
09
de Abril
de
2015
Act.
09
de Abril
de
2015
"Antes éramos siete personas trabajando y nos hemos quedado en tres", asegura Antonio Arjona, peluquero y presidente del Gremio Provincial Artesano de Peluquería y Belleza de Barcelona. Mientras peina un cliente y espera el siguiente, puede atender VIAempresa para explicar que, a pesar de que está a punto de jubilarse, está preocupado por el sector en que trabaja desde hace 40 años. "La gente no valora los servicios que tenemos hoy en día y hemos tenido que reducir personal, por lo tanto ahora no podemos ir tan rápidos cómo querríamos...", reconoce.
En el barrio del Guinardó de Barcelona tambiénencontramos la Peluquería y Centro de Estética Marga, fundada el 1942 por la madre de la actual propietaria, Marga Domènech. "Aparte de la crisis económica, hay una crisis de comodidad. La gente ya viene sólo por necesidad", asegura. Por el que explica, anteriormente tambiénhabía el factor de la ilusión. Dentro de la necesidad, pero, matiza que "si no se valorara un poco el servicio, ya habríamos plegado, y los más grandes también". Y reconoce que "con un sueldo de 500 euros, la gente no puede ir a gastarse más de 40 euros para teñirse, es evidente".
Las vacas magras al sector se han traducido en una reducción del 5,2% de la facturación el 2014 y la pérdida de 4.000 puestos de trabajo, según los datos que ha presentado Carlos Rodríguez, presidente de Cosmobellesa, salón que se celebra este fin de semana en Feria de Barcelona. El sector empezó a caer el 2009 y este 2015 podría ponerse, siguiendo sus estimaciones, al nivel de hace ocho años. Actualmente, señalan, el gasto se sitúa de media un pelo por encima de los 30 euros en cada una de las cuatro visitas anuales.
El IVA y el gasto energético revientan los ingresos
En el caso de Arjona, a la reducción de plantilla "obligada por la crisis", la han acompañado la bajada de los ingresos: "Han bajado más de la mitad, al menos un 60%", matiza. Y hace caer la creencia popular que dice que, incluso en tiempo de crisis, el negocio de la peluquería y la belleza siempre se mantiene en auge: "Fines hace un tiempo era así, pero por el que veo como presidente del Gremio, la situación ha cambiado. Muchos peluqueros han tenido que plegar", asegura.
Marga Domènech recuerda como punto de inflexión el momento que se subió el IVA del sector del 10 al 21%. "Algunas peluquerías lo quisieron asumir, pero yo decidí que no porque no tenía estos beneficios". Aún así, la realidad es que poco a poco este hecho se ha ido comiendo sus beneficios. "Los que hemos mantenido buenos productos sin rebajar calidad, hemos sufrido mucho. Traemos cuatro o cinco años sin subir precios, haciendo tratamientos más económicos. Y aún así ha bajado el ticket mediano y los beneficios son muy menores", lamenta la Marga.
Estos pequeños empresarios también sufren, igual que la mayoría de los hogares, las consecuencias del aumento exponencial del precio de la luz. "Es un gran inconveniente. Nunca había pagado más de 110 euros, como mucho alguna Navidad. Ahora he pagado 300 euros", confiesa con resignación Domènech.
Un sector empequeñecido
El colectivo que representa Arjona agrupaba un total de 700 asociados de Barcelona que en la actualidad se han reducido a la mitad. "Me lo dicen al departamento de asesoría, que cada vez hay más bajas. Anteshabía más de 15.000 peluquerías a la ciudad y ahora sólo trabajamos la mitad", apunta.
La crisis económica –que, entre otras, también ha obligado a reducir gastos de la economía doméstica-, la competencia del salones de belleza franquiciats o las pequeñas peluquerías low coste, " la mayoría regentadas por inmigrantes", apunta Arjona, son algunos del factores que este empresario identifica.
"Las franquicias nos hicieron mucho mal hace unos años por la competencia con los precios bajos, pero ahora ni siquiera esto... El que aguanta es el cliente de toda la vida, el que es fiel y no cambia", argumenta. Con todo, se considera afortunado por haber podido mantener los dos negocios que regenta, puesto que ha visto como muchos de los colegas de profesión han bajado la persiana.
Más horas que un reloj
La Marga, que ya hace más de una década que amplió el negocio de la peluquería con el de la estética, explica que sesale "haciendo una jornada y media de trabajo, de 9 a 21h, o el que haga falta". Con 65 años, asegura que "para poder cobrar la pensión tengo que estirar hasta los 67 años y medio. Mi ilusión hubiera sido trabajar más años, bajar unas horas a la peluquería para dirigir un poco, como hacía mi madre. Pero no lo puedo hacer porque no soy rentable".
Otro de los efectos colaterales es no poder subir los sueldos de las trabajadoras, con los inconvenientes que esto genera en la motivación y la gestión del equipo. "Tienen que limpiar y hacer de todo, pero sólo espero no tener que despedir nadie. Sé que cada vez los pido más por menos, pero por desgracia actualmente no hay más remedio".
La realidad de los cupones
Batallando para sobrevivir, la Marga enseguida quiso aprovechar las nuevas herramientas digitales. La Peluquería es muy activa a Facebook y "cuando empezaron todos los portales de cupones melancé, y esto que todo el mundo me decía que no lo hiciera". Lo define como "un juego de dinero para intentar traer más clientes".
"Cuando empezaron Offerum, LetsBonus y compañía, no ganabas dinero pero era una muy buena publicidad, te dabas a conocer". Ahora, pero, dice que "hay tantos que tienen que reventar precios, y por lo tanto por cada persona que viene túañades dinero". Este contexto ha generado un tipo de cliente, especialmente en la estética, que sólo consume ofertas. "Este nunca lo podrás fidelitzar. En cambio, del principio de los cupones tengo gente que ya hace cuatro o cinco años que vienen", recuerda.
Por todo ello, actualmente sólo se mantienen a Atrápalo. "El cliente pone una nota y valora el servicio. Al haber una crítica está muy bien", apunta. "No ganamos dinero pero conseguimos que nos conozcan". Y es que, de hecho, este portal aseguraba el 2014 que el 42% de la facturación de su Departamento de Actividades provenía de la venta de planes de belleza. Fuentes de la compañía explican a VIAempresa que actualmente disponen, sólo en peluquería y estética, de 140 ofertas en Barcelona con descuentos que llegan a un 96%.
En el barrio del Guinardó de Barcelona tambiénencontramos la Peluquería y Centro de Estética Marga, fundada el 1942 por la madre de la actual propietaria, Marga Domènech. "Aparte de la crisis económica, hay una crisis de comodidad. La gente ya viene sólo por necesidad", asegura. Por el que explica, anteriormente tambiénhabía el factor de la ilusión. Dentro de la necesidad, pero, matiza que "si no se valorara un poco el servicio, ya habríamos plegado, y los más grandes también". Y reconoce que "con un sueldo de 500 euros, la gente no puede ir a gastarse más de 40 euros para teñirse, es evidente".
Las vacas magras al sector se han traducido en una reducción del 5,2% de la facturación el 2014 y la pérdida de 4.000 puestos de trabajo, según los datos que ha presentado Carlos Rodríguez, presidente de Cosmobellesa, salón que se celebra este fin de semana en Feria de Barcelona. El sector empezó a caer el 2009 y este 2015 podría ponerse, siguiendo sus estimaciones, al nivel de hace ocho años. Actualmente, señalan, el gasto se sitúa de media un pelo por encima de los 30 euros en cada una de las cuatro visitas anuales.
El IVA y el gasto energético revientan los ingresos
En el caso de Arjona, a la reducción de plantilla "obligada por la crisis", la han acompañado la bajada de los ingresos: "Han bajado más de la mitad, al menos un 60%", matiza. Y hace caer la creencia popular que dice que, incluso en tiempo de crisis, el negocio de la peluquería y la belleza siempre se mantiene en auge: "Fines hace un tiempo era así, pero por el que veo como presidente del Gremio, la situación ha cambiado. Muchos peluqueros han tenido que plegar", asegura.
Marga Domènech recuerda como punto de inflexión el momento que se subió el IVA del sector del 10 al 21%. "Algunas peluquerías lo quisieron asumir, pero yo decidí que no porque no tenía estos beneficios". Aún así, la realidad es que poco a poco este hecho se ha ido comiendo sus beneficios. "Los que hemos mantenido buenos productos sin rebajar calidad, hemos sufrido mucho. Traemos cuatro o cinco años sin subir precios, haciendo tratamientos más económicos. Y aún así ha bajado el ticket mediano y los beneficios son muy menores", lamenta la Marga.
Estos pequeños empresarios también sufren, igual que la mayoría de los hogares, las consecuencias del aumento exponencial del precio de la luz. "Es un gran inconveniente. Nunca había pagado más de 110 euros, como mucho alguna Navidad. Ahora he pagado 300 euros", confiesa con resignación Domènech.
Un sector empequeñecido
El colectivo que representa Arjona agrupaba un total de 700 asociados de Barcelona que en la actualidad se han reducido a la mitad. "Me lo dicen al departamento de asesoría, que cada vez hay más bajas. Anteshabía más de 15.000 peluquerías a la ciudad y ahora sólo trabajamos la mitad", apunta.
La crisis económica –que, entre otras, también ha obligado a reducir gastos de la economía doméstica-, la competencia del salones de belleza franquiciats o las pequeñas peluquerías low coste, " la mayoría regentadas por inmigrantes", apunta Arjona, son algunos del factores que este empresario identifica.
"Las franquicias nos hicieron mucho mal hace unos años por la competencia con los precios bajos, pero ahora ni siquiera esto... El que aguanta es el cliente de toda la vida, el que es fiel y no cambia", argumenta. Con todo, se considera afortunado por haber podido mantener los dos negocios que regenta, puesto que ha visto como muchos de los colegas de profesión han bajado la persiana.
Más horas que un reloj
La Marga, que ya hace más de una década que amplió el negocio de la peluquería con el de la estética, explica que sesale "haciendo una jornada y media de trabajo, de 9 a 21h, o el que haga falta". Con 65 años, asegura que "para poder cobrar la pensión tengo que estirar hasta los 67 años y medio. Mi ilusión hubiera sido trabajar más años, bajar unas horas a la peluquería para dirigir un poco, como hacía mi madre. Pero no lo puedo hacer porque no soy rentable".
Otro de los efectos colaterales es no poder subir los sueldos de las trabajadoras, con los inconvenientes que esto genera en la motivación y la gestión del equipo. "Tienen que limpiar y hacer de todo, pero sólo espero no tener que despedir nadie. Sé que cada vez los pido más por menos, pero por desgracia actualmente no hay más remedio".
La realidad de los cupones
Batallando para sobrevivir, la Marga enseguida quiso aprovechar las nuevas herramientas digitales. La Peluquería es muy activa a Facebook y "cuando empezaron todos los portales de cupones melancé, y esto que todo el mundo me decía que no lo hiciera". Lo define como "un juego de dinero para intentar traer más clientes".
"Cuando empezaron Offerum, LetsBonus y compañía, no ganabas dinero pero era una muy buena publicidad, te dabas a conocer". Ahora, pero, dice que "hay tantos que tienen que reventar precios, y por lo tanto por cada persona que viene túañades dinero". Este contexto ha generado un tipo de cliente, especialmente en la estética, que sólo consume ofertas. "Este nunca lo podrás fidelitzar. En cambio, del principio de los cupones tengo gente que ya hace cuatro o cinco años que vienen", recuerda.
Por todo ello, actualmente sólo se mantienen a Atrápalo. "El cliente pone una nota y valora el servicio. Al haber una crítica está muy bien", apunta. "No ganamos dinero pero conseguimos que nos conozcan". Y es que, de hecho, este portal aseguraba el 2014 que el 42% de la facturación de su Departamento de Actividades provenía de la venta de planes de belleza. Fuentes de la compañía explican a VIAempresa que actualmente disponen, sólo en peluquería y estética, de 140 ofertas en Barcelona con descuentos que llegan a un 96%.