¿Un catalán que trabaje en Barcelona debe cobrar más que alguien que lo haga en el resto del país o en zonas rurales? Este es uno de los grandes debates que está surgiendo en Catalunya y tiene en el punto de mira lo que se conoce como "prima salarial urbana". Es decir, un concepto que existe en las grandes ciudades del mundo, como Nueva York o Londres, en el que los trabajadores cobran de media un 30% más que si lo hicieran en ciudades medianas o pequeñas. De hecho, ha surgido un informe del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) que ha llenado las portadas de los numerosos medios de comunicación catalanes: el salario mínimo para llegar a fin de mes en Barcelona supera ya los 1.500 euros. Y lo peor de todo: en los últimos cinco años, el coste de la vida en la capital catalana ha crecido un 43%. El gran dilema salarial y territorial, a continuación.
En primer lugar, no es ninguna novedad que vivir en Barcelona es más caro que en el resto de Catalunya. Concretamente, para subsistir en la ciudad condal con dignidad es necesario un sueldo mínimo de 1.552 euros, es decir, casi un 10% más que el año anterior, según el AMB. Sin embargo, si la persona que vive sola tiene hijos puede necesitar más de 2.400 euros mensuales. Sin embargo, de esa remuneración mínima que reclama la ciudad para vivir en ella no está pensada para invertir en lujos, sino necesidades básicas. Un tercio de esta cifra la devora el alquiler o vivienda en propiedad, más otro tercio la luz, el gas, el agua y llenar la nevera. El resto se va en gastos extraordinarios, como el ocio, la educación, la ropa, el transporte y la limpieza.
¿Barcelona se merece salarios más altos?
¿En Barcelona debería haber un salario mínimo más alto que en el resto de Catalunya? Antoni Cunyat, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, apunta a VIA Empresa que el debate no es un fenómeno único de la capital catalana, sino que afecta a Madrid, a grandes ciudades europeas y americanas. El coste de vida es elevado en comparación con el ámbito rural y la cuestión principal se encuentra más en el salario medio que en el mínimo, que es mayor en el caso barcelonés que en el resto de los territorios. Para el experto existe un estudio salarial que comparó de 2004 a 2020 la ciudad de Madrid y Barcelona con el resto de las ciudades medias y se dieron cuenta de que el salario medio era un 45% más alto y el coste de vida tan sólo un 20% más que el resto. Es decir, "acaba compensando". Por tanto, si efectúas el resto de los porcentajes, los barceloneses o madrileños tienen un 20% más de salario neto que el resto.
Cunyat (UOC): "Los expertos recomiendan sólo destinar un 30% del salario a pagar una hipoteca o un alquiler, pero si por ejemplo alguien en Barcelona cobra 1.500 euros sólo puede optar a una habitación compartida"
Como contrapartida, uno de los grandes afectados son las generaciones más jóvenes que suelen empezar su carrera profesional con salarios que superan por poco el mínimo exigido por ley de 1.080 euros. En este caso, los jóvenes deben compartir piso porque no pueden permitirse vivir solos o en pareja e, incluso, ir a vivir lejos del área metropolitana o en el extrarradio. De hecho, algunos optan por vivir en casa de los progenitores durante más años para evitar pagar alquileres que pueden llegar a comportar más del 90% del sueldo.
"Los expertos recomiendan sólo destinar un 30% del salario a pagar una hipoteca o un alquiler, pero si por ejemplo alguien en Barcelona cobra 1.500 euros mensuales y debe asignar una tercera parte a la vivienda, sólo puede optar a una habitación compartida ", continúa el experto.
Alberich (Foment): "Los jóvenes se quejan porque los sueldos son ajustados y porque se ha instalado en la sociedad una cierta desesperanza respecto al futuro"
En estos momentos los jóvenes destinan el 85% del sueldo al alquiler en Barcelona y el 65% en el resto de Catalunya, según CCOO. Como contrapartida, sólo un 17% de personas de entre 16 y 29 años viven fuera del domicilio familiar. "Este hecho sugiere que, en Catalunya, tener un trabajo no es condición suficiente para emanciparse", destacan los expertos consultados.
Jordi Alberich, vicepresidente coordinador del Instituto de Estudios Estratégicos de Foment, apunta a que los jóvenes se quejan porque los sueldos son "ajustados" y porque se ha instalado en la sociedad una cierta "desesperanza respecto al futuro". "Muchos de los jóvenes que hoy tienen 28 años sienten que estarán igual con 35 y que no hay nada que hacer", precisa el miembro de Foment.
Para Alberich existe un fenómeno que es "el atractivo de las ciudades y su capacidad de atracción". Antes existía una oferta de vivienda orientada a la demanda local, compraban pisos y esto determinaba el precio de los hogares. En cambio, cuando la demanda se multiplica por parte de personas extranjeras, los precios suben de forma desorbitada y es lo que se llama “gentrificación”.
La City de Londres como máximo esplendor
Las reivindicaciones por un mayor salario en las capitales tienen como gran paradigma el caso de Londres. El profesor de la UOC Cunyat considera que el caso de la capital de Inglaterra es exagerado porque tienen lo que se conoce como la City y su distrito financiero, donde se encuentran los trabajadores "de élite con salarios elevadísimos". También existe lo que se conoce como "economía de aglomeración" en la que se cobran complementariedades elevadas, ya que varias empresas se agrupan en una determinada área y atraen a los trabajadores más productivos y cualificados. Facturan millones de euros.
Por ejemplo, en la City de Londres se genera el 9% del producto interior bruto (PIB) del país británico y un 35% de las exportaciones de Reino Unido al exterior. Además, existen 500 entidades bancarias con sucursal o sede. Y la gran curiosidad: se estima que de la City dependen de forma directa e indirecta un millón de trabajadores. Más de 300.000 personas se desplazan a diario para trabajar allí, pero de forma permanente tan sólo 9.000 de ellos viven allí y pueden pagar los elevados precios de alquiler.
Las reivindicaciones por un salario más elevado en las capitales tienen como gran paradigma el caso de Londres
En resumen, el sueldo medio en Londres está en las 41.866 libras anuales (unos 47.400 euros anuales o 3.950 euros mensuales si es en 12 pagas) aunque esta cifra se ve 'hinchada' por los grandes salarios de los ejecutivos y CEO de la City, que pueden superar las seis cifras.
Retos de presente y futuro: ¿Hacia dónde vamos?
Tomando como referencia los datos que recopila el servicio estadístico del Ayuntamiento de Barcelona, el salario medio de un barcelonés fue en 2021 de 2.057 euros netos al mes (en 12 pagas). Éste ha crecido desde 2016 un 10,8%, frente al 31,8% de lo que calcula el AMB que se ha encarecido la vida en este mismo periodo. Es decir, el coste de vida en la capital catalana ha crecido tres veces más que los salarios en el último lustro. Y que muestra, un cambio irreversible después de la pandemia y de los felices 2000.
Ricard Bellera, secretario de Trabajo y Economía de CCOO Catalunya, huye de la singularidad de Barcelona y pide que haya un salario de referencia de ámbito catalán, ya que si fuera diferente complicaría crear un marco ajustado a cada núcleo urbano. Para el experto es importante combatir el alto coste de vida con políticas municipales que promuevan salarios dignos y políticas que ajusten a los precios en ingresos de las personas. "Un primer paso sería aumentar el número de viviendas públicas como se ha hecho en Berlín, que ha permitido contener los precios", continúa Bellera.
Y otro elemento para el debate, según el miembro de Foment Alberich, tiene que ver con muchos municipios limítrofes, como por ejemplo el caso de la ciudad condal con Hospitalet de Llobregat o Cornellà. Y se pregunta: "¿Alguien de Barcelona debe cobrar por ley más que alguien de L'Hospitalet que tenga un trabajo similar y lo haga a dos calles de distancia?"