresarios, pero también de las asociaciones y organizaciones LGBT de la capital catalana.

El turismo gay está en buena forma: un 10% del volumen del turismo mundial es LGBT, con un 15% de gasto global, unos 185.000 millones de dólares al año, según la Organización Mundial del Turismo. Los homosexuales gastan más que todos los turistas chinos. Quién se puede resistir a no intentar tener su parte de este suculento pastel? En casa nuestra hay un buen puñado de casos de éxito de empresas crecidas al amparo de la pink economy.

"Una enorme fidelidad"
Un ejemplo de éxito de empresa orientada al mercado homosexual es la cadena Axel Hoteles, que cerró el 2014 con una facturación de 10,6 millones de euros, de los cuales 8,4 representaron ingresos de habitaciones, y una ocupación del 94%.

Esta cifra de facturación supone un récord histórico de ingresos para la compañía, pasando de 3,9 millones en 2009 a los 10,6 del año pasado. La cadena hotelera vincula los resultados "con la fortaleza de la marca y su definida segmentación en el nicho de mercado LGBT, en el cual cuenta con una enorme fidelidad por parte de este público". El hotel cuelga el cartel de cumplido durante la semana que dura el Circuito Festival y las reservas se hacen con meses de antelación. Además, es el hotel con más ocupación de todo Barcelona.

 

Axel Hotel en la calle del Consejo de Cien de Barcelona


La empresa nace en 2003 con la inauguración del primer hotel a la calle Consell de Cien de Barcelona. Desde entonces el negocio no ha hecho más que crecer: la cadena cuenta actualmente con hoteles en Buenos Aires, abierto en 2007, y dos años más tarde, el 2009, inauguraron el hotel de Berlín. Cuatro años después el grupo apuesta por el segmento de solo y playa a Maspalomas, Gran Canaria, el mes de mayo de 2013. Recientemente, la cadena ha abierto un segundo hotel en la ciudad Condal, el TWO Hotel by Axel Barcelona. 

Del sujetador al banyador de hombre
A la planta baja de Axel Hotel, y también unas calles más allá a la izquierda del Ensanche, hay tiendas de Se-Collection, la marca de banyadors más muy posicionada en este segmento de mercado. Durante el Circuito Festival, el festival de ocio para el público LGTB que este año ha celebrado la suya 8en edición, facturan un 40% más. La empresa catalana, que originalmente producía foam para sujetadores decidió reorientarse a este público, en parte por el nicho de mercado, pero también "porque la ciudad y el mercado lo permitían", explica Héctor Aguilar. "Los gays son los primeros a aceptar innovaciones, sobre todo en la moda", afirma el portavoz.

Después de entrar en crisis, la empresa se replanteó el negocio e hizo un giro de 180 grados. Hoy en día Se-Collection, que produce y diseña todos sus productos en Barcelona, tiene 28 boutiques en todo el mundo y 250 puntos de venta en grandes ciudades y países como por ejemplo Grecia, Alemania, Holanda, Italia, Varsovia, Polonia, Praga, París, Santiago de Chile y un largo etcétera que se extiende por los cinco continentes además de tienda online. 

Fetichismo que abre filiales en el mundo
Cerca de la tienda de banyadors, haciendo esquina a la calle de la Diputación hay Boxer, un sex shop dedicado al fetichismo que no deja indiferente. Los propietarios apostaron para importar un negocio que no existía y los funciona: desde que abrieron la tienda el 2007, los propietarios han recibido solicitudes para abrir otros en todo el mundo. De hecho ya tienen filiales en Madrid, Canarias, Londres y Berlín, aparte de tienda online. La marca diseña sus propios productos, todo hecho en Barcelona. 

El negocio de no sentirse juzgado
Otro ejemplo de empresa crecida gracias a la cara rosa de la marca Barcelona es Rainbow Tours. La compañía nació hace dos años de la mano de Eloi Morte y se dedica a ofrecer tours y actividades al colectivo LGBT. De hecho se definen como "la primera compañía privada que ofrece paquetes turísticos a la comunidad LGBT". Morte comenta que "más que ofrecer tours, ofrecemos experiencias donde los viajeros no se sienten juzgados en ningún momento y son ellos mismos, por eso en plataformas como Trip Advisor estamos tan muy valorados en una posición privilegiada siendo una empresa enfocada al colectivo".

La empresa atiende a unos 240 clientes el año, hombres de mediana edad y "con un poder adquisitivo más bien elevado, principalmente los Estados Unidos, Australia y Canadá", explica Morte. La empresa da trabajo a un equipo de seis personas. "Aparte trabajamos con una empresa de taxis gay-frienly de la ciudad y varios restaurantes y bares, y intentamos potenciar otras empresas del sector", añade el empresario. 

La economía del matrimonio
El segundo pilar de la pink economy, aparte del turismo, viene derivada de la aceptación del matrimonio homosexual en muchos países. El sector de las bodas gays da trabajo a unas 800.000 personas en los Estados Unidos y genera una facturación de unos 51.000 millones de dólares anuales, según un estudio publicado por IBISWorld el 2013.

La publicación especializada The Knot llevó a cabo una encuesta entre 17.500 parejas homosexuales en los EE.UU. en 2012 y sacó algunas conclusiones bastante jugosas. Una de las más interesantes es que los gastos asociados a la ceremonia son, de media, unos 28.427 dólares, sin contar la luna de miel. Si bien las parejas LGBT invitan a menos personas a sus bodas que los matrimonios heterosexuales, como contrapartida gastan más dinero en el acontecimiento, tanto globalmente como por cada invitado. Y, al parecer, según los resultados de la encuesta, las parejas LGBT casadas también forman hogares más acomodados que la mediana heterosexual. De hecho, en el Estado español se calcula que este tipo de hogares doblarían la media nacional.

El 2009, el Ayuntamiento de Nueva York calculó que las ceremonias nupciales LGBT inyectarían unos 200 millones de dólares durante tres años en las arcas municipales. Teniendo en cuenta los beneficios directos a corto plazo (hostelería, restauración), pero también a medio plazo (como la imagen de ciudad y de marca). 

En este ámbito trabaja Symposia, una empresa pionera en organización de bodas para parejas del mismo sexo a casa nuestra. Colombina Güimil decidió apostar por este segmento el 2011, unos años después de la legalización del matrimonio homosexual al Estado español. Güimil organiza unas 15 ceremonias al año con presupuestos por encima de los 40.000 euros. La wedding planner opina que "no se está haciendo suficiente para potenciar esta oportunidad de negocio en Barcelona", teniendo en cuenta que la ciudad tiene "mucho potencial y es un referente por el colectivo LGBT".

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