
El coronavirus supuso una caída muy acusada de las ventas y alquileres de viviendas. Durante el confinamiento, los nuevos contratos en ambos sentidos se redujeron muy significativamente, pero después, el mercado de alquiler se ha recuperado hasta los niveles de 2019, mientras que el de compraventa todavía no ha llegado, según un informe de Amat Immobiliaris. En concreto, entre enero y mayo, las ventas se redujeron un 48% en comparación a los mismos meses del año pasado, mientras que la firma de contratos de alquiler bajó un 21%.
Una vez acabado el confinamiento, la actividad inmobiliaria empezó a retomar. En el caso de las ventas, en los primeros nueve meses del año, han descendido un 30%. Pero la inmobiliaria ha observado que el precio medio de las viviendas vendidas ha subido significativamente, un 12%. Esto hace que el valor total de las ventas que ha cerrado Amat Immobiliaris sea sólo un 20% inferior.
Este incremento de precios se debe, en parte, a las condiciones que ponen los compradores. La tendencia es salir de la ciudad, pero también buscar inmuebles más luminosos y con espacios exteriores. La negociación de precios en viviendas de segunda mano también ha sido habitual en este periodo, mientras que antes era menos frecuente.
En cuanto a los alquileres, la tendencia también es buscar viviendas con terraza y estancias luminosas. En conjunto, los pisos y casas arrendados tienen un 8% más de superficie, hecho que lleva a concluir que el espacio también ha sido un elemento clave en la toma de decisiones. La oferta de inmuebles en alquiler ha aumentado, un 16%, contrariamente a la tendencia a la baja de los últimos años. Según datos de Amat Immobiliaris, el repunte de firmas de nuevos contratos a partir de mayo ha sido un 69% superior a entre mayo y septiembre del año anterior.