
12
de Febrero
de
2015
"En el decurso de la crisis, la situación de las mujeres al mercado de trabajo no sólo se ha cronificat, sino que se ha agravado", asegura Esther Sánchez, directora de Formación Continua de Esade Law School y profesora titular de Derecho del Trabajo a la misma facultad. En el marco de la jornada Crisis y oportunidades, una perspectiva de género, Sánchez ha analizado las consecuencias que la situación económica ha comportado para la ocupación femenina. La primera y más grave, la constatación que "la variable edad es clave, las mujeres sufren discriminación como potenciales madres y potenciales cuidadoras".
Menor actividad femenina
"La tasa de actividad de las mujeres es más baja en general que la de los hombres", constata la profesora de Esade. Aún así, apunta que "la crisis ha hecho florecer las mujeres como mesa de emergencia. Antes eran mujeres que estaban en casa, y cuando los maridos han perdido el trabajo han entrado a resolver la situación". Analizando por franja de edad, hombres y mujeres presentan un comportamiento bastante similar. Ahora bien, Sánchez alerta que "la evolución de la ocupación a lo largo de la crisis nos enseña que las mujeres están estancadas". Y es que a la hora de salir de la crisis "no están teniendo una recuperación tan rápida como la de los hombres".
Implicar los hombres en las tareas de cura
Esther Sánchez también denuncia que "la población inactiva masculina y femenina es estructuralmente diferente, básicamente por la cura de familiares". Sánchez deja claro que "la inactividad de los hombres no está vinculada a tareas de curas, mientras la de las mujeres sí.". En este ámbito, afirma, "los hombres noestán".
Una situación especialmente preocupante porque "desde una situación de inactividad, las mujeres tienen más difícil la reincorporación al mercado de trabajo que desde una situación de paro", asegura.
Degradación de la calidad del trabajo
En cuanto a la calidad del trabajo, la profesora de Esade constata que "en general se está produciendo un proceso progresivo de devaluación". Más temporalidad, inseguridad y aumento de las diferenciasson los principales indicadores.
"Se han incrementado los contratos a tiempo parcial, especialmente entre las mujeres", dice Sánchez. Un hecho "preocupante" desde el momento que no es "una modalidad de contratación querida. La genteaccede porque es el único que encuentra, y tiene un riesgo importante de uso especulativo", alerta.
Más allá del horario, Sánchez también destaca que "las mujeres mucho más a menudo que los hombres ocupan puestos de trabajo por debajo de su titulación". Y todavía apunta otra cuestión básica: "empieza a asentarse el relato de la necesidad de formarse a lo largo de la vida; pero esto no es posible en un momento donde no se puede conciliar trabajo y familia o trabajo y formación".
La ineficacia de la Ley de Igualdad
El Gobierno socialista español aprobó en 2007 la Ley de Igualdad, que no ha acabado de cumplir las expectativas generadas. "La ley siempre es reactiva y llega tarde", avisa Sánchez. A pesar de que ha ayudado a prevenir situaciones de desigualdad, la profesora de Esade constata que "la ley por sí sola no es un instrumento de cambio. Tiene que venir acompañada por educación, cambio cultural y con una ejecución de disuasión".
La ley de Igualdad, pues, "no ha provocado cambios significativos", asegura Sánchez. Unos cambios todavía más difíciles de conseguir "si no incluía las pymes, que son la mayoría. El derecho a la igualdad no puede depender de la medida de la empresa", lamenta.
Repensar las políticas de género
Según la experta, "tendríamos que dejar de hablar de políticas de género y de igualdad; para pasar a abordar la calidad y la sostenibilidad del mercado de trabajo". Sánchez afirma que "la cultura de gestión de personas a las pymes es deficitaria. Ni tienen recursos ni quieren ni pueden dedicarlos". A su entender, "se tienen que diseñar buenos sistemas de selección, de planes de carrera y de retribución. Con esto se eliminan todo tipo de desigualdades, también las de género".
Abordar el mercado de trabajo para eliminar la desigualdad de género es la opción que contempla la experta, que constata que "el error fundamental de todas las reformas laborales es que sólo han tenido el foco, y de manera cosmética, en la creación de ocupación. Crear ocupación sea como fuere". Sánchez lamenta que "no hay visión estratégica de valor, y se genera un modelo de relaciones laborales absolutamente frágil y que no ha conseguido eliminar los déficits estructurales".
El resultado es un sistema que "favorece las gestiones de personas especulativas, basadas en los costes laborales y no en el valor real". Todo ello sumado a la pérdida de peso de la negociación colectiva y los sindicatos, incrementa la flexibilidad automática y hace que "los colectivos con menos capacidad de negociación queden más desprotegidos. Con la crisis, el derecho a la igualdad ha quedado aparcado totalmente", critica.
Las propuestas de mejora
Para encontrar una vía que revierta la situación, Sánchez propone medidas para la corresponsabilització masculina en las tareas de cura. "Cuidar no puede ser sólo atención patrimonial", advierte. Además, reclama un cambio en la gestión de los tiempos de trabajo aprovechando que "ya se puede organizar mejor el tiempo para la empresa y los trabajadores con las nuevas tecnologías, también a las pymes.
Finalmente, insta a profesionalizar la gestión de las personas a las pymes; y a diseñar políticas públicas out of the box. "Y si dejamos de regular las políticas de igualdad desde la normativa laboral? Y si lo hacemos desde la mercantil?", cierra preguntándose de forma retórica.
Menor actividad femenina
"La tasa de actividad de las mujeres es más baja en general que la de los hombres", constata la profesora de Esade. Aún así, apunta que "la crisis ha hecho florecer las mujeres como mesa de emergencia. Antes eran mujeres que estaban en casa, y cuando los maridos han perdido el trabajo han entrado a resolver la situación". Analizando por franja de edad, hombres y mujeres presentan un comportamiento bastante similar. Ahora bien, Sánchez alerta que "la evolución de la ocupación a lo largo de la crisis nos enseña que las mujeres están estancadas". Y es que a la hora de salir de la crisis "no están teniendo una recuperación tan rápida como la de los hombres".
Implicar los hombres en las tareas de cura
Esther Sánchez también denuncia que "la población inactiva masculina y femenina es estructuralmente diferente, básicamente por la cura de familiares". Sánchez deja claro que "la inactividad de los hombres no está vinculada a tareas de curas, mientras la de las mujeres sí.". En este ámbito, afirma, "los hombres noestán".
Una situación especialmente preocupante porque "desde una situación de inactividad, las mujeres tienen más difícil la reincorporación al mercado de trabajo que desde una situación de paro", asegura.
Degradación de la calidad del trabajo
En cuanto a la calidad del trabajo, la profesora de Esade constata que "en general se está produciendo un proceso progresivo de devaluación". Más temporalidad, inseguridad y aumento de las diferenciasson los principales indicadores.
"Se han incrementado los contratos a tiempo parcial, especialmente entre las mujeres", dice Sánchez. Un hecho "preocupante" desde el momento que no es "una modalidad de contratación querida. La genteaccede porque es el único que encuentra, y tiene un riesgo importante de uso especulativo", alerta.
Más allá del horario, Sánchez también destaca que "las mujeres mucho más a menudo que los hombres ocupan puestos de trabajo por debajo de su titulación". Y todavía apunta otra cuestión básica: "empieza a asentarse el relato de la necesidad de formarse a lo largo de la vida; pero esto no es posible en un momento donde no se puede conciliar trabajo y familia o trabajo y formación".
La ineficacia de la Ley de Igualdad
El Gobierno socialista español aprobó en 2007 la Ley de Igualdad, que no ha acabado de cumplir las expectativas generadas. "La ley siempre es reactiva y llega tarde", avisa Sánchez. A pesar de que ha ayudado a prevenir situaciones de desigualdad, la profesora de Esade constata que "la ley por sí sola no es un instrumento de cambio. Tiene que venir acompañada por educación, cambio cultural y con una ejecución de disuasión".
La ley de Igualdad, pues, "no ha provocado cambios significativos", asegura Sánchez. Unos cambios todavía más difíciles de conseguir "si no incluía las pymes, que son la mayoría. El derecho a la igualdad no puede depender de la medida de la empresa", lamenta.
Repensar las políticas de género
Según la experta, "tendríamos que dejar de hablar de políticas de género y de igualdad; para pasar a abordar la calidad y la sostenibilidad del mercado de trabajo". Sánchez afirma que "la cultura de gestión de personas a las pymes es deficitaria. Ni tienen recursos ni quieren ni pueden dedicarlos". A su entender, "se tienen que diseñar buenos sistemas de selección, de planes de carrera y de retribución. Con esto se eliminan todo tipo de desigualdades, también las de género".
Abordar el mercado de trabajo para eliminar la desigualdad de género es la opción que contempla la experta, que constata que "el error fundamental de todas las reformas laborales es que sólo han tenido el foco, y de manera cosmética, en la creación de ocupación. Crear ocupación sea como fuere". Sánchez lamenta que "no hay visión estratégica de valor, y se genera un modelo de relaciones laborales absolutamente frágil y que no ha conseguido eliminar los déficits estructurales".
El resultado es un sistema que "favorece las gestiones de personas especulativas, basadas en los costes laborales y no en el valor real". Todo ello sumado a la pérdida de peso de la negociación colectiva y los sindicatos, incrementa la flexibilidad automática y hace que "los colectivos con menos capacidad de negociación queden más desprotegidos. Con la crisis, el derecho a la igualdad ha quedado aparcado totalmente", critica.
Las propuestas de mejora
Para encontrar una vía que revierta la situación, Sánchez propone medidas para la corresponsabilització masculina en las tareas de cura. "Cuidar no puede ser sólo atención patrimonial", advierte. Además, reclama un cambio en la gestión de los tiempos de trabajo aprovechando que "ya se puede organizar mejor el tiempo para la empresa y los trabajadores con las nuevas tecnologías, también a las pymes.
Finalmente, insta a profesionalizar la gestión de las personas a las pymes; y a diseñar políticas públicas out of the box. "Y si dejamos de regular las políticas de igualdad desde la normativa laboral? Y si lo hacemos desde la mercantil?", cierra preguntándose de forma retórica.