El negocio pirotécnico en Catalunya: más sostenible y menos ruido

El sector prevé llegar a los 19 millones de euros de facturación por San Joan

Parada de La Traca en Terrassa | Cedida Parada de La Traca en Terrassa | Cedida

Más fuentes de colores por delante del trueno. Más sostenibilidad y menos contaminación acústica. Éstas son las novedades del Sant Joan de este año. El sector pirotécnico catalán prevé incrementar las ventas por esta verbena por encima de las registradas en 2021, el primero en el que se recuperó cierta normalidad desde el estallido de la pandemia. Si en la campaña anterior se registraron unos 18 millones de euros en ventas, uno más que en el último año antes de la crisis sanitaria, en 2019, para este 2022 calculan alcanzar los 19 millones.

Como premisa, la pirotecnia tiene momentos álgidos durante el año, como por ejemplo fin de año, por las Fallas de Valencia, por Sant Joan o con espectáculos pirotécnicos de marzo a septiembre, que concluye con la festividad de la Mercè en la capital catalana. Jordi Brau, secretario de la Asociación Española de Pirotécnica (Aepiro) y CEO de Cialfir, conocidos por la marca comercial La Traca, explica a VIA Empresa que estos dos últimos años en el sector del espectáculo y la fabricación han tenido caídas del 50% de facturación. Por lo que respecto al ámbito comercial, la bajada ha sido del 20%. El peor momento fue con las Fallas de Valencia de 2020, ya que todo el mundo había hecho una inversión previa, preparados para el 19 de marzo y lo cancelaron. Vino el coronavirus y el posterior confinamiento de la población. Y todo se perdió.

Sin embargo, de cara a Sant Joan del 2020 y del 2021 hubo una cierta apertura del ocio y Brau confiesa que “supimos comunicarlo bien sectorialmente, que los clientes hicieran pedidos online y que se pagara en tarjeta en los puntos de tarjeta”.

Novedades en los petardos más consumidos

Brau apunta que en el caso catalán los petardos más consumidos dependen de qué zona celebres la verbena, ya que por ejemplo en el interior del país se utiliza un producto y en la costa otro. En estos momentos se venden muchas bombillas, bengalas y petardos con efectos, entre ellos fuentes y baterías. Por el contrario, la adquisición de cohetes ha disminuido. "La sociedad es consciente de las oleadas de calor, de los incendios y del ruido que provoca la pirotécnica y se ha notado el cambio", prosigue el empresario del sector.

Las bombillas, las bengalas, las fuentes y las baterías son los petardos que estan en auge

"En el negocio de la pirotecnia nos debemos a los clientes y hoy en día hay muchas asociaciones animalistas o personas con discapacidad que reclaman la sostenibilidad. Por tanto, nos hemos puesto las pilas y hemos reducido los plásticos, así como la composición química, por dejar atrás los metales y los productos pesados", remarca Brau.

Por ejemplo, la asociación inglesa de defensa de la crueldad animal solicitó que respecto a la contaminación acústica no se pase de los 97 decibelios, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide que sea de 120 decibelios. Brau afirma que en 2010 se hacían truenos de 15 gramos y la directiva europea ha dicho que actualmente no pueden pasar de los dos gramos. Por tanto, en una década se ha reducido la carga explosiva del producto, para fomentar un reglamento de convivencia. "Desde nuestra compañía queremos llegar a una contaminación acústica baja y estamos desarrollando líneas de productos que sigan esta tendencia", continúan.

 

Parada de La Traca | Cedida
Parada de La Traca | Cedida

 

Desde Cialfir explican que como grupo facturan 15 millones de euros anuales, un 60% pertenece a puntos de ventas propios, el otro 30% está a venta a terceros y el 10% a la exportación en países como Portugal, Francia, Italia o Austria. Confiesan que es un año muy bueno gracias a las fallas y a las bodas. Y avanza que han cerrado exclusivas de distribución con el objetivo de una pirotecnia distinta.

Terrassa: prueba piloto

Como curiosidad, este año La Traca se ha unido al Ayuntamiento de Terrassa y han montado una casita en exclusiva con productos de baja intensidad, para que los usuarios se adapten y consuman estos nuevos productos.

Terrassa cuenta con una prueba piloto: una parada de La Traca con petardos de baja intensidad

Respecto a La Traca, su líder detalla que cuentan con 180 casetas repartidas por todo el territorio. Pese a que existe un pequeño incremento de precios, calculan que los catalanes se gastan 50 euros para adquirir petardos. Confiesan que muchos usuarios acuden a última hora, pero un aspecto positivo de la pandemia es que ha hecho que muchos de ellos vayan con previsión y puedan gestionar mejor los stocks.

La voluntad final, que sea un momento de fiesta, que no haya incidentes y mucha, mucha magia.

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