
08
de Febrero
de
2016
Act.
08
de Febrero
de
2016
Desde hace unos años, los pisos turísticos se han convertido en objeto de deseo tanto de grandes cadenas hoteleras cómo de propietarios particulares que buscan la porción de un pastel que, hasta no hace mucho, estaba en manso de los gestores de apartamentos turísticos "de toda la vida". La apuesta turística de Barcelona y Cataluña sumado al intento de regulación de hace unos años ha servido de impulso de este modelo de negocio que se presenta a las principales plataformas online de compraventa de pisos como una vivienda de rentabilidad elevada. A guisa de ejemplo, en 2010, en Barcelona,había registrados unas 2.000 viviendas de uso turístico (HUTS). El 2015, la cifra se ha multiplicado por cinco, hasta 10.000 pisos turísticos. Los datos hablan de un negocio potencialmente muy lucrativo.
Pero no todo son flores y violas. La falta de una regulación clara que defina los derechos, deberes, usos y tipologías de las viviendas turísticas; la moratoria existente en Barcelona desde hace un año; la competencia de propietarios particulares y cadenas hoteleras dentro del negocio; el boom de la economía colaborativa que hace triunfar propuestas como Airbnb o Coachsurfing; o las actitudes incíviques que dan mala imagen a los pisos turísticos han obligado a comenzar un debate profundo sobre la gestión, las oportunidades y el futuro de este modelo de negocio.
Tolerancia cero
La carencia de regulación y la moratoria existente en Barcelona es el tema que genera más debate. A finales de año, el Ayuntamiento de Barcelona inició un proceso sancionador contra Airbnb y Homeaway con dos multas de 30.000 euros para cada una. "Tendremos tolerancia cero contra todo tipo de oferta ilegal de alojamiento turístico", ha asegurado la tinenta de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad de Barcelona, Janet Sanz.
En este sentido, en un debate organizado a Esade, tanto gestores de apartamentos como hoteleros están de acuerdo en qué es necesaria una normativa que regule los pisos turísticos, pero con matices. "La Administración tiene que jugar un papel de control y supervisión porque hay muchas viviendas turísticas ilegales", pide Roger Vall, director financiero del Majestic Hotel Group (firma que ha entrado dentro del negocio de los apartamentos turísticos).
Pablo Zubicaray, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (FEVITUR) cree que esta situación es culpa de la moratoria existente, "que provoca situaciones alegals. Si la gente pudiera, se sacaría la licencia", asegura.

Pero no todo son flores y violas. La falta de una regulación clara que defina los derechos, deberes, usos y tipologías de las viviendas turísticas; la moratoria existente en Barcelona desde hace un año; la competencia de propietarios particulares y cadenas hoteleras dentro del negocio; el boom de la economía colaborativa que hace triunfar propuestas como Airbnb o Coachsurfing; o las actitudes incíviques que dan mala imagen a los pisos turísticos han obligado a comenzar un debate profundo sobre la gestión, las oportunidades y el futuro de este modelo de negocio.
Tolerancia cero
La carencia de regulación y la moratoria existente en Barcelona es el tema que genera más debate. A finales de año, el Ayuntamiento de Barcelona inició un proceso sancionador contra Airbnb y Homeaway con dos multas de 30.000 euros para cada una. "Tendremos tolerancia cero contra todo tipo de oferta ilegal de alojamiento turístico", ha asegurado la tinenta de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad de Barcelona, Janet Sanz.
En este sentido, en un debate organizado a Esade, tanto gestores de apartamentos como hoteleros están de acuerdo en qué es necesaria una normativa que regule los pisos turísticos, pero con matices. "La Administración tiene que jugar un papel de control y supervisión porque hay muchas viviendas turísticas ilegales", pide Roger Vall, director financiero del Majestic Hotel Group (firma que ha entrado dentro del negocio de los apartamentos turísticos).
Pablo Zubicaray, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (FEVITUR) cree que esta situación es culpa de la moratoria existente, "que provoca situaciones alegals. Si la gente pudiera, se sacaría la licencia", asegura.
Los ponentes durante el acto 'El modelo de negocio de los apartamentos y las viviendas de uso turístico' organizado a Esade
Una regulación a la carta
Según ChemaGonzàlez, fundador de AlterKeys y director de desarrollo de negocio de Bemate.com (plataforma que fusiona los servicios de un apartamento con los de un hotel tradicional) "todos queremos una regulación, porque así echaríamos los piratas. Ahora bien, todos abogamos por una regulación justa, pero no todos queremos la misma".
"Los hoteleros reclaman a los HUTS las mismas condiciones que tienen que cumplir los hoteles", lamenta Zubicaray, poniendo como ejemplo el hecho que se pretenda que los apartamentos turísticos se ubiquen únicamente en suelo terciario, como los hoteles. "Cuando se crea la normativa de los apartamentos turísticos hay una presión profunda del sectorhotelero, que intenta poner cláusulas para dejar fuera otras modelos", afirma Zubicaray, muy crítico con la posición adoptada por el sector hotelero. Sin embargo, el presidente de FEVITUR se muestra partidario de desregularitzar los hoteles, sometidos a unas normas estrictas para conseguir unas estrellas que, hoy, ya no responden a las demandas de calidad de los clientes. Del mismo modo, Zubicaray reclama unas medidas más elásticas para los pisos turísticos.
Usuarios de los apartamentos
Los cuatro ponentes desmienten la mala imagen que tienen los pisos turísticos desde que los medios se han hecho eco de las actitudes incíviques de unos turistas de la Barceloneta, un barrio donde proliferan especialmente los HUTS. "Un 79% de los usuarios de los pisos y apartamentos turísticos sonfamilias y no borrachos desnudados como nos han querido hacer creer", explica Zubicaray.
Según Gonzàlez, hoy los apartamentos y hoteles se reparten la clientela porque se complementan. "No hay un producto para cada persona, sino para cada momento", argumenta explicando que cuando viajes en familia optas por el apartamento y en cambio, en un viaje de negocios, quizás resulta más cómodo el hotel.
Propietarios particulares vs. grandes empresas
El perfil de los propietarios de los apartamentos también es un tema a considerar: el 48% de los pisos turísticos está en manso de propietarios que tienen cinco o más HUTS, mientras que el 35% pertenecen a propietarios que sólo tienen un apartamento turístico. La media, según el presidente de FEVITUR, es de dos pisos por cada barcelonés, un dato que demuestra que las ganancias provenientes de la gestión de HUTS acaba yendo a parar, en buena parte, en la misma ciudadanía y no en las grandes empresas o cadenas hoteleras, como se tiende a pensar.
"En los últimos 12 o 13 años el sector ha cambiado mucho", explicar Zubicaray, especialmente con la burbujainmobiliaria que hizo entrar nuevos operadores en el negocio. "Las pequeñas empresas que hoy se dedican a comercializar pisos turísticos están muertas, pero sí que hay negocio en la gestión de los apartamentos. Yo veo un futuro brillante", añade.
Este futuro, sin embargo, pasa para "consolidar la regulación de los apartamentos y pisos", apunta Gonzàlez, que también pronostica buenas perspectivas por aquellos "que sepan escuchar el cliente, entender que quiere y que necesita, y que sean capaces de ofrecerle algo diferente y personalizada".
Una regulación a la carta
Según ChemaGonzàlez, fundador de AlterKeys y director de desarrollo de negocio de Bemate.com (plataforma que fusiona los servicios de un apartamento con los de un hotel tradicional) "todos queremos una regulación, porque así echaríamos los piratas. Ahora bien, todos abogamos por una regulación justa, pero no todos queremos la misma".
"Los hoteleros reclaman a los HUTS las mismas condiciones que tienen que cumplir los hoteles", lamenta Zubicaray, poniendo como ejemplo el hecho que se pretenda que los apartamentos turísticos se ubiquen únicamente en suelo terciario, como los hoteles. "Cuando se crea la normativa de los apartamentos turísticos hay una presión profunda del sectorhotelero, que intenta poner cláusulas para dejar fuera otras modelos", afirma Zubicaray, muy crítico con la posición adoptada por el sector hotelero. Sin embargo, el presidente de FEVITUR se muestra partidario de desregularitzar los hoteles, sometidos a unas normas estrictas para conseguir unas estrellas que, hoy, ya no responden a las demandas de calidad de los clientes. Del mismo modo, Zubicaray reclama unas medidas más elásticas para los pisos turísticos.
Usuarios de los apartamentos
Los cuatro ponentes desmienten la mala imagen que tienen los pisos turísticos desde que los medios se han hecho eco de las actitudes incíviques de unos turistas de la Barceloneta, un barrio donde proliferan especialmente los HUTS. "Un 79% de los usuarios de los pisos y apartamentos turísticos sonfamilias y no borrachos desnudados como nos han querido hacer creer", explica Zubicaray.
Según Gonzàlez, hoy los apartamentos y hoteles se reparten la clientela porque se complementan. "No hay un producto para cada persona, sino para cada momento", argumenta explicando que cuando viajes en familia optas por el apartamento y en cambio, en un viaje de negocios, quizás resulta más cómodo el hotel.
Propietarios particulares vs. grandes empresas
El perfil de los propietarios de los apartamentos también es un tema a considerar: el 48% de los pisos turísticos está en manso de propietarios que tienen cinco o más HUTS, mientras que el 35% pertenecen a propietarios que sólo tienen un apartamento turístico. La media, según el presidente de FEVITUR, es de dos pisos por cada barcelonés, un dato que demuestra que las ganancias provenientes de la gestión de HUTS acaba yendo a parar, en buena parte, en la misma ciudadanía y no en las grandes empresas o cadenas hoteleras, como se tiende a pensar.
"En los últimos 12 o 13 años el sector ha cambiado mucho", explicar Zubicaray, especialmente con la burbujainmobiliaria que hizo entrar nuevos operadores en el negocio. "Las pequeñas empresas que hoy se dedican a comercializar pisos turísticos están muertas, pero sí que hay negocio en la gestión de los apartamentos. Yo veo un futuro brillante", añade.
Este futuro, sin embargo, pasa para "consolidar la regulación de los apartamentos y pisos", apunta Gonzàlez, que también pronostica buenas perspectivas por aquellos "que sepan escuchar el cliente, entender que quiere y que necesita, y que sean capaces de ofrecerle algo diferente y personalizada".