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El sector del cava se “resigna” a trabajar con unos aranceles del 15% y pide "estabilidad"

AECAVA calcula una caída del 10% de las ventas en Estados Unidos, que en 2024 alcanzaron los 18 millones de botellas

Joaquim Tosas, presidente de AECAVA | Àlex Recolons / ACN
Joaquim Tosas, presidente de AECAVA | Àlex Recolons / ACN
Redacción VIA Empresa | ACN
01 de Septiembre de 2025 - 01:37

Después de meses de incertidumbre, el sector del cava ha asumido con resignación que para vender sus productos en Estados Unidos tendrá que afrontar un 15% de aranceles. Desde la patronal AECAVA reconocen que nunca confiaron en un gravamen reducido del 2,5% y que ahora toca adaptarse al nuevo escenario. “Con Trump nunca se puede dar nada por cerrado, pero nosotros estamos planificando el futuro con este 15% de aranceles. Ahora lo que necesitamos es estabilidad”, señala el presidente de la patronal, Joaquim Tosas. El sector recuerda que el gravamen también afectará a sus competidores y que esto lo tienen que aprovechar, por ejemplo, para intentar ganar mercado al champán francés, que es más caro.

 

El presidente de AECAVA asegura que las empresas asociadas hace meses que trabajan para adaptarse a unos aranceles que, más allá de la cifra final, veían “inevitables”. Joaquim Tosas recuerda que en la primera legislatura de Donald Trump se consiguió frenarlos, pero que esta vez, a pesar de los esfuerzos a muchos niveles, ya se veía que no sería posible.

“Evidentemente, no es una buena noticia tener que asumir un 15% de aranceles, pero después de meses de baile de cifras y mucha incertidumbre ya conocemos las nuevas reglas de juego. Ahora tenemos que trabajar para asumir de la mejor manera el nuevo gravamen y buscar alternativas para seguir siendo competitivos en Estados Unidos”, señala Tosas.

 

Sobre la afectación que tendrán los aranceles, la patronal AECAVA calcula que las ventas de cava en Estados Unidos, que el año pasado alcanzaron los 18 millones de botellas, podrían caer en torno a un 10% en los próximos meses. De hecho, Tosas asegura que la caída de ventas ya se empezó a notar en abril, cuando se anunciaron los gravámenes.

De esta situación da constancia el gerente de Caves Vilarnau, Damià Deàs, quien explica que cuando se empezó a hablar de aranceles y con el posterior baile de cifras registraron una “parada” significativa de las ventas en Estados Unidos, mercado importante donde destinan cerca de un 30% de sus exportaciones. “Los importadores tenían miedo y se notó”, recuerda.

Con todo, tanto Deàs como Tosas reconocen que en estos cuatro meses el sector en su conjunto se ha ido adaptando al nuevo escenario consciente de que cada actor, también el consumidor final, tendrá que hacer un esfuerzo, sea perdiendo margen de beneficio o pagando más por el producto final. Ambos coinciden también en el hecho de que este contexto puede ofrecer "oportunidades" al cava catalán para ganar cuota de mercado en Estados Unidos. Aquí, recuerdan que el champán francés, el competidor directo en cuanto a los espumosos que siguen el método tradicional, tiene "un mix de venta más alto", lo que hará que en el lineal se encarezca más y que algunos consumidores puedan apostar por el cava como alternativa. 

Afectaciones de la guerra comercial de Trump

Joaquim Tosas asegura que la guerra comercial iniciada por Donald Trump ha creado una inestabilidad y una inseguridad jurídica que ha afectado el consumo a escala global y que el sector del cava notará las consecuencias porque las exportaciones en su conjunto se resentirán. 

Según los datos del Consell Regulador de la DO Cava, durante el 2024 se vendieron en Estados Unidos un total de 18 millones de botellas. Son el 12% del conjunto de las exportaciones. El cava es el segundo vino espumoso más importado en este territorio, por detrás del prosecco italiano, y es el líder entre los espumosos que se elaboran siguiendo el método tradicional -dos fermentaciones-.