
16
de Marzo
de
2015 - 04:30
Este año sí. Todas las previsiones económicas apuntan que el 2015 será por fin el año de la auténtica salida de la recesión, con un crecimiento del PIB en España del 2% o incluso alguna décima superior. El Informe Económico de Esade hecho público este lunes profundiza en esta dirección. Josep M. Comajuncosa, profesor de Economía de esta escuela de negocios y autor del informe, augura que "la previsión tanto para la economía española cómo para la europea es casi mejor que buena".
Aún así, alerta que "hay un número importante de riesgos a la baja". La inestabilidad política e institucional, una recuperación del precio del petróleo, o efectos contraproducentes de las políticas monetarias no convencionales del Banco Central Europeo (BCE) son algunas de las amenazas del crecimiento económico, las enemigas de la recuperación.
"Son riesgos bastante compartidos porque la evolución de España depende mucho la zona euro", ha explicado Comajuncosa en rueda de prensa. "Si Europa va mal, a medio-largo plazo la economía española también", asegura a pesar de matizar que esta condición no tiene porque cumplirse si se altera la orden de los factores: "Europa podría ir bien y España no".
La estabilidad europea tiene tres patas
Según el estudio de Esade, la principal amenaza a buenas perspectivas económicas españolas es "la inestabilidad política que ha permitido la situación actual". Comajuncosa explica que actualmente la zona euro "evoluciona bien a partir de un acuerdo de tres puntos entre gobiernos e instituciones".
La primera de las patas de la estabilidad es la política monetaria no convencional del BCE, que ha optado para comprar títulos de deuda pública. La segunda es la relajación de los ajustes fiscales para reducir el déficit público; y la tercera es el mantenimiento de la agenda de reformas estructurales a la zona euro, todavía pendiente en países como Francia. "Se logró un acuerdo entre gobiernos e instituciones europeas alrededor de estos tres principios. Pero si alguna de estas líneas se rompe, influirá enseguida en las otras", advierte el profesor.
Esta es la principal amenaza de una tercera recesión. A pesar de todo, Comajuncosa deja claro que el hecho que algunos países de la periferia "puedan intentar negociar las condiciones que se los han puesto es legítimo". Ahora bien, también aclara que "si no llegamos a un acuerdo entre todos, pueden volver a aparecer dificultades". El profesor de Esade, además, señala que en estos desacuerdos los protagonistas no tienen que ser forzosamente los griegos de Syriza o el posible auge de Podemos en España. "También pueden haber discusiones entre Francia y Alemania", destaca.
Un petróleo encarecido restaría crecimiento
Otro de los riesgos que sufre el crecimiento económico español tiene un cariz más geoestratègic. "La bajada del precio del petróleo y la energía ha ayudado a este crecimiento. Si por cuestiones de cualquier tipo esta tendencia cambia, esto generaría dificultades de crecimiento a la zona euro y a la economía española", dice Comajuncosa.
La situación en Irak, Ucrania, Rusia o Libia puede afectar de pleno el precio del crudo, que durante la segunda mitad del 2014 ha caído más de un 50%, convirtiéndose en uno de los principales motores del crecimiento español. "Ha sido un regalo porque aquí lo importamos todo", comenta Comajuncosa sobre una cuestión que "no se puede controlar".
El BCE se queda a medias en la política 'keynesiana'
"La política monetaria del BCE de compra de deuda pública ha implicado básicamente imprimir billetes", dice Comajuncosa. El estamento europeo ha aplicado en cierta medida la idea keynesiana que en un momento de recesión y con consumo privado muy frenado, la única solución es el aumento de gasto público y que el banco central imprima billetes para financiarlo.
El BCE, en efecto, ha imprimido billetes para comprar deuda pública, pero en cambio ha reducido el gasto público. "Por lo tanto, podría ser que esta política no asumiera el objetivo deseado. Es cómo si a una palanca le sacas el punto de espaldarazo", alerta.
Además, su aplicación conduce en "un territorio desconocido", donde nadie tiene la certeza que pueda provocar "efectos burbuja" en alguna de las economías europeas, como la española.
El as a la manga no está bastante definido
Cómo que Europa es consciente de esta carencia, tiene un "as a la manga: el Plano Europeo de Inversiones", conocido como Pla Juncker. "Está esbozado, pero es poco preciso porque no está claro en qué magnitud habrá que utilizarlo", explica el profesor. De entrada, la previsión es que implicaría una inversión pública paneuropea de 315.000 millones de euros, una cifra que queda "un pelo corta" por Comajuncosa.
Estas inversiones irían destinadas a la construcción de infraestructuras en los países donde son necesarias, al apoyo a la investigación y a su aplicación al tejido productivo (innovación), y en la educación. "Todo ello mejoraría la productividad de la economía europea, que ha quedado en tierra de nadie entre las potencias asiáticas y los Estados Unidos", señala.
España, sobrada en infraestructuras a menudo muy cuestionadas, tendría que aprovechar esta inversión en "innovación y educación", resume Comajuncosa. "No se pueden cometer errores antiguos, porque la productividad española ya se deterioró progresivamente incluso durante la época de crecimiento", advierte.
España tiene que hacer los deberes en productividad y paro
Después de años de estancamiento, en España han mejorado las expectativas de las familias y las empresas. "Las personas que han mantenido el trabajo, tienen menos miedo de perderla", asegura el profesor.
Aún así, deja claro que "no tenemos que esperar un gran arranque de la economía española". El nivel de deuda, tanto público como privado, sigue siendo muy elevado, un hecho que "siempre frena el consumo y la inversión y, por lo tanto, el crecimiento", explica Comajuncosa.
Desde Esade apuntan que España, además, tiene dos grandes retos: la creación de puestos de trabajo y el aumento de la productividad. "Hemos destruido más puestos de trabajo que nadie durante la crisis. Además, la interconexión entre la creación de puestos de trabajo y su calidad también tiene que mejorar, tienen que ser sostenibles y en condiciones", asegura.
Por Comajuncosa, que sitúa la previsión de la tasa de paro en el 20%, "se crearán puestos de trabajo a buen ritmo, pero nos preocupa que masas puedan ser de naturaleza temporal y volvemos a una situación de dualidad entre indefinidos y temporales, que no es un buen escenario para la economía española".
Aún así, alerta que "hay un número importante de riesgos a la baja". La inestabilidad política e institucional, una recuperación del precio del petróleo, o efectos contraproducentes de las políticas monetarias no convencionales del Banco Central Europeo (BCE) son algunas de las amenazas del crecimiento económico, las enemigas de la recuperación.
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La evolución del PIB español. Informe Económico de Esade. |
"Son riesgos bastante compartidos porque la evolución de España depende mucho la zona euro", ha explicado Comajuncosa en rueda de prensa. "Si Europa va mal, a medio-largo plazo la economía española también", asegura a pesar de matizar que esta condición no tiene porque cumplirse si se altera la orden de los factores: "Europa podría ir bien y España no".
La estabilidad europea tiene tres patas
Según el estudio de Esade, la principal amenaza a buenas perspectivas económicas españolas es "la inestabilidad política que ha permitido la situación actual". Comajuncosa explica que actualmente la zona euro "evoluciona bien a partir de un acuerdo de tres puntos entre gobiernos e instituciones".
La primera de las patas de la estabilidad es la política monetaria no convencional del BCE, que ha optado para comprar títulos de deuda pública. La segunda es la relajación de los ajustes fiscales para reducir el déficit público; y la tercera es el mantenimiento de la agenda de reformas estructurales a la zona euro, todavía pendiente en países como Francia. "Se logró un acuerdo entre gobiernos e instituciones europeas alrededor de estos tres principios. Pero si alguna de estas líneas se rompe, influirá enseguida en las otras", advierte el profesor.
Esta es la principal amenaza de una tercera recesión. A pesar de todo, Comajuncosa deja claro que el hecho que algunos países de la periferia "puedan intentar negociar las condiciones que se los han puesto es legítimo". Ahora bien, también aclara que "si no llegamos a un acuerdo entre todos, pueden volver a aparecer dificultades". El profesor de Esade, además, señala que en estos desacuerdos los protagonistas no tienen que ser forzosamente los griegos de Syriza o el posible auge de Podemos en España. "También pueden haber discusiones entre Francia y Alemania", destaca.
Un petróleo encarecido restaría crecimiento
Otro de los riesgos que sufre el crecimiento económico español tiene un cariz más geoestratègic. "La bajada del precio del petróleo y la energía ha ayudado a este crecimiento. Si por cuestiones de cualquier tipo esta tendencia cambia, esto generaría dificultades de crecimiento a la zona euro y a la economía española", dice Comajuncosa.
La situación en Irak, Ucrania, Rusia o Libia puede afectar de pleno el precio del crudo, que durante la segunda mitad del 2014 ha caído más de un 50%, convirtiéndose en uno de los principales motores del crecimiento español. "Ha sido un regalo porque aquí lo importamos todo", comenta Comajuncosa sobre una cuestión que "no se puede controlar".
El BCE se queda a medias en la política 'keynesiana'
"La política monetaria del BCE de compra de deuda pública ha implicado básicamente imprimir billetes", dice Comajuncosa. El estamento europeo ha aplicado en cierta medida la idea keynesiana que en un momento de recesión y con consumo privado muy frenado, la única solución es el aumento de gasto público y que el banco central imprima billetes para financiarlo.
Josep M. Comajuncosa ha explicado las previsiones económicas del 2015. Josep Molina. ACN |
El BCE, en efecto, ha imprimido billetes para comprar deuda pública, pero en cambio ha reducido el gasto público. "Por lo tanto, podría ser que esta política no asumiera el objetivo deseado. Es cómo si a una palanca le sacas el punto de espaldarazo", alerta.
Además, su aplicación conduce en "un territorio desconocido", donde nadie tiene la certeza que pueda provocar "efectos burbuja" en alguna de las economías europeas, como la española.
El as a la manga no está bastante definido
Cómo que Europa es consciente de esta carencia, tiene un "as a la manga: el Plano Europeo de Inversiones", conocido como Pla Juncker. "Está esbozado, pero es poco preciso porque no está claro en qué magnitud habrá que utilizarlo", explica el profesor. De entrada, la previsión es que implicaría una inversión pública paneuropea de 315.000 millones de euros, una cifra que queda "un pelo corta" por Comajuncosa.
Estas inversiones irían destinadas a la construcción de infraestructuras en los países donde son necesarias, al apoyo a la investigación y a su aplicación al tejido productivo (innovación), y en la educación. "Todo ello mejoraría la productividad de la economía europea, que ha quedado en tierra de nadie entre las potencias asiáticas y los Estados Unidos", señala.
España, sobrada en infraestructuras a menudo muy cuestionadas, tendría que aprovechar esta inversión en "innovación y educación", resume Comajuncosa. "No se pueden cometer errores antiguos, porque la productividad española ya se deterioró progresivamente incluso durante la época de crecimiento", advierte.
España tiene que hacer los deberes en productividad y paro
Después de años de estancamiento, en España han mejorado las expectativas de las familias y las empresas. "Las personas que han mantenido el trabajo, tienen menos miedo de perderla", asegura el profesor.
Aún así, deja claro que "no tenemos que esperar un gran arranque de la economía española". El nivel de deuda, tanto público como privado, sigue siendo muy elevado, un hecho que "siempre frena el consumo y la inversión y, por lo tanto, el crecimiento", explica Comajuncosa.
Desde Esade apuntan que España, además, tiene dos grandes retos: la creación de puestos de trabajo y el aumento de la productividad. "Hemos destruido más puestos de trabajo que nadie durante la crisis. Además, la interconexión entre la creación de puestos de trabajo y su calidad también tiene que mejorar, tienen que ser sostenibles y en condiciones", asegura.
Por Comajuncosa, que sitúa la previsión de la tasa de paro en el 20%, "se crearán puestos de trabajo a buen ritmo, pero nos preocupa que masas puedan ser de naturaleza temporal y volvemos a una situación de dualidad entre indefinidos y temporales, que no es un buen escenario para la economía española".