"La ley de la competencia en economía digital no ha logrado sus objetivos"

El Palau Macaya de La Caixa y la ACCO organizan un debate sobre la necesidad de cambiar la regulación en materia de competencia entre empresas para no acabar con ella

La entrada de Google a Singapur | iStock La entrada de Google a Singapur | iStock

¿Somos conscientes del precio que tiene la gratuidad de servicios como el buscador de Google, las aplicaciones sin coste de nuestros teléfonos inteligentes o de comprar un cepillo de dientes por internet? Que los usuarios consigamos tener a nuestro alcance todo esto y sin pagar ni un euro tiene un coste elevado, nuestra privacidad; pero, ¿cómo se regula todo esto y cómo la ley puede ayudar a que la competencia entre empresas no muera y no perjudique al consumidor? La economía digital ha venido para quedarse, pero eso "nos obliga a pensar fuera de nuestra zona de confort". En palabras del profesor de Derecho de Competencia en la Universidad de Oxford, Ariel Ezrachi, el debate en este sentido no es si hay o no beneficios, la discusión se centra, a su parecer, en si el mercado sigue funcionando.

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En el marco del ciclo de debates organizados por el Palau Macaya de La Caixa con la Autoritat Catalana de la Competència (ACCO) sobre cómo la economía moderna está forzando a repensar las reglas del juego en lo que a regulación se refiere, se ha puesto en cuestión el hecho de si la ley tiene el poder de resolver el problema que hoy en día provoca este nuevo panorama para las empresas y para los consumidores porque, de momento y según Ezrachi, "la ley de la competencia en la economía digital no ha logrado sus objetivos".

Ezrachi: "La ley de la competencia en la economía digital no ha logrado sus objetivos"

Y si no los ha logrado es, a parte de "la lentitud con que se toman las decisiones", por "cómo la política incide en el debate y en qué hacer". El abogado principal de competencia en Google en Londres, Miguel Pérez, pone encima de la mesa que la legislación considera que "cuando empezamos a tratar a los consumidores como ganado harán lo que la empresa dominante proponga", mientras que, a juicio suyo, "en el mundo en línea la definición de internet es que cualquiera está a un clic de lo que busca". Lo que sí que es cierto es que, como dice Ezrachi, "cuando compramos en línea, no vemos el mercado, vemos una realidad diseñada para nosotros", es decir, que si yo busco Apple en Google, ya sabrá que quiero un producto de esta compañía y no una manzana.

The winner takes it all

Como decía la canción de Abba, el ganador se lo lleva todo. "Nos topamos con una situación en que el que gana se queda con todos los clientes y con todos los beneficios" porque "hemos pasado a hablar de competencia en el mercado a competencia dentro del mercado", explica el profesor de la Universidad de Oxford, que recuerda que de las ocho principales empresas del mundo, siete son plataformas como Google o Amazon. La realidad ha cambiado y es necesario -y corre prisa- ponerse las pilas en este terreno porque hoy "las plataformas son el centro de nuestra economía".

El Palau Macaya i l'ACCO debaten sobre la regulació de la competència

El Palau Macaya y la ACCO debaten sobre la regulación de la competencia

Y, partiendo de esta realidad que ya hace años que se ha impuesto en nuestras vidas, el también director del Centro de Derecho y Política de Competencia de la Universidad de Oxford lamenta que "no hemos abordado el principal problema que son las fusiones entre las principales plataformas que han generado monopolio" y pueden acabar con la competencia. Esa incertidumbre, que convive con mercados muy dinámicos, "hace aumentar los costes" y esta situación ha desembocado en que "muchas fusiones se llevan a cabo para acabar con la veracidad del consumidor". Por ejemplo, "las acusaciones a Google y Facebook sobre la veracidad de las fusiones".

Ante este panorama, que avanza a la velocidad de la luz, Ezrachi se pregunta si "tenemos que desarrollar entidades digitales regulatorias" porque, según su punto de vista, "la ley de la competencia no puede considerarse la solución a todos nuestros males" y más teniendo en cuenta que "tenemos una limitación y es que "en el ámbito judicial las cosas van muy lentas". Se trata de fair play, de regular el juego limpio y de que, si por ejemplo alguien se cae, venga una ambulancia pero también haya un cerco para evitar la caída. "Hay que poner fronteras al daño", propone.

La mayor multa de la historia

Las millonarias multas de la Comisión Europea a Google por su posición dominante en el mercado sirvió para demostrar que "en algunos casos, la cosa se pone muy política: la ley de la competencia quiere argumentar que es científica pero a menudo es cuestión de percepción que se acaba convirtiendo en política de manera muy rápida si no vigilamos para que no sea así", se lamenta el abogado principal de competencia en Google, que recuerda que la multinacional recibió las multas más altas jamás impuestas en la historia: una de 2.420 millones de euros en 2017 y otra de 4.340 millones de euros un año más tarde.

Pérez: "La ley de la competencia quiere argumentar que es científica pero a menudo es cuestión de percepción"

El argumento era, por una parte, que Google favorecía de forma sistemática su servicio de comparación de precios con Google Shopping en los resultados de su buscador en detrimiento de los de sus rivales y, por la otra, por utilizar Android de forma monopolística y haber violado desde 2011 la normativa europea por "imponer restricciones ilegales a los fabricantes de dispositivos Android y los operadores de redes móviles" consolidando "su posición dominante" en el mercado de internet.

Por cuestión de competencia desleal también, Spotify denunció a Apple en Bruselas al considerar que las reglas "limitan las opciones y reprimen la innovación a costa de la experiencia del usuario". Según la compañía de música en streaming, los de Cupertino actúan como "jugador y árbitro" por poner en desventaja al resto de desarrolladores por obligar a los servicios digitales a pagar una comisión del 30% por cada compra realizada mediante su sistema de financiación, cosa que hincharía el precio de Spotify y lo elevaría por encima del de Apple Music. Casos así a montones, pero pocas líneas de trabajo definidas en este terreno.

Forzados a cambiar el modelo de negocio

La legislación ha obligado, por ejemplo a Google, a cambiar su modelo de negocio según cuenta Pérez, que recuerda que "nosotros antes no cobrábamos" y que, además, quisieron generar un modelo de negocio basado en el pago en especies, pero la Comisión Europea no lo aceptó. "Cuando te haces grande como empresa, te cambian el modelo de negocio, te lo prohíben, te lo limitan y te lo bloquean", se lamenta el abogado de Google, que lo dibuja con una imagen muy clara: "Nos han impuesto vender hamburguesas Burger King en un local McDonald's".

Realp: "Mientras cambia el modelo de negocio, la decisión de la UE no es positiva para los consumidores porque tendrán que pagar las aplicaciones y la pagarán con datos"

El director general de la ACCO, Marc Realp, también ha querido decir la suya señalando que "nada es gratis" porque "el usuario paga un coste, pero mientras cambia el modelo de negocio, la decisión de la UE no es positiva para los consumidores porque tendrán que acabar pagando las aplicaciones y lo pagarán con los datos".

Y es que, como dice el profesor de Oxford, "no sabemos qué hay que hacer, pero algo hay que hacer" porque, como exponía la vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestage, "lo que sucede en línea no se queda en línea. Afecta a todo lo que hacemos, desde la forma en que hacemos nuestro trabajo hasta el futuro de nuestra democracia".

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