Objetivo: reconvertir el mundo del libro

El Gremio de Libreros y la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la UB impulsan el proyecto Hieronymus para hacer una diagnosis amplia del sector y transformarlo

El objetivo del Proyecto Hieronymus es muy claro: reconvertir el mundo del libro. Esta es la voluntad de los impulsores de este ambicioso proyecto que quiere identificar los problemas que afectan el sector del libro como paso previo a la implantación de las mejoras que permitan hacerlo más eficiente, efectivo y adaptado a las necesidades del mundo digital. Pero no es un trabajo fácil. El sector del libro reúne agentes con realidades diversas, que van desde los autores hasta los libreros, pasando por editores, distribuidores, bibliotecarios y, está claro, los mismos lectores. Esta es una de las particularidades más remarcables del proyecto Hieronymus, que ha conseguido aglutinar el apoyo de todos los agentes del sector. Al frente, liderando la iniciativa, se sitúan el Gremio de Libreros y la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la UB.

El decano de la Facultad de Biblioteconomía, Ernest Abadal, apunta que hay que adaptarse a los cambios y novedades que afectan el mundo del libro y que por eso "hace falta que el mercado se repiense y se actualice en su totalidad y en cada una de sus partes.

"Ahora es un buen momento a escala socioeconómica para hacer una pausa" y hacer esta radiografía del sector, añade a su vez el presidente del Gremio de Libreros de Cataluña, Antoni Dora. Estamos en un momento en que el comercio intenta superar la fuerte crisis, en que los hábitos de lectura están cambiante y en que se va implantando lentamente el libro electrónico, apunta Dora, que cree que ante todo esto hay que "coger las inquietudes de todos los actores implicados, analizar las debilidades y amenazas y explorar caminos de mejora".

Apostar por las nuevas tecnologías
"Tenemos un gran reto que es el de adaptarnos en las nuevas tecnologías, tanto en cuanto a la gestión interna cómo en la prescripción y la promoción del libro", añade Dora hablando ahora desde su punto de vista como librero. Y es que el que está claro es que las nuevas tecnologías son un reto por todo el sector del libro. Ahora bien, los agentes consultados coinciden a destacar que el libro electrónico no acaba de funcionar: "el libro digital no es prioritario, la prioridad es que la gente lea", dice Laura Huerga, editora de Rayo Verde. Pero todos son conscientes que hay que hacer apuestas decididas por la venta online y por la gestión de las redes sociales para llegar a nuevos lectores.

"Queremos dar un mejor servicio, mejorar la comunicación con el cliente y darle el máximo de información", apunta Patricia Prósper, product manager de la librería Laie, convencida que uno de los retos del mundo del libro es conectarse tecnológicamente. "Tenemos que poder crear núcleos entre las librerías para poder crear una ruta de tiendas y dirigir los clientes si en una no tenemos el que busca. Con las nuevas tecnologías lo podemos hacer", explica, advirtiendo de la amenaza que supone Amazon y el servicio de entrega de productos en 24 horas. "La tecnología nos permite perfeccionar la gestión, pero por eso hacen falta webs potentes, que puedan actuar como tiendas paralelas en la tienda física".

Demasiados libros y pocos lectores
Entre las debilidades del sector, Antoni Dora señala que hay "dinámicas que no son bastante eficientes en la distribución" y también una queja habitual por parte de muchos libreros, y es que "hay un exceso de títulos, que en tiempos de crisis se hace insostenible". "Este es un problema derivado de la investigación del gran best-seller, que ha hecho que se publiquen cantidades ingentes de libros", responde Laura Huerga, que también es presidenta del grupo de editoriales catalanas independientes. Sin embargo, a pesar de admitir que en los últimos años ha crecido el número de editoriales, también defiende la importancia "de tener diversidad".

Huerga señala las diferencias existentes entre el libro en castellano y el libro en catalán, que sólo representa el 25% de las ventas. "Después del franquismo el catalán se quiso reivindicar con libros muy comerciales, pero ahora se reclama calidad y cuesta llegar a nuevos públicos", explica señalando una de las problemáticas del mundo editorial. Por Huerga, el público tiene "un gran desconocimiento de los grandes autores catalanes". Un problema transversal que hay que abordar desde varios ámbitos, incluido el de la educación.

Desde el mundo editorial, el principal reto no es reducir el número de libros editados sino "hacer crecer el número de lectores y la exigencia lectora", afirma Huerga. "Hace falta que la gente sepa donde puede encontrar calidad, que sepan que los libros no se producen en la China. Y que la gente lea más en catalán", resume.

Todas estas inquietudes, y también las que puedan tener los autores, correctores, traductores, agentes literarios y otros agentes, son las que recogerá el proyecto Hieronymus a lo largo de los próximos meses. Y a partir de aquí, "explorar caminos de mejora", según Antoni Dora.

Y a pesar de los retos, el presidente del Gremio de Libreros se muestra optimista. Cree que las tecnologías contribuirán a potenciar el sector del libro y, en el caso de las librerías, que ayudarán también a dinamizar la actividad cultural que ya se está llevando a cabo a muchas de ellas. "El mundo de la librería es muy vivo, pero hace falta que los libreros cuiden sus fondos, que se especialicen y asuman nuevas maneras de trabajar actuando como agentes culturales y no sólo como vendedores", dice, añadiendo que "el futuro no está tan mal".
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