Las tarjetas de dèbit y crèdedo toman terreno a la moneda finósica y nos abocan a un futuro sin efectivo |EP
Las tarjetas de dèbit y crèdedo toman terreno a la moneda finósica y nos abocan a un futuro sin efectivo |EP

Un futuro sin efectivo

El pago en papel moneda sigue siendo lo más común entre los consumidores, pero la corriente nos aboca en un mundo en que la tarjeta y el móvil arrinconarán a la marginalidad el dinero físico

El éxito de Aqua Barbie Girl hizo fortuna con una ocurrente rima: "Life in plastic it's fantastic" (la vida en plástico es fantástica). Este verso puede convertirse en una profecía en pocos años si, como parece, la presencia del dinero en moneda y papel sigue cayendo hasta verse del todo relevada por el dinero en plástico.

En España, el pago físico sigue siendo lo más habitual. Según una reciente encuesta de Global Exchange, si tenemos en cuenta los dos métodos más comunes de pago entre la población, en primera posición encontramos el efectivo (77,3%), seguido de las transacciones con tarjeta de débito (54,6%), con las de crédito (40,5%), pagos online (17,5%) y tarjetas de prepago (10,1%). En Europa los datos no son muy diferentes, pero los expertos avanzan que esto cambiará en la próxima década, y hay quién ha tomado la delantera.

Més info: Anton Gasol: "La tecnología disminuye el riesgo de crisis"

Cómo es habitual, en casos de innovación hay que mirar los nórdicos. Suecia es hoy el más pareciendo a una sociedad cashless. En la actualidad, 900 de las 1.600 sucursales bancarias repartidas por el país ni emiten metálico ni aceptan operaciones en moneda ni papel. El país ha reducido la emisión de dinero físico a prácticamente cero, las transacciones en efectivo apenas representan el 2% del total y se calcula que este porcentaje caerá hasta el 0,5% el 2020. Además, según los últimos datos del Riksbank, sólo el 13% de los ciudadanos ha pagado en metálico sus compras más recientes, cuando el 2010 el porcentaje era del triple.

Uno de los sectores con más capacidad para captar esta bajada en el uso del metálico es el bancario. "La retirada de efectivo se continúa dando, pero los pagos sólo con tarjeta son cada vez más relevantes", indica la directora de planificación y desarrollo de negocio de Banco Sabadell, Elsa Sánchez, que explica como hoy "la media de tarjetas por persona es ya de 1,2 y esto es porque es muy sencillo acceder a ellas, no suponen un coste y permiten un gran control del gasto".

Viendo este uso creciente del plástico, los bancos están incentivando no sólo el uso de tarjetas, sino también de opciones móviles. El mismo Sabadell sacó el 2015 el app Sabadell Wallet y tiene acuerdos con Samsung y Apple Pay porque sus clientes puedan utilizar sus terminales móviles como sistemas de pago contactless. "El cliente busca una experiencia de compra rápida y cómodo en la que el pago sea un trámite prácticamente inexistente, y esto lo permite el pago con tarjeta", explica Sánchez.

Además de mejorar la experiencia del usuario, los bancos buscan facilitar la vida de uno de sus principales clientes, como son los comercios, y en esto la virtualización del dinero también juega a favor. "Los comerciantes el que quieren es eliminar las colas e innovaciones como el contacless han sido un gran adelanto".

Además de cuestiones logísticas, uno de las grandes ventajas de la desaparición del efectivo es la bajada de los robos. Volvemos a mirar en Suecia: el 2008 se denunciaron atracos en 210 suyos bancarias. El último año, sólo dos.

Precisamente por eso, el Riskbank estudia la creación de la e-krona (la corona digital), que sería una moneda alternativa al efectivo y a las tarjetas, pero que, según el profesor de Derecho Financiero de la UOC Benja Anglès tendría que ser reconocida legalmente y, además, subraya que "habrá que establecer medidas a escala europea para que todos los ciudadanos comunitarios, con independencia de su origen, puedan utilizar la nueva moneda digital".

En el listado de los contras encontramos la privacitat. Al pagar con tarjeta todos nuestros movimientos quedan registrados, pero la representante del Sabadell reduce la importancia de este factor por el uso que hacen las entidades. "Los bancos nunca tratan los datos de los clientes de forma individual, sino que lo hacen de forma agregada", garantiza Sánchez.

El camino hacia la universalización de la criptomònada

El decano del Colegio de Economistas de Cataluña (CIEGO), Anton Gasol, coincide en el diagnóstico de Sánchez, y añade un factor demográfico a la previsible desaparición del efectivo. "Hoy en día los jóvenes pagan cualquier cosa con tarjeta y esto ya no supone un perjuicio por los comercios".

Gasol considera que esta es una tendencia positiva en términos de transparencia económica. "Con el pago en plástico o móvil se elimina la opacidad, puesto que todo queda registrado. Esta traçabilitat es que la que tiene que acabar con el blanqueo de capitales y todo tipo de operaciones irregulares", considera.

Para el decano del CIEGO, hay un elemento que será determinante en la eliminación definitiva del dinero físico, como es el coste de su producción. "Los bancos centrales generan beneficios con el que se conoce como senyoratge, que consiste a cobrar por la compra y venta de dinero, pero esto es una ineficiencia del sistema. La sociedad no tiene que consumir recursos para emitir un elemento que puede ser digital".

Gasol prevé que en pocos años los bancos centrales dejarán de emitir moneda física y pasarán al modelo digital. En esta nueva era se abren varias posibilidades, como que no sólo las entidades bancarias puedan tener depósitos, sino también las personas físicas, si el dinero seguirá siendo anónimo, si tener una cuenta en el banco central será gratuito... pero, por encima de todos estos debates está el de la posible refundación de la moneda. "Llegado el momento, el Banco Central Europeo puede decidir que el nuevo valor digital siga el modelo del actual euro o crear un nuevo sistema apuntándose a la tecnología de la cadena de bloques".

El decano del CIEGO considera que los bancos centrales no pueden ignorar el modelo de las criptomònades "que está emergiendo como una nueva forma de emitir dinero que no sólo arrinconará la emisión física, sino que generará alternativas de financiación relevantes", avanza. En este sentido, apunta al crecimiento de las operaciones peer tono peer, o persona a persona, que eliminan el papel de intermediario de los bancos.

Este es el modelo de funcionamiento de las ICO (Initial Coin Offer), donde las empresas hacen una Oferta Pública de Valor en plataformas blockchain y esperan que los mismos usuarios apuesten por sus proyectos. Bajo este sistema, muchos proyectos han conseguido inyectar millones de dólares en pocos minutos sin depender de formas de financiación tradicionales...y otros han caído en el intento.

Además de modificar los sistemas de financiación, la moneda digital promete acabar con la territorialidad de los bancos. "La financiación pasará a ser global, como también lo serán las garantías hipotecarias y otras operaciones, por el que podremos hacernos clientes de cualquier entidad", apunta Gasol.

Los primeros a dar el paso hacia este mundo han sido las mismas entidades bancarias. Este año, el BBVA se convirtió en el primer banco multinacional al hacer un préstamo a través de blockchain, y este mismo noviembre el mismo BBVA y Banco Santander se unieron a la Asociación Internacional para Aplicaciones de Blockchain (AIATBA) de la Comisión Europea.

Pero si finalmente los bancos centrales toman la iniciativa en la emisión de moneda digital y aplicación de tecnología blockchain abierta a los usuarios sin la intermediación de los bancos, el proceso de adaptación de las entidades privadas tendrá que ir más allá de la simple asimilación tecnológica. "Los bancos quizás perderán su papel como financiadores, pero se reconvertirán en facilitadors en el uso de los servicios de cadena de bloques, como de hecho ya están empezando a hacer", vaticina Gasol.

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