El valor compartido, tractor de la transformación sostenible de las empresas

Las empresas tendrán que mirar más allá del beneficio económico y empezar a contemplar el impacto que generan en su entorno

Los criterios de sostenibilidad marcan el comportamiento en sociedad de las empresas modernas | iStock Los criterios de sostenibilidad marcan el comportamiento en sociedad de las empresas modernas | iStock

Pequeñas y medianas empresas del sector de la piel de Igualada sufrieron una fuerte crisis a principios de los años 90, que las llevó a una pérdida de competitividad internacional y a poner en riesgo su supervivencia. Ante este hecho, algunas compañías se unieron y crearon una depuradora para el tratamiento de aguas, que los permitió hacer aumentar su competitividad, hacerse un lugar en el sector y aumentar su sostenibilidad ambiental.

Este es el ejemplo que va poner Alberto Pezzi, coautor del estudio La transición hacia la competitividad sostenible: el impulso del valor compartido en Catalunya, que se presentó en un acto de la Fundació per la Indústria; para poner de manifiesto la importancia de la unión y los valores compartidos para la empresa. Una estrategia que tiene que servir para lograr la transformación sostenible del tejido productivo de Catalunya.

Natàlia Mas: "Hay la necesidad urgente de promure la transición hacia economías y sociedades más sostenibles"

"Hay la necesidad urgente de promover la transición hacia economías y sociedades más sostenibles", señaló Natàlia Mas, directora general de Industria, que incidió en el hecho que la sostenibilidad ha acontecido un eje prioritario para la Unión Europea. "Solo aquellos territorios capaces de introducir en su ADN estos modelo de competitividad coherentes con la sostenibilidad, tendrán un éxito económico mantenido en el tiempo", enfatizó.

Miquel Ribé, presidente de la Fundació per la Indústria, defendió la importancia de una "transición hacia una industria competitiva, digitalizada, sostenible y social". "Bajo estos parámetros los territorios y las personas pueden disfrutar de un marco próspero y de bienestar", añadió.

Los valores compartidos

El concepto de valores compartidos resume el conjunto de políticas y prácticas que mejoran la competitividad de una empresa a la vez que, simultáneamente, fomentan la mejora de las condiciones sociales y medioambientales de su entorno. Dicho de otra manera, las empresas tienen que empezar a tener en cuenta cuál es su impacto en la sociedad que le rodea e impulsar proyectos que generen un beneficio en la sociedad. Este camino acontece imprescindible para lograr la sostenibilidad.

"La competitividad sostenible no tiene que abordarse desde una perspectiva puramente económica. No es el fin, es un medio para el bienestar de las personas de un territorio", advirtió Edurne Magro, coautora del estudio, que recordó que los proyectos que miren hacia la sociedad o el medio ambiente también pueden tener un retorno económico.

Edurne Magro: "Una empresa será más competitiva en función de sus relaciones con los accionistas, la sociedad, los trabajadores, los clientes o los proveedores"

Para llevar a cabo esta estrategia de valores compartidos y competitividad sostenible, Magro recalcó: "Una empresa será más competitiva en función de sus relaciones con los accionistas, la sociedad, los trabajadores, los clientes o los proveedores".

La fuerza del consumidor

Una de las conclusiones del encuentro fue el papel fundamental que juegan los consumidores en esta transformación. Xavier Amores, director del clúster Catalan Water Partnership, anticipó que cada vez más consumidores deciden una compra en función de los elementos de valor de una empresa, sean sociales o medioambientales. Por eso, considera imprescindible que las empresas se avancen: "Dentro de unos años será inimaginable que solo la consecución de los beneficios era el objetivo único de una empresa".

Y también por los trabajadores, cómo expresó Anna Badia Planas, Responsable de impacto social y medioambiental de Ecoveritas: "El talento ya no quiere ir a trabajar a una empresa que no comparta sus propósitos". Unos propósitos que pueden ser de bienestar laboral o de impacto en el entorno.

Aún así, todavía queda camino para recorrer. Así lo ejemplificó Amores: "Con el valor compartido pasa el mismo que con la innovación hace 20 años. Todo el mundo decía que era muy importante, pero cuando preguntabas cuánto dinero o tiempo invertían o qué era el responsable, la gente escondía el campo". Por lo tanto, es cuestión de tiempo que se incorpore esta visión a las empresas.

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