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Relaciones personales, base del éxito

La gestión de las relaciones personales es básica por el buen funcionamiento de la empresa, a menudo entorpecida por los celos o la incomunicación

La patronal se muestra positiva
La patronal se muestra positiva
11 de Abril de 2014 - 05:30

"Las relaciones personales son la base de la convivencia social. Cómo que una empresa es una organización social, si las personas que la integran no tienen unas relaciones óptimas, es imposible que la empresa funcione". Así de rotunda es Iolanda Guiu, socia de Barton Consultants y experta en consultoría de organización.

Asegura que a la empresa siempre un paso depende del anterior, y "con sólo que haya uno que tenga la mínima intención de hacer la pascua a otro, ya se crean unas dinámicas extrañas que se van ampliando, y el que no era nada va creciendo como una bola de nieve". Quien no conoce el caso de amigos dentro de una empresa que han acabado no hablándose? "Si estos conflictos no se resuelven, cualquiera otro conflicto laboral tampoco lo hará. Las relaciones personales atrasan muchas veces la resolución de problemas ", afirma Guiu.

Celos y carencia de comunicación
A la hora de identificar los principales problemas relacionales dentro de las empresas o despachos , Guiu no duda a señalar los celos profesionales. También destaca el problema que supone una baja autoestima profesional, que provoca "o bien que la gente se cierre, o bien que sea muy dictatorial".

Bien a menudo, destaca, "los problemas pueden empezar con una mala selección. Todo el mundo busca el mejor candidato, pero no el más adecuado, sin tener en cuenta si ligará o no con el equipo". Y es que una mala convivencia fomenta la presencia de mercenarios laborales. "Cuando alguien te dice que seva a otra banda cobrando el mismo, te tienes que plantear que algo pasa. Pero a menudo el que se hace es abrir la puerta y dejar marchar", dice Guiu; que remarca que "el compromiso pasa para identificarte con el trabajo que haces y con la gente con la que trabajas".

Ahora bien, la principal mala práctica es no comunicar. "Nos pasa a todos los niveles, los rumores hacen mucho más mal que cualquier comunicación que puedas hacer", dice Guiu. Destaca que "las cabezas, por proteccionismo propio o por paternalismo, no quieren dar información en empresas que no van demasiado bien o tienen problemas económicos". No afrontar la comunicación de tú a tú aumenta la distancia entre empresario y trabajador, ydificulta la empatía que permitiría comprometerse plegados.

El análisis de la situación
Guiu señala que el primer paso que se tiene que hacer es un análisis, y recomienda que provenga de una visión externa y objetiva , puesto que es difícil serlo cuando un mismoestá implicado. Visitar, hacer trabajo con la gente, observar y realizar entrevistas personales puede permitir construir un puzzle de la situación que identifique los problemas.

"A través de la comunicación no verbal puedes captar muchos rifirrafes", destaca la experta. Y añade que "las entrevistas personales son muy necesarias porque la gente tiene la necesidad que lo escuchen, sobre todo a las empresas, donde no se acostumbra a escuchar demasiado".

A veces incluso "se llega a hacer terapia personal, porque los problemas vienen sólo de no escuchar la gente". Cosas tan pequeñas como que a una persona le moleste la luz, o un conflicto con el aire acondicionado, pueden ser una traba para fructificar buenas relaciones personales. "Y a menudo es tan sencillo de resolver como invertir las mesas y la ubicación a la oficina porque todo el mundo esté más a gusto", relata Guiu.

Hablando la gente se entiende
Estas actuaciones para mejorar las relaciones personales, a pesar de depender mucho cada caso, pueden extenderse entre uno y dos meses para el análisis y unos seis meses para trabajar las soluciones. Un plan de marketing para vender más u organizarse mejor, puede ser un buen pretexto para conseguir que todo el mundo se implique a trabajar estas cuestiones.

Después del análisis, "la solución pasa mucho por el diálogo, hablar mucho con la gente, saber el que quieren", dice Guiu. Cómo que a veces no es fácil, la formación es una buena excusa. "Permite hablar de terceros, explicar películas donde se sientan identificados", explica. Y es que "cuando voces un conflicto propio escenificado en otro, entiendes el que está pasando y eres capaz de analizar y ponerte en disposición de solucionarlo", remata.

Por ejemplo, en el caso de una empresa afectada por rumores de mala situación, "cuando el empresario hace un ejercicio de comunicación y de compartir estos sentimientos, los trabajadores se implican con su frustración, y entienden los sacrificios que ha tenido que hacer", asegura Iolanda Guiu.

La empatía que genera compartir incertidumbres y voluntades de superación genera que "los empleados acepten trabajar juntos con el empresario e incluso rebajarse el sueldo de buen grado para salir adelante la empresa", destaca. A su parecer, es clave la comunicación y el refuerzo positivo. "Estamos acostumbrados a señalar sólo los errores. Y el salario emocional realmente existe. Felicitar el trabajo muy hecho soluciona muchas cosas".

Separar el ámbito personal y el profesional
Las relaciones personales dentro de las empresas también incluyen amistades o algo más. "Si se sabe separar el ámbito profesional del personal, no hay problema", dice la experta. Señala que "las prohibiciones son absurdas en este sentido"; y que aunque se haya advertido que las relaciones amorosas no son muy ver, "el peor que se puede hacer es echar alguno de los implicados, cómo ha pasado a menudo".

Concluye que, en definitiva, si una empresa quiere ser rentable y eficiente "tiene que identificar los conflictos y resolverlos; porque si una persona no está bien, no trabaja bien por mucho que se se lo exija".