Más allá de la crisis general del sector del transporte, que hizo que los conductores amenazaran con una huelga en el ámbito estatal entre los pasados 20 y 22 de diciembre, que finalmente desconvocaron, las empresas leridanas afrontan otros problemas que ponen en riesgo la viabilidad de la actividad. La principal es la falta de mano de obra, que a veces provoca la parada de la flota. El fenómeno, que se arrastra como mínimo desde 2019, ha impulsado a las compañías, ayudadas por la Asociación de Transportistas de Lleida (Asotrans), a contratar conductores fuera, especialmente en Perú. Desde hace dos años, se han formalizado 150 nuevas altas. Este colectivo sí que encuentra atractivas las condiciones laborales que se les ofrecen aquí.
"Ahora mismo no tenemos demanda, puesto que hace una década nos beneficiamos de la gente que se había quedado sin trabajo por la crisis de la construcción y de las contrataciones que hacíamos en origen en Polonia y Bulgaria antes de que pertenecieran a la Unión Europea (UE)". Así define la situación la secretaria general de la Asociación de Transportistas de Lleida, Sílvia Llobet. Además, Llobet lamenta que, a pesar de que se trata de una profesión con un sueldo garantizado digne y un trabajo estable, "las nuevas generaciones no se animan porque priorizan la conciliación familiar y no quieren pasar días o semanas durmiendo fuera de casa". En este caso, todo no vale por el sueldo. "Se priman más valores como poder dormir en casa o poder ver crecer a los hijos, más que el salario". En la misma línea se expresa el responsable de la sección del transporte de CCOO Lleida, Joan Riba. "Buena parte del sueldo son dietas, que no cotizan, y estas se producen en jornadas de 15 horas diarias, que acaban de asustar la juventud".
Riba: "Buena parte del sueldo son dietas, que no cotizan, y estas se producen en jornadas de 15 horas diarias, que acaban de asustar la juventud"
La falta de consideración de las empresas que demandan el servicio es otro de los puntos débiles que remarca Llobet. "Creen que los conductores tienen que hacer tareas de carga y descarga, cuando no tendría que ser así, reciben presiones de los clientes y como no existe una planificación logística ni una coordinación, a veces tienen que sufrir esperas interminables". Todo esto ha forzado a las compañías de transporte leridanas a encomendarse a países como Chile y Perú, donde gracias a los conocimientos recíprocos de la lengua y la facilidad para validar los carnets de conducir, se han podido encontrar los profesionales que aquí escasean.
Formación y capacitación costosa
Como añadido a esta problemática, Sílvia Llobet advierte que si alguien tiene vocación se encuentra con una formación pesada y costosa, compuesta por 280 horas de prácticas y un desembolso medio de 5.000 euros para obtener el permiso de conducción. "Las empresas están asumiendo la formación de personas que, incluso, se acaban de sacar el carné de conducir", describe Llobet para alertar sobre la emergencia del momento.
Llobet: . "Las empresas están asumiendo la formación de personas que se acaban de sacar el carné de conducir"
Por su parte, los empresarios piden convenios con otros países para poder cubrir las plazas vacantes. La dinámica se genera en toda Europa, donde las dificultades para encontrar conductores para el transporte por carretera son generalizadas. El fenómeno se da en un contexto donde la demanda del comercio electrónico sigue al alza y la plantilla de transportistas está cada vez más envejecida.
Paralelamente, el sector del transporte sufre otras dificultades, cómo el encarecimiento del precio del combustible, derivado de la cotización del petróleo. Al respeto, Sílvia Llobet, asegura que "se han olvidado que durante el confinamiento fuimos sector esencial para suministrar mercancías. Ahora volvemos a ser los olvidados y los pesados que congestionamos, contaminamos o molestamos".
Trato "degradante e inhumano"
Los transportistas de todo el Estado amagaron con llevar a cabo una huelga entre el 20 y el 22 de diciembre, que finalmente no tuvo lugar. En un comunicado, el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) denunció "el estado de abandono" del gobierno estatal al sector. La patronal critica que "después de varios años de negociación" alrededor de varias cuestiones que afectan la actividad laboral de los camioneros, el sector ha "agotado la paciencia y los canales razonables de negociación".
CNTC: "El sector del transporte ha agotado la paciencia y los canales razonables de negociación"
A la vez, la patronal lamenta la falta "absoluta" de sensibilidad de la clientela en la coyuntura económica actual, "que se aprovechan de la posición de dominio" que, a parecer suyo, les concede la regulación vigente del contrato de transportes de mercancías por carretera. La CNTC alerta que la situación actual provoca un problema "enorme" de falta de conductores profesionales "ante el trato degradante e inhumano en las condiciones en que hacen su trabajo".
Algunos de los temas de sus reivindicaciones son la prohibición de que los conductores hagan carga y descarga de los camiones, que no se implante la euroviñeta, que se aplique de forma obligatoria una cláusula de revisión del coste del combustible o áreas de descanso seguras para los profesionales, entre otros.
Los transportistas también sufren los problemas de falta de suministros y de aumento del precio de la energía de los últimos meses. Así, el colectivo cifra en un 25% el aumento de costes que han tenido que asumir los camioneros y que no han trasladado los clientes. A esto se suma la escasez de suministros por la crisis de componentes que vive la automoción y la incertidumbre sobre el Adblue, un aditivo que necesitan todos los camiones de diesel para reducir emisiones y la fabricación del cual se ha paralizado en algunas partes de Europa.