La televisión, en manso del consumidor

Las nuevas tecnologías han cambiado lo cómo y lo cuando del consumo televisivo, afectando el futuro de la industria que este jueves celebra el Día Mundial de la Televisión

No es casualidad que Tv3 tenga en su web la subsecció "Como ver Tv3". Sólo el nombre es muestra de cómo ha cambiado la industria últimamente; de hecho, la sección no tendría ningún sentido hace unos años cuando el único modo de visionar programas y telediarios era a través de la pantalla pequeña que presidía todos los hogares. Hoy en día la televisión autonómica catalana da la opción de ver su programación a través de la televisión, pero también mediante ordenadores (TV3alacarta, la aplicación disponible a Windows8 y a través de Windows Media Centre); televisores y consolas (por ejemplo, desde cualquier televisor con una PS3 conectada en Internet), mesitas y dispositivos , con las apps creadas ex professo.

Este cambio lo vivió de cerca el ex ministro e ingeniero Joan Majó, director de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales entre 2004 y 2008. "En aquella época luché para crear el 3alacarta, porque estaba claro que de aquí a cuatro días la gente no vería el Polonia a la hora que lo hicieran, si no cuando quisieran. Por eso hoy en día es mucho más importante saber qué cuelgas en la red, que aquello que emites", explica el experto, con gran bagaje en la estructura de las telecomunicaciones. Majó defiende que la digitalización ha comportado que la programación de las televisiones "cada vez tiene menos valor, el que delgada son los contenidos".

En este razonamiento está de acuerdo Ruben Mayoral (@Ruben_Mayoral)director general de la productora La Azotea, responsable de programas como Salvados o En el aire, que presenta su presidente Andreu Buenafuente. "La parte buena de nuestro negocio es que el consumidor cada vez consume más horas de audiovisual, independientemente del apoyo donde lo haga y que, además, este consumidor se hace su propia parrilla, sin estar pendiente de quien programa".

En definitiva, mayor libertad para el consumidor porque también crece la oferta, tanto de dispositivos como de contenidos. "El consumidor cada vez decide más en todo. En el mundo digital al final es el consumidor-programador. Pero el éxito o fracaso de cualquier producto está en sus manos, porque es quienes decide comprar un producto, en nuestro caso la serie, la película o el programa de entretenimiento", asegura Mayoral.

Cambios a las audiencias
Con el aumento de contenidos y de plataformas para visionarlos también cambia como se mide su audiencia. Este es uno de los temas que se tratará este jueves a la Jornada del Día Mundial de la Televisión, que el Colegio de Ingenieros Técnicos y Pèrits de Telecomunicaciones de Cataluña (COETTC) celebra en Barcelona. Su decano, Ferran Escondo (@FerranAmago) asegura que en el futuro el share ya no medirá las imágenes de pantalla sino el visionado de los contenidos en todas las plataformas posibles. "Se tendrá que valorar mucho más el que ve el ciudadano, el contenido".

Y es que hoy en día son numerosas las posibilidades de acceder al contenido televisivo en un momento diferente del que ha sido emitido. Detrás del cambio, está la tecnología que modifica usos y hábitos a gran velocidad y que, en este sector, parece que todavía tiene mucho que decir. "La televisión pasa también por Internet y todo el contenido puede estar en la red, porque el consumidor cada vez se descarga más cosas. Las televisiones están re composant-se y haciendo contenidos más cercanos al ciudadano y más online. Estos son sus retos de futuro", apunta Escondo.

Digitalizarse, el futuro
Ser 100% online es la clave. "Los actores tradicionales de televisión tienen la pata digital pero hay que empezar a pensar mucho más en el mundo digital y hacer productos diferenciados que se pueden completar con la oferta de pantalla, pero no este traslado tal cual de contenidos que hay. El producto ahora no cambia", explica Mayoral.

Esta salida es la que ve como solución a la crisis estructural -junto con la económica- que vive la industria el presidente de la Federación de Productores Audiovisuales (PROA) de Cataluña, Raimon Masllorens (@RaimonMasllo). "Creemos que queremos ser prioritarios. Barcelona tiene la oportunidad de ser uno este punto de Europa y centro de producción del audiovisual y las nuevas tecnologías", argumenta. 

Su reflexión es fruto del análisis del sector, golpeado por la incidencia de Internet, los efectos de la piratería y la afectación del IVA del 21% a sus productos. "Nuestra situación es terrible. Las coproducciones han bajado a cinco al 2013 y la inversión en producción de programas, como el Polonia ha pasado de 60 millones de euros a 13 millones", argumenta.

La PROA agrupa un total de 110 empresas catalanas, donde se incluyen Mediapro y Filmax. Alrededor de estas empresas trabajan entre 10.000 y 12.000 personas directamente y, indirectamente, hay entre 30.000 y 40.000 personas que viven del audiovisual.

Buscar las sinergias
Razones y cifras suficientes para buscar soluciones a largo plazo. "Cada vez el audiovisual está más ligado en las nuevas tecnologías, todo está mezclándose: Un videojuego también es como una película", afirma Masllorens. "Nosotros estamos muy abiertos a las sinergias con todas las tecnologías, porque ahora no se sabe donde acaba una y empieza la otra: plataformas de Internet, mesitas, móviles, etc. Hay empresas que están haciendo cosas brutales y que están en el mundo de las apps, porque aquí hay una parte audiovisual muy importante. Este es nuestro propio reto", asevera el productor catalán.

La opinión de Joan Majó también anda en esta línea. "Cada vez habrá muchos menos canales porque la base del canal es la programación y como no hay tanta necesidad de programación, los canales no tendrán tanta razón de ser". El experto apunta también que el modelo norteamericano, donde las grandes productoras controlan cadenas de televisión, es el futuro donde se tiene que emmirallar nuestra televisión. "Creo que la televisión no desaparecerá de ninguna forma, quizás desaparecerán los televisores y las cadenas. Es una cuestión de saberse adaptar".
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