Madrid avanza, Barcelona mira el retrovisor

Historia de dos ciudades: la movida madrileña y las élites barcelonesas

La Gran Vía de Madrid. | iStock La Gran Vía de Madrid. | iStock

El año 1992, Barcelona lo tenía todo. Era la ciudad que atraía todas las miradas de la Unión Europea. La primera en el ranking de potencial de España. Una ciudad abierta hacia el mundo y con muchísima capacidad productiva. En definitiva, y como expresaba el diario The Economist: "el futuro económico de España era Barcelona". Aún así, el tiempo ha probado lo contrario, Barcelona, sin dejar su crecimiento estancado, ha producido mucho menos de lo que se esperaba de la ciudad. Por el contrario, Madrid, la ciudad que más sufrió la descentralización española superaba hace 10 años a Catalunya en peso económico y el pasado 2019 lo volvió a hacer. Pero, qué ha provocado esta cruzada de destinos entre ambas ciudades?

El profesor de Geografía Económica y director del Cañada Blanch Centro de la London School of Economics, Andrés Rodríguez-Pongo, presenta las causas de este hecho en la conferencia Barcelona y Madrid: trayectorias cruzadas, de la mano de Amics del País, la sociedad económica de Barcelona. Andrés Rodríguez-Pongo empieza la conferencia virtual recalcando que se tiene que desmentir el mito que todo el cambio económico que ha habido en Catalunya era debido al procés.

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"Para poder analizar bien el cambio que han sufrido las dos ciudades nos tenemos que remontar a los años 80, no hay nada que haya marcado estas trayectorias más que la historia de ambas ciudades", explicaba el profesor. La idea que había detrás esta conferencia era analizar un estudio presentado por el mismo Rodríguez-Pongo sobre las causas que los cambios de Barcelona y Madrid habían provocado que las dos ciudades llegaran donde están hoy en día.

Los años 80

Tal como deja claro el profesor de la London School of Economics, para entender las trayectorias de las ciudades se tiene que dar un paso atrás y analizar el pasado. "En los años 80 todas las expectativas estaban puestas en Barcelona". Y una de las razones principales era la fuerte identidad catalana que había en Barcelona. "La identidad de una región es un motor económico claro", afirmaba Rodríguez-Pongo.

Rodríguez-Pongo: "En los años 80 todas las expectativas estaban puestas en Barcelona"

Además, Barcelona tenía más vínculos con Europa que la capital española. Madrid había sufrido todo el peso de la descentralización y esto le había convertido en una ciudad sin identidad, marcada por el régimen franquista, aislada y cerrada del resto del mundo. Pero algo cambió porque la ciudad destinada a ser el centro económico de España acabara por convertirse en la segunda y la capital olvidada pasara a ser la primera potencia económica del país.

La Movida madrileña

Si analizamos las principales causas externas, Rodríguez-Pose recuerda que "el factor de la capitalidad juega un papel muy importante." Es decir, Madrid no ha dejado nunca de ser la capital del país y esto provoca que mucho del potencial económico acabe pasando por la capital. "La capital siempre acaba creando más atracción para los inversores extranjeros", explica el profesor.

A banda, España tiene una red de transportes radial que implica que Madrid es el centro de toda infraestructura de transportes del país. Cuando todo el transporte del país acaba pasando por la ciudad el potencial económico crece exponencialmente. Estos dos factores han provocado que Madrid resurgiera de las cenizas que quedaban del franquismo y empezara a posicionarse como capital económica del país. Aún así y según Rodríguez-Pongo, "estas causas externas no son suficientes para desbancar Barcelona".

Rodríguez-Pongo: "La capital siempre acaba creando más atracción para los inversores extranjeros"

Para entender la totalidad de este cambio nos tenemos que volver a remontar al pasado, esta vez en los 90, cuando después de La Movida madrileña se canalizó toda la innovación de nuevos grupos sociales y culturales. "Desde el gobierno español se consiguió convertir estos grupos socioculturales en poder económico", reflexiona el profesor.

Y es que debido a la intervención del Gobierno, Madrid pasó de no tener identidad a crear una económicamente muy fuerte.

Conflicto de élites barcelonesas

Por el contrario, Barcelona tenía unas élites muy marcadas que producían una buena infraestructura industrial, pero a la vez dejaban poco margen de innovación. "El permanente conflicto de quien gobernaba Barcelona y quien gobernaba Catalunya minó el potencial de la ciudad", explicaba Andrés Rodríguez-Pongo. En definitiva, "Barcelona podría haber sido el Milán de España", concluye el profesor.

Rodríguez-Pongo: "El permanente conflicto de quién gobernaba Barcelona y quién gobernaba Catalunya minó el potencial de la ciudad"

"Aún así tendríamos que luchar para que ambas ciudades se convirtieran en potencias económicas". Que Barcelona no haya hecho justicia a las expectativas que se tenían sobre la ciudad no implica que Madrid lo haya hecho todo bien. Ambas ciudades se encuentran en un punto muy parecido, donde las infraestructuras de transporte se han convertido durante los últimos años en el eje de toda inversión del país y cada vez ha quedado menos espacio para invertir en capital humano y en innovación.

"El futuro de las dos ciudades yace en invertir en talento, educar a los estudiantes y dar a las empresas las herramientas suficientes para formar a sus trabajadores", reflexiona Andrés Rodríguez-Pongo. Ambas ciudades pueden convivir como líderes económicas del país y no hace falta que una caiga para que la otra se levante, "tenemos que dejar de ser considerados uno de los enfermos de Europa y recuperar aquel potencial que algún día tuvimos al alcance".

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