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El modelo de La Masía del Barça aplicado a las escuelas

Catalunya podría desarrollar un sistema similar a La Masia y las 'grammar schools' en el Reino Unido, y apostar por la formación de excelencia

    Hansi Flick apuesta por jugadores de la Masia | EP
    Hansi Flick apuesta por jugadores de la Masia | EP
    Xavier Solano | VIA Empresa
    Politólogo
    Londres
    31 de Mayo de 2025

    La Masia representa un paradigma de formación selectiva que identifica y desarrolla talento desde muy joven. Figuras como Lionel Messi y Lamine Yamal ejemplifican la solidez del modelo: jóvenes promesas que, gracias a un entorno exigente y acompañamiento técnico, han alcanzado la cúspide del fútbol mundial.

    Este modelo de selección no se limita al ámbito deportivo. En el terreno académico, el Reino Unido hace medio siglo que apuesta por la detección precoz del talento, entendiendo que su desarrollo es esencial para el progreso de cualquier sociedad. En un entorno cada vez más competitivo, donde la innovación y la cualificación marcan la diferencia, fomentar el crecimiento de futuras generaciones de excelencia no es solo una cuestión educativa, sino también un motor económico. El sistema británico ofrece una lección que Catalunya, con retos educativos importantes, podría aprovechar.

     

    El examen 11+, considerado un verdadero ritual iniciático, es una oportunidad decisiva para los niños y niñas de 10 u 11 años de acceder a un sistema educativo de alto rendimiento. Esta prueba voluntaria sirve para seleccionar las mentes más brillantes y garantizarles un lugar en las prestigiosas grammar schools. Estos centros, a pesar de ser públicos y gratuitos, se reservan el derecho de elegir a sus alumnos según su capacidad académica, configurando un modelo exclusivo enfocado a la excelencia desde sus cimientos.

    El 11+ no solo evalúa conocimientos en inglés y matemáticas, sino también el razonamiento verbal y no verbal, con el fin de medir el talento intrínseco y el potencial intelectual de los aspirantes, independientemente de sus circunstancias económicas. El principio es claro: el talento debe depender de la capacidad del niño, no del bolsillo de la familia.

    Esta selección se justifica por la promesa implícita de un futuro brillante. Las grammar schools se distinguen por su rigor académico, sus resultados destacados y su capacidad para enviar a los alumnos a las mejores universidades. En 2020, uno de cada tres estudiantes provenientes del sistema público británico que entró en la prestigiosa universidad de Cambridge lo hizo a través de las grammar schools, a pesar de que estas representan menos del 5% de las escuelas de Inglaterra. Para muchos, obtener una buena puntuación en el 11+ es la clave de acceso a una formación de primer nivel que, en última instancia, puede catapultar su futuro profesional.

    En 2020, uno de cada tres estudiantes provenientes del sistema público británico que entró en la prestigiosa universidad de Cambridge lo hizo a través de las 'grammar schools'

    Pero esta exclusividad tiene un precio. Las plazas son limitadas y la demanda, abrumadora. La competencia es intensa, y miles de solicitantes luchan por un puñado de puestos. Esto genera un entorno que, por definición, selecciona a los estudiantes con una mayor aptitud académica, favoreciendo la formación de un grupo de alto rendimiento académico.

    El paralelismo con La Masia es evidente. Lionel Messi, que llegó desde Argentina, fue modelado por el sistema formativo del Barça hasta convertirse en el mejor jugador del mundo. Su irrupción fulgurante y posterior dominación de la escena futbolística global son la demostración de la eficacia del modelo. Del mismo modo, Lamine Yamal ha crecido dentro de La Masía desde muy pequeño y ha dado el salto al primer equipo con solo quince años, batiendo récords de precocidad. Esto valida el método de selección del Barça como una grammar school del fútbol.

    Tanto el examen 11+ y las grammar schools, como La Masia, han demostrado ser herramientas eficaces para fomentar la excelencia y preparar a los individuos para un futuro de éxito en sus respectivos campos. El efecto de grupo y el entorno de alto rendimiento potencian las capacidades individuales y contribuyen a generar líderes.

     

    Catalunya, que dispone de competencias plenas en materia educativa, podría desarrollar un sistema similar, y apostar por la formación de excelencia. Los países que invierten en el desarrollo de los mejores perfiles acaban cosechando los frutos en forma de liderazgo tecnológico, científico y empresarial. En última instancia, esta estrategia no solo beneficia a los individuos seleccionados, sino que refuerza la prosperidad colectiva. La Masia y las grammar schools lo avalan.