La cara y la cruz de la utopía del bienestar sostenible

El científico Javier Cacho y el divulgador Manuel Toharia debaten, en un tono de optimismo moderado, las soluciones para revertir "los mensajes catastrofistas sobre el cambio climático"

El científico Javier Cacho y el divulgador Manuel Toharia en el Cornellà Creació | Gabriel Cazado El científico Javier Cacho y el divulgador Manuel Toharia en el Cornellà Creació | Gabriel Cazado

Ante la situación dramática del cambio climático, no nos queda otro que actuar. Pero la forma de hacerlo o, casi más importante, nuestra actitud a la hora de afrontarlo, determinará la eficacia y el éxito del propósito. Bajo este planteamiento han debatido el científico, escritor y divulgador, Javier Cacho, y el periodista y científico, Manuel Toharia. En un cara a cara organizado por Cornellà Creació, han apostado por ponerse manos a la obra para resolver la crisis medioambiental, pero sin dejar de lado que el desarrollo económico, necesario a pesar de sus impactos negativos, ha permitido cotas de bienestar inimaginables hace solo un siglo.

Javier Cacho, miembro de la primera Expedición Científica Española a la Antártida, donde volvió siete veces más, tres de ellas como jefe de la base antártica, muestra su preocupación por la percepción que se tiene sobre la evolución de la humanidad, especialmente entre los jóvenes. "En una encuesta reciente, publicada en el The New York Times con datos de The Lancet, la mitad de las personas de entre 18 y 24 años cree que todo está perdido". Cacho es el único español que, por decisión de la máxima autoridad internacional de investigación a la Antártida, tiene una isla con su nombre en la Antártida: Cacho Island. Para hacer frente "a los mensajes de alarma y pasividad de que todo está perdido y no merece la pena hacer nada", el divulgador propone luchar por un bienestar sostenible. "Tenemos que reducir el actual para continuar teniéndolo".

Cacho: "No resulta revertir 200 años de desarrollo intenso de la sociedad de consumo, pero tampoco nos tenemos que entregar a un entorno fatalista"

La pandemia ha evidenciado el carácter crítico de la lucha contra el cambio climático y ha puesto sobre la mesa situaciones de incertidumbre y fragilidad. Con esta constatación, Javier Cacho insta a "practicar acciones que no sean el simple egoísmo de mirarnos el ombligo y cultiven la generosidad". Si la perseguimos, cree que esta, lleva asociada una satisfacción genética, necesaria para fomentarla en las escuelas. "No resulta revertir 200 años de desarrollo intenso de la sociedad de consumo, pero tampoco nos tenemos que entregar a un entorno fatalista".

El ejemplo de la Antártida

Como ejemplo de cuál debe ser nuestra postura en un contexto de restricciones y limitaciones de determinadas materias primeras, Javier Cacho recuerda algunas de sus estancias en la Antártida. "En 20 días, se nos acabaron las frutas y verduras y tuvimos que sobrevivir a base de latas de conserva". En esta línea, aboga para efectuar sacrificios individuales para lograr un bien común: mejorar la vida natural. A la hora de concienciar a la población, el divulgador destierra los decálogos o las prohibiciones. "Tenemos que buscar las motivaciones positivas". Conducir despacio disminuye el gasto de combustible y permite disfrutar del paisaje. Con esta recomendación, Cacho ve una motivación para aconsejar reducir las emisiones de un vehículo.

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A pesar de que admite que convencer a las grandes corporaciones de que se apunten a la cruzada para combatir el cambio climático se puede hacer a través del bolsillo y las medidas económicas, Cacho insiste en motivar al ciudadano para que se crea, interiorice y asuma de una forma motivadora este reto. Pequeñas acciones o inversiones permiten acercarse al objetivo de un mundo mejor. Es el mensaje esperanzador que ha compartido Javier Cacho.

La utopía de los combustibles fósiles

Vivimos más y mejor que nunca a costa de que tres cuartas partes de la humanidad lo hagan peor que nosotros. Cogiendo esta premisa, el periodista y divulgador científico Manuel Toharia reivindica tomar conciencia de que este crecimiento lleva implícito un impacto negativo al medio ambiente. Toharia, director científico de La Ciudad de las Artes y Las Ciencias de Valencia entre 2001 y 2015 y presidente del Asociación Española de Comunicación Cienfífica entre 2003 y 2010, admite la posibilidad de modificar ciertos comportamientos, pero sin impulsar utopías como que es asumible prescindir del 80% del consumo de combustibles fósiles a corto plazo.

Toharia: "La utopía de reducir la dependencia de los combustibles fósiles choca con la realidad"

Para Toharia, resulta igual de catastrofista el mensaje de quien niega la situación ambiental que quien comparte un discurso basado en los cambios rápidos y positivos. "El desarrollo industrial mediante las fuentes de energía ha ofrecido un éxito bárbaro, pero deja el reguero de un impacto inalcanzable. Es un precio demasiado caro para vivir bien". Ante las grandes arengas, el periodista y divulgador contrapone "el conocimiento científico que nos tiene que conducir de manera racional a soluciones parciales, aun así efectivas porque no empeore la realidad".

Con trayectorias diferentes, Javier Cacho y Manuel Toharia coinciden en la tesis de que los nuevos saberes técnicos facilitarán la capacidad de emprender y de actuar localmente para influir globalmente. Durante su cara a cara en el foro de Cornellà Creació, señalaron determinadas certezas, que nos pueden orientar en el camino de mejora del entorno natural. A partir de ahora, según sus recetas, se tienen que tener en cuenta los aspectos ambientales, la eficiencia en el uso de los recursos y evitar el desperdicio de las producciones no renovables.

Debilidades y dependencias energéticas

La invasión de Rusia a Ucrania ha destapado las debilidades y las dependencias energéticas. Antes, las esperanzas se ponían en reducir el consumo de combustibles fósiles, que representan el 81% del global. Ahora, con la utilización estratégica rusa de los carburantes, los países de la Unión Europea (UE) están incrementando la producción de gas. "La utopía de reducir la dependencia de los combustibles fósiles choca con la realidad". Toharia que, igual que Cacho, está especializado en el conocimiento científico, aporta una posible solución técnica: aplicar la eficiencia energética, en el cual se obtiene el mismo volumen, pero se requiere un consumo menor.

Para convencer a los jóvenes, que son los responsables de liderar este cambio de paradigma hacia un nuevo modelo energético, Javier Cacho y Manuel Toharia apuntan a la necesidad de modificar la forma de comunicarse con el colectivo. "El mundo ha cambiado, pero tenemos la capacidad de impactar sobre el entorno que nos rodea y del que dependemos". Ni pesimismo ni optimismo. Realismo.

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