Los territorios más industrializados de Catalunya tienen menos desigualdades de renta. Ésta es una de las principales conclusiones del estudio Geografía de la industria y cohesión social, elaborado por el Instituto de Economía de Barcelona por encargo del Gobierno. El informe demuestra empíricamente que la industria contribuye a reducir las desigualdades y, en esta línea, comprueba que existe menos cohesión social en las zonas donde ha aumentado el peso de los servicios en detrimento de la industria. El informe señala que los territorios en los que la distribución de la renta entre sus habitantes es más equitativa son los de Igualada, Olot y Guissona y esto se atribuye al elevado peso del sector industrial en estas zonas.
De hecho, Guissona tiene un peso de la industria que es 3,5 veces más alto que la media catalana, el de Igualada es el doble y el de Olot se aproxima al doble. Los casos de Guissona y Olot están muy centrados en la industria alimentaria y el de Igualada, en el textil, confección y cuero. La relación entre la industria y la desigualdad se explica porque cuando los trabajadores de estas industrias reducen su peso, el mercado laboral se polariza en dos grupos: "el de los puestos de trabajo muy bien remunerados con niveles de formación altos y otro grupo con un número creciente de puestos de trabajo de trabajos manuales de menor calificación que sustituyen a los puestos de trabajo que antes aportaban las industrias intermedias y tradicionales".
En las industrias avanzadas, presentes sólo en Barcelona, Sant Celoni y Olot, no se confirma este mecanismo de reducción de la desigualdad. Esta evidencia indica que sería la pérdida de peso de las industrias intermedias y las tradicionales la que incrementa la desigualdad. El estudio analiza 31 Sistemas Locales de Trabajo, que son unidades geográficas, distintas de las comarcas, creadas a partir de criterios de movilidad laboral, y comprueba que los territorios que han perdido peso relativo de la industria lo han hecho para aumentar el peso de los servicios, especialmente los de menor calificación.
Los casos de Guissona y Olot están muy centrados en la industria alimentaria y el de Igualada, en el textil, confección y cuero
Esto ha provocado una mayor dualidad del empleo entre los trabajadores muy cualificados, preferentemente en la industria, y los muy poco cualificados; y, por tanto, más diferencias en la distribución de la renta entre los residentes. "La presencia grande de sectores servicios y, en particular, los menos avanzados es lo que genera mayores desigualdades en el territorio", concluye el informe. También clarifica que la industria genera más equidad en la distribución de la renta pero no porque iguale las rentas hacia los niveles más bajos sino hacia los más altos. "La posible hipótesis de que la industria genera menor desigualdad a costa de menor renta, no es cierta", aseguran.