En los últimos meses, el foco del debate se ha puesto en los impactos y las regulaciones sobre el uso de la inteligencia artificial con los humanos, pero una tendencia se está consolidando: su presencia en el mundo animal. Más allá de la imagen icónica de una vaca con un chip, a la cual se le mide su productividad y su bienestar, los ámbitos veterinarios y ganaderos, con un gran peso en la economía, están incorporando esta tecnología a su actividad. Un buen indicador para evaluar el momento del sector de los animales de compañía son los datos del Archivo de Identificación de Animales de Compañía (Aiac), que constatan que el año pasado, en Catalunya se inscribieron 113.383 animales, cifra que constituye un nuevo récord.
En plena discusión en la esfera comunitaria sobre la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en la medicina veterinaria, la respuesta, como no podría ser de otro modo, la tiene ella misma. Este es el experimento que han hecho desde la Federación Europea de Asociaciones Veterinarias de Animales de Compañía (Fecava). Preguntándole a ChatGPT sobre su futuro, ha precisado que "el futuro de la medicina veterinaria tiene un tremendo potencial en cuanto a los avances en tecnología, atención personalizada, medicina regenerativa y la integración de la salud humana, animal y ambiental. Estos desarrollos tienen como objetivo mejorar el bienestar de los animales, los resultados del tratamiento y fortalecer el vínculo entre los humanos y sus mascotas". Entre las herramientas que destacan, está la telemedicina, los dispositivos portátiles y los sistemas de monitorización remota, que se volverán más frecuentes, lo cual permitirá a los veterinarios brindar una mejor atención y acceso a los servicios para mascotas, incluso a distancia.
Qsoft ha dado un paso adelante, facilitando la llegada de la inteligencia artificial a los centros y clínicas veterinarias
Aterrizar estas ideas teóricas es lo que ha hecho la empresa la leridana Qsoft, que desde 1995 se ha especializado en el desarrollo de software del sector de la salud. Una vez sus aplicaciones son utilizadas por más de 6.000 clientes en 30 países, entre los cuales se encuentran el Hospital Vall d'Hebron, DKV, la Generalitat de València, el Hospital Ángeles de México DF, el Centro Médico Teknon, el laboratorio farmacéutico Pfizer o las Universidades de Navarra o Lisboa, la firma ha dado un paso adelante, facilitando la llegada de la inteligencia artificial a los centros y clínicas veterinarias.
Automatizar procesos
Entre los productos más comercializados de Qsoft se encuentran Salus, un software destinado a la gestión integral de hospitales, clínicas y consultas de medicina humana y el más reciente 'Qvet', un conjunto de soluciones tecnológicas orientadas a la gestión de clínicas veterinarias. Sus creadores argumentan que "permite dedicar más tiempo a la medicina gracias a la automatización de las tareas, el control de los procesos y el logro de la información de calidad".
Qvet, un software de referencia en la gestión veterinaria en clínicas y hospitales, está presente en 31 países y tiene el apoyo de más de 8.000 clientes. Desde la compañía leridana se remarca que el software ofrece atención personalizada integral y facilita un incremento de las ventas del 20% con la Inteligencia Artificial. Qsoft señala que su modelo de negocio se basa en varios factores, como la experiencia, la especialización, la inversión en investigación y desarrollo y su obsesión por la calidad del servicio postventa y de apoyo técnico, hecho que se traduce en un porcentaje elevado de nuevos compradores que adquieren el software, recomendados por clientes anteriores. Generar datos inéditos como la longevidad de los animales de compañía, su salud o el gasto de cada territorio en alimentación y en los servicios veterinarios son algunas de las herramientas extraídas a partir de los informes del software Qvet de Qsoft. La empresa, que tiene su sede central en Lleida, dispone de delegaciones en México, Portugal, Brasil o Argentina, entre otros países.
A los ganaderos, la Inteligencia Artificial les ayuda a mejorar sus procesos productivos, controlar la alimentación, la salud y el bienestar
Salud alimentaria y bienestar animal
Desde la óptica opuesta, la de los animales destinados al consumo humano y a la producción alimentaria, la revolución tecnológica también ha llegado a las explotaciones ganaderas que, cada vez más, apuestan por la innovación y la tecnología. Algunas granjas utilizan en su día a día la Inteligencia Artificial (IA), que las ayuda a mejorar sus procesos productivos, controlar la alimentación, la salud y el bienestar de los animales y, por consiguiente, ofrecer una carne de calidad que beneficiará a la salud alimentaria de los consumidores.
En este aspecto, el CEO y cofundador de Pervasive Technologies y especialista en el uso de la IA, Rodolfo Lomascolo, pone como ejemplo la tarea de un ganadero, que desde su dispositivo móvil puede obtener información sobre los movimientos de los animales, alimentación y consumo de agua, niveles inusuales de actividad o aumento de los registros normales de tos y de estrés. Así, detalla que un incremento en la dificultad respiratoria podría suponer haber generado una presa de muestra de fluidos orales automatizada y ayudar a tomar las decisiones oportunas más adecuadas contactando, incluso, con su servicio veterinario para solucionar cualquier problema.
Este proceso facilitará el seguimiento del estado del animal, evaluará su nivel de estrés y el reconocimiento de posibles problemas sanitarios para poder actuar de la forma más ágil y operativa, también en el ámbito de la seguridad alimentaria, puesto que la carne que producirá será de mejor calidad en condiciones saludables.
Además de mejorar las ventas, la salud de los animales y su alimentación, los expertos prevén que la IA facilitará diagnósticos veterinarios más rápidos y precisos para darle al animal solo la medicación necesaria y alimentos saludables. En el caso de las explotaciones, consideran que el ganadero podrá tener un aumento de la predictibilidad, productividad y rentabilidad de su granja y los consumidores podrán tener mayor confianza en sus alimentos con una trazabilidad, calidad y seguridad transparente y verificable.