Los restauradores de la plaza Reial de Barcelona han querido expresar su estupefacción e indignación ante la situación que están viviendo desde el pasado mes de octubre, cuando sus locales empezaron a recibir inspecciones del distrito y de la Guardia Urbana de forma constante. Según los portavoces de la plaza Reial, en los últimos años han notado una "carencia de diálogo" con los responsables del distrito y no ha habido "interlocución directa con los operadores". El octubre pasado los restauradores recibieron una inspección para controlar el número de mesas en las terrazas y, desde entonces, en los meses de febrero y marzo empezaron a recibir sanciones.
El episodio más tenso llegó el fin de semana del 8 al 10 de abril cuando, agentes de la Guardia Urbana irrumpieron en la plaza Real durante la cena, y empezaron a retirar las mesas y, en algún caso, incluso hicieron mover a los clientes alegando que las "mesas eran ilegales". Los restauradores no tuvieron ningún remedio que aceptar la situación y, después de presentar alegaciones pudieron demostrar que no había ninguna irregularidad, hasta el punto de que el 29 de abril, la Guardia Urbana se disculpó por un malentendido entre órdenes internas.
Aun así, el día siguiente mismo volvieron a tener inspecciones masivas acompañadas de sanciones y apertura de expedientes. Los portavoces explican que en aquellos casos en que no pudieron encontrar irregularidades en las mesas, los inspectores abrieron expedientes por elementos supuestamente "no autorizados que ni siquiera están tipificados en las ordenanzas municipales". Como resultado, la mayoría de las multas son recorridas y ganadas, un hecho que evidencia que estas actuaciones pueden ser concebidas cómo un "abuso de poder" o incluso, prevaricación.
Además, apuntan que la mayoría de los miembros de la Associació de Amics i Comerciants de la plaza Reial son empresas familiares que llevan entre 20 y 65 años en la plaza, y en toda su historia nunca habían recibido tantas inspecciones como ahora.