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El turismo rural en Lleida: el reino del visitante de proximidad

En 20 años, la cifra de casas y las plazas de alojamiento se ha doblado, mientras el sector avisa del riesgo por la proliferación de los apartamentos turísticos

Turistas rurales en Esterri d'Àneu
Turistas rurales en Esterri d'Àneu
Lleida
07 de Agosto de 2023

Experiencias turísticas menos masificadas y próximas a la naturaleza. Esta premisa es la que ha hecho reavivar el turismo rural en el Pirineo de Lleida en la era postpandémica. La recuperación no se limita a estos últimos tres años, sino que presenta unas cifras positivas desde hace 20 años. Así lo constata el 'Informe sobre el Turismo rural en la demarcación de Lleida 2002-2022', elaborado por la Cátedra de Turismo de Interior y Montaña de la Universitat de Lleida (UdL). El estudio, presentado por el Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida, destaca que en las dos últimas décadas, el número de casas de turismo rural en la demarcación aumentó de 306 a 685 y las plazas disponibles en la oferta se incrementaron de 2.327 a 5.057.

 

Con estos datos, el vicepresidente del Patronato de Turismo, Juan Antonio Serrano, muestra su preocupación por la regulación de las Viviendas de Uso Turístico (HUC), que considera "representan una amenaza para el turismo rural tradicional". Por eso, pide implantar medidas para regular el crecimiento descontrolado de los HUT, apostando por la diferenciación en función de la oferta turística de cada segmento.

Serrano solicita presionar más a los ayuntamientos y también al Parlament de Catalunya para que hagan una regulación que dé más fuerza o más capacidad de regulación a los municipios, puesto que actualmente es muy limitada. "Es de temer que si no nos lo tomamos en serio, es muy probable que el turismo rural acabe desapareciendo porque se dan todas las facilidades para los HUT y no se facilita nada para las viviendas regladas".

 

Juan Antonio Serrano: "Si no nos lo tomamos en serio, es muy probable que el turismo rural acabe desapareciendo"

En una línea similar se manifiestan desde la Federación de Casas de Turismo Rural de Lleida, que optan por controlar este fenómeno y valoran positivamente el hecho que se realicen estudios de este tipo para tomar decisiones sobre la planificación de la oferta turística, muy centrada en el Pirineo de Lleida, que aglutina el 74% de los establecimientos y el 70% de las plazas de alojamiento de la demarcación. En relación con el perfil del visitante, el estudio dibuja un escenario en el cual la mayor parte de los visitantes son turistas nacionales, siendo testimonial la presencia de los extranjeros.

Esta situación presenta una excepción: el Valle de Arán. A pesar de haber sido pionera en la oferta de turismo rural, prácticamente no ha experimentado ningún tipo de crecimiento en estos últimos 20 años. El estudio destaca que en 2002 el Aran tenía 18 establecimientos y 20 años después solo ha crecido en uno, con lo cual actualmente dispone de una oferta de 19 establecimientos. Una cifra que no se corresponde con la tendencia de crecimiento que han evidenciado el resto de comarcas de la provincia.

Estancia más corta y menor ocupación

En cuanto a la estancia media y el grado de ocupación, se ha observado una disminución en los últimos años. La estancia media ha pasado de 3,5 días en 2010 a 2,5 días el 2022 y el grado de ocupación anual ha mostrado una tendencia a la baja desde el 2009. A pesar de que se ha producido una mejora en las últimas temporadas, las cifras de ocupación todavía están lejos de las conseguidas los años precedentes a la anterior crisis económica.

Por su parte, otra estadística, en este caso del Observatorio del Turismo Rural que impulsan la plataforma EscapadaRural, la Escuela de Hostelería y Turismo CETT de Barcelona y Netquest, muestra que el turismo rural genera un impacto económico de 81 euros por persona y día en Lleida. Este estudio tiene en cuenta tanto el gasto media en alojamiento, que en la provincia calculan en 30 euros, y el gasto en el destino, que sitúan en 51 euros. Desde EscapadaRural aseguran que los turistas que apuestan por estos establecimientos afirman que este verano las estancias serán de seis noches y en familia, lo cual elevaría el gasto máximo a Lleida hasta los 1.944 euros para cuatro personas.

El sector turístico afronta con optimismo el mes de agosto, donde espera que la ocupación media se sitúe entre el 80 y el 95%

Respecto a las previsiones para este verano, el sector turístico de Ponent y el Pirineo y Aran afronta con optimismo el mes de agosto, donde espera que la de ocupación media se sitúe entre el 80 y el 95%. Algunos establecimientos esperan colgar el cartel de completo durante el puente del fin de semana del 15 de agosto. Desde el Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida se confía  en repetir y consolidar los registros del verano pasado, considerado el mejor de la historia, con una cifra de 581.000 turistas y 1,56 millones de pernoctaciones. La previsión depende de las reservas de última hora, una tendencia que también se está consolidando en el periodo postpandémico.

Durante el mes de julio, la ocupación turística en las comarcas leridanas se ha situado entre el 60 y el 65%. En cuanto a septiembre, el sector espera llegar al 45 o el 55%, impulsado por el puente de la Diada. En total, la oferta de alojamiento turístico, formada por los hoteles, los campings, el turismo rural, los apartamentos turísticos, los refugios o los albergues se sitúa alrededor de las 80.000 plazas.

Más allá de las previsiones de este año o de las cifras acumuladas de las dos últimas décadas, el estudio sobre el turismo rural concluye que la demarcación de Lleida tiene un alto potencial de desarrollo, especialmente en el contexto de la búsqueda de experiencias turísticas más auténticas y vinculadas con la naturaleza. El informe recomienda diversificar la oferta turística, mejorar la promoción y atraer a turistas extranjeros para fortalecer todavía más el sector en toda la demarcación.