Los protagonistas del MidCat, la infraestructura que ha vuelto del coma profundo

La nómina de miembros del consejo de Enagás le resultará familiar

La empresa Enagás es la promotora del proyecto juntamente con la francesa Teréga | EP La empresa Enagás es la promotora del proyecto juntamente con la francesa Teréga | EP

En pocas semanas, el gasoducto que un día tenía que enlazar la península ibérica con Europa a través de Catalunya HA pasado de ser un proyecto olvidado a protagonizar titulares en todos los medios estatales y en buena parte de los europeos. La guerra en Ucrania ha modificado tanto el escenario energético continental, que las posiciones contrarias a poner en funcionamiento esta infraestructura gasista han quedado repentinamente desfasadas hasta el punto de, con los ojos del 2022, parecer grotescas. Por ejemplo, hace sólo un par de años habíamos llegado a leer que "el Midcat es una fantasía, sin ningún cimiento real, para dar salida a la sobrecapacidad gasista que han pagado todos el consumidores durante la última década. En vez de pararse, como hizo el sector nuclear en los ochenta, se ha preferido la fuga hacia ninguna parte, pensando que algún día el consumo de gas se disparará". La realidad es cambiante y emperrarse a hacer predicciones es un pasaporte directo al fracaso; efectivamente, el consumo del gas no se ha disparado, pero sí se ha modificado de manera radical la situación del principal proveedor europeo, Rusia, y esto ha hecho alterar todos el planes energéticos del continente.

No es el propósito de este artículo hacer un análisis del proyecto y su situación presente, una tarea que ya resolvió de manera excelente Enric Llarch en el artículo ¿Resucitará el MidCat? publicado el pasado 15 de marzo en este mismo digital, pero sí que queremos entrar al por menor de los protagonistas principales del gasoducto. Por cierto, el nombre MidCat proviene de la contracción de las dos regiones implicadas en la interconexión internacional: Midi-Pyrénées (Migdia-Pirineus) y Catalunya. Ha pasado tanto tiempo desde el proyecto inicial, que la región del lado francés ya ni siquiera se llama así, porque en 2016 pasó a denominarse Occitania.

Més info: ¿Resucitará el MidCat?

El primero de los elementos que hace falta poner sobre la mesa es, precisamente, la materia que tendría que correr por dentro de la cañería que hoy en día ha quedado parada en Hostalric: el gas natural. Se trata de una sustancia en estado gaseoso de manera natural y que está formada por varios hidrocarburos. Su proceso de formación se muy parecido al del petróleo -descomposición de materia orgánica en ausencia de oxígeno- hasta el punto que una y otra sustancia a menudo se encuentran en los mismos yacimientos. La gracia del gas natural es su gran capacidad calorífica y los elevados niveles de eficiencia que muestra -superior a otros combustibles como el carbón o el uranio-, sobre todo en utilización directa, es decir, quemado para generar calor. Decimos esto porque tiene un uso secundario de gran trascendencia, pero menos conocido por el público, como es su utilización para generar electricidad a través de las centrales de ciclo combinado. Como su nombre indica, esta sustancia conocida como gas natural se encuentra en la naturaleza en forma de gas, y es así como se acostumbra a consumir y a distribuir. Pero hay una excepción que hay que destacar: como los gases tienen una densidad muy baja -propia de cualquier sustancia en este estado de la materia- ocupan mucho volumen comparativamente con los líquidos o los sólidos. Esto resulta un problema si se quiere transportar y almacenar porque encarece mucho los costes. La solución en el caso del gas natural es su transformación en un líquido, transformándose en aquello que últimamente hemos escuchado con frecuencia en los medios de comunicación: el gas natural licuado o GNL. Este proceso, que se basa al bajar la temperatura del gas hasta que se vuelve líquido, permite transportarlo en barco entre territorios donde no es posible la interconexión terrestre a través de gasoductos; es el caso del gas que Estados Unidos vende a Europa.

La solución en el caso del gas natural es su transformación en un líquido, transformándose en aquello que últimamente hemos escuchado con frecuencia en los medios de comunicación: el gas natural licuado o GNL

La anomalía histórica que la península esté alimentada por gas natural procedente de Algèria y no de Rusia como el resto de Europa, tiene un artífice con nombres y apellidos: Pere Duran Farell. Su capacidad inagotable para generar ideas y proyectos para mejorar la sociedad marcaron las más de tres décadas que estuvo al frente de Catalana de Gas, aquello que hoy en día se conoce como Naturgy. También estos días VIA Empresa ha publicado un perfil, en este caso firmado por Toni Rodríguez y bajo el título Pere Duran Farell, el catalanista universal.

Otro de los protagonistas de la trama MidCat es la empresa Enagás, que es la promotora del proyecto, junto con la francesa Teréga. De hecho, esta empresa semipública es la encargada de la gestión de todas las redes de distribución del gas, más o menos, como Red Eléctrica en el sector de la electricidad. Enagás nació en 1972 como compañía cien por cien pública para gestionar la red de gasoductos que se estaba implementando en el Estado, así como las plantas de re-gasificación. Durante los años noventa, la compañía fue propiedad de Gas Natural. Si hacemos un análisis a las entrañas de Enagás, veremos desfilar por delante de nuestros ojos todo un estol de ectoplasmas procedentes de los rincones más profundos del cerebro; nos estamos refiriendo a la nómina de miembros de su consejo de administración, que a buen seguro a quien o más quien menos le resultarán familiares:

  • Ana Palacio y del Valle Lersundi: Ministra de Asuntos Exteriores en el gobierno de José María Aznar, entre muchos otros cargos políticos.
  • Antonio Hernández Mancha: Antiguo y fugaz líder del PP (1987-1989) cuando todavía se decía Alianza Popular. Pasó a la historia por haber planteado una moción de censura suicida contra Felipe González que marcó su declive como líder de la derecha española.
  • Marcelino Orea Arburúa: Ex-eurodiputado del Partido Popular, hijo de Marcelino Orea Aguirre y primo de Jaime Mayor Orea, los dos ex-ministros. Es el consejero delegado de la empresa desde hace una década. Fue director general de la firma catalana EMTE.
  • José Montilla Aguilera: Presidente de la Generalitat en el periodo 2006-2010 y con una larga carrera política -casi cuarenta años- en las filas socialistas.
  • José Blanco López: Ex-ministro socialista de los gobiernos de Rodríguez Zapatero.
  • Isabel Tocino Biscarolasaga: Ex-ministra de los gobiernos de José María Aznar y miembro del Opus Dei.

Si hacemos un análisis a las entrañas de Enagás, veremos desfilar por delante de nuestros ojos todo un estol de ectoplasmas procedentes de los rincones más profundos del cerebro

Otros consejeros menos conocidos son Gonzalo Solana González (economista, ex-presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia y muy vinculado a los aparatos del Estado), Santiago Ferrer Costa (economista ibicenco vinculado al Estado), Ignacio Grangel Vicente (abogado del Estado especializado en energías y muy vinculado a organismos estatales), Cristóbal José Gallego Castillo (ingeniero aeronáutico), Patricia Urbez Sanz (ingeniera de telecomunicaciones vinculada a la empresa Fujitsu), Bartolomé Lora Toro (economista con varios cargos en la SEPI), Natalia Fabra Portela (economista especializada en energía) y Maria Teresa Arcos Sánchez (economista con plaza en el cuerpo de técnicos comerciales y economistas del Estado). El presidente de la compañía es el catalán Antonio Llardén Carratalà, que está en el cargo desde el 2007. Es ingeniero industrial por la UPC y Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor de Francia.

El líder en retribuciones dentro del consejo (2021) es Llardén, con 1,7 millones de euros, seguido por Orea con más de 900.000 euros. Del resto, la mayoría se sitúan alrededor de los 160.000 euros, en un grupo donde hay los ex-políticos Blanco, Montilla (166.000), De Palacio (190.000) y Hernández Mancha.

De la propiedad de la compañía tampoco se habla mucho, de forma que merece la pena consultar los datos. Fruto de esto, vemos que los máximos accionistas son el Estado (a través de la SEPI, Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y Amancio Ortega Gaona (propietario de Inditex), los dos con un 5% del capital. Después de ellos, encontramos a algunos de los sospechosos habituales, como son Vanguard, BlackRock y StateStreet (con participaciones entre el 1,7% y el 2,7%) y a la firma Mubdala, que es el fondo soberano de Emiratos Árabes (3%). Las acciones de Enagás que cotizan libremente en bolsa -el llamado free float- se sitúan entre el 80 y el 90% del capital. Los beneficios netos de la compañía acostumbran a superar los 400 millones de euros anuales.

Veremos si el cambio de planes que ha supuesto la guerra de Ucrania sirve para impulsar el Midcat y que éste avance más allá de Hostalric hasta llegar a Barbaira (Aude, Occitania), punto final de la interconexión con Francia. Siempre es interesante para un país disponer de infraestructuras críticas en su territorio.

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