El departamento de Economia i Hisenda de la Generalitat ha reducido en un punto y medio la previsión del PIB catalán para el 2022. El efecto de la guerra a Ucrania y la inflación y la crisis de suministros hace que la economía catalana acelere solo un 4,9% en comparación con los seis puntos y medio proyectados hasta ahora a las estimaciones del departamento, que no prevé recuperar los niveles de actividad prepandèmia hasta el año 2023.
A precios a salto de mata, el PIB catalán llegará este año hasta los 266.838 millones de euros, unos 23.000 MEUR más que el 2021, mientras que la creación de ocupación se acelerará en unas 85.000 contrataciones nuevas. El paro, según las estimaciones de la consejería dirigida por Jaume Giró, bajará durante el ejercicio al 10,4%.
La bajada de las estimaciones de crecimiento catalanas va en linea con la caída de las expectativas económicas a todo el continente. El Estado español, de hecho, ha reducido sus previsiones de crecimiento del 7% hasta el 4,3% para el presente ejercicio. La incertidumbre geopolítica y la espiral de aumento de precios son los principales factores por esta caída de capacidad económica.
Todo y la reducción en las estimaciones, el departamento detecta también elementos que favorecerán el crecimiento catalán. La llegada y despliegue de los fondos Next Generation EU o la recuperación del turismo a ritmos anteriores a la pandemia, así como las medidas de contracción de precios de la energía, contribuirán a recuperar el ritmo económico al país.
Por factores concretos, la demanda mostrará crecimientos significativos, con una alza interna del 3,1% y exterior del 1,7%. En cuanto al consumo de los hogares, puede aumentar cerca de un 4%, mientras que la formación bruta de capital registrará un crecimiento próximo al 5%, según la consejería. Las exportaciones crecerían a un ritmo superior al 11%, especialmente gracias al turismo extranjero, mientras que las importaciones lo harían al 8,8%.