Un salario mínimo más alto para que Catalunya gane competitividad

La Cambra de Comerç de Barcelona propone un SMR de entre 1.000 euros y 1.100 euros mensuales para 2020

Joan Canadell y Joan Ramon Rovira presentan el estudio sobre el salario mínimo Joan Canadell y Joan Ramon Rovira presentan el estudio sobre el salario mínimo

Un Salario Mínimo de Referencia (SMR) de entre 1.000 y 1.100 euros en Catalunya para 2020. Esta es la propuesta de la Cambra de Comerç de Barcelona para andar hacia "un modelo económico de más alto valor añadido", un modelo que guíe al territorio catalán hacia una transformación de la sociedad en que el consumo aumente y se dinamice la economía. Así lo ha señalado el presidente de la corporación, Joan Canadell, durante la presentación del estudio Un salario mínimo de referencia para Catalunya, donde ha querido dejar muy claro que "tenemos margen para incrementarlo siempre con la precaución de que hay segmentos concretos por los cuales tenemos que velar", pero también que, "en según qué territorios o sectores, será más fácil que en otros".

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Si Catalunya tiene margen para elevar el salario mínimo es porque el estudio demuestra que sólo el 10,7% de las empresas encuestadas han notado una afectación de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de los 735,9 euros a los 900 euros mensuales que subió en 2019 y que, además, en el caso de la industria esta la incidencia todavía es menor. Según el director del gabinete de estudios económicos de la Cambra, Joan Ramon Rovira, este incremento no ha tenido impacto a vista de pájaro, pero sí que es cierto que "todo es discutible" y que, por ejemplo, "en subsectores como la agricultura y en empresas determinadas sí que ha habido alguno".

Canadell: "Tenemos margen para incrementar el Salario Minimo de Referencia siempre con la precaución que hay segmentos concretos por los cuales tenemos que velar"

Tampoco el análisis de impacto sobre la evolución de los afiliados no muestra que el aumento del SMI del año pasado haya tenido un efecto negativo destacable sobre el mercado laboral catalán y, precisamente por eso, la entidad propone actualizar el SMR de acuerdo con el crecimiento tendencial de los precios y de la productividad, teniendo en cuenta el impacto que estos aumentos generen sobre la ocupación en los años sucesivos.

Sello de calidad

Pero para que todo vaya a la par y esto sea posible, la Cambra también apunta la necesidad de impulsar un modelo económico basado en el desarrollo del talento, la innovación y la I+D, y acompañarlo de un incremento gradual del SMR que, aseguran, "serviría de efecto transformador de la economía, estimulando la iniciativa empresarial hacia sectores de más valor añadido".

Rovira: "El Govern puede luchar para que se pueda establecer un complemento para ajustar el valor de este salario mínimo diferenciado por comunidades"

A pesar de que, como recuerda Rovira, "el Govern no tiene competencias para el SMI", sí que puede hacer vía en este terreno teniendo en cuenta las cifras de cara a sus empleados, así como "introducirse en el ámbito estatal para defender la necesidad de que haya un SMI interprofesional diferenciado al menos por comunidades y que se pueda establecer un complemento para ajustar el valor de este salario mínimo".

Pero, ¿hasta qué punto se puede elevar el salario mínimo sin que esto afecte negativamente a la competitividad? Llegar a los 1.239 euros mensuales propuestos por el Govern para este 2020 conlleva que "el riesgo de que los costes superen los beneficios sea muy elevado" y, a pesar de que según el director de estudios económicos de la Cambra "tenemos que tender a llegar este nivel", a parecer de Canadell se podría lograr este incremento de cara a 2025 según el escenario económico en que se encuentre Catalunya.

 

"Catalunya sí que puede tener un salario mínimo de 1.200 en unos años, mientras que Extremadura por ejemplo no lo podría hacer", señala el presidente de la institución.

Transformar la sociedad

Con todos estos argumentos bajo el brazo, el presidente de la Cambra considera que "una manera de transformar la sociedad en el modelo económico catalán es ayudarles en el salario mínimo" y, justamente por eso, emplaza a las administraciones a "dar un mensaje al empresariado que tiene que transformar sus negocios hacia este modelo" porque, sostiene, "es posible ir hacia un modelo de más valor añadido de forma gradual".

Canadell: "Una manera de transformar la sociedad en el modelo económico catalán es ayudarles en el salario mínimo"

De hecho, subrayan, la idea es actualizar los valores del SMR en función de la evidencia disponible sobre el impacto en la ocupación derivado de los aumentos del SMR en años sucesivos y de la evolución tendencial del PIB con la mirada puesta en 2030. De este modo, el SMR superaría los 1.200 euros en 2026 y se acercaría a los 1.400 euros en 2030.

Ahora bien, la Cambra también propone introducir excepciones en la regla general para los jóvenes hasta los 25 años y para determinados territorios con un coste de la vida notablemente superior como podría serlo el Área Metropolitana de Barcelona. Justamente el hecho de adecuar el salario mínimo al nivel de vida del lugar donde se ubica el trabajo es la opción preferida de las 2.400 empresas que han participado en la encuesta de la Cambra.

 

Este salario mínimo de referencia "lo tendrán que establecer por acuerdo los agentes sociales" y con la participación del Govern, asegura Rovira, que añade que esto tendría que servir para fijar un umbral básico de referencia para los salarios de convenio en el sector privado en todo el territorio de Catalunya. Y el empresariado catalán se muestra completamente favorable al incremento del SMR o de subir los salarios de los convenios colectivos, mientras que sólo el 18,5% de las empresas afirma que hay que dejar la situación como está.

Más sueldos, más PIB y más consumo

El estudio, además, propone toda una serie de criterios para actualizar los valores del salario mínimo cómo, entre otras cosas y en palabras de Rovira, "evaluar de manera continuada cuál es el impacto sobre la ocupación del SMR", así como "ajustar la evolución de estos valores en función del incremento de los precios y de la productividad, por ejemplo, ajustarlo al PIB por persona ocupada".

Rovira: "Hay que ajustar la evolución de estos valores en función del incremento de los precios y de la productividad, por ejemplo, ajustarlo al PIB por persona ocupada"

Todo ello va en sintonía del quinto eje de la Cambra para desarrollar el proyecto Catalunya 30/40 bautizado como Modelo económico de alto valor añadido con salarios dignos y que remarca que "para que Catalunya sea uno de los estados europeos con más renta per cápita, hace falta que el máximo de la población profesional trabaje en los sectores punteros y esto requiere la formación adecuada, el impulso de la administración, el acercamiento de las universidades al mundo empresarial y, en definitiva, una apuesta de país".

Pero para lograr este aumento del PIB per cápita, hace falta, pues, que el SMI "sea más alto, de acuerdo con el que tienen economías ricas similares a la catalana". Porque, insisten, "un salario más alto en sectores que lo permiten implica un nivel adquisitivo superior y, por lo tanto, un mayor consumo y más generación de PIB". Y es que, como dice Canadell, si aumenta el salario mínimo, la sociedad se transformará y evolucionará hacia una Catalunya con un alto valor añadido y de calidad. Una Catalunya (todavía) más competitiva.

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