Según la Generalitat, uno de cada diez catalanes tiene la voluntad de emprender en los próximos tres años. Catalunya continúa disfrutando de un liderazgo en España con una Tasa de Actividad Emprendedora del 6,9%. Sin dejar la estadística de la administración catalana, hay que tener en cuenta cómo un 47% de los catalanes y las catalanas aseguran que tienen todos los conocimientos para poner en marcha un negocio. El 76% de los emprendedores y emprendedoras han cursado estudios de grado o posgrado, una cifra que representa un incremento de 17 puntos en comparación con el 2021. ¿En qué punto quedan los jóvenes?
La media de las personas emprendedoras potenciales es de 36 años. Pese a estas cifras, por debajo, la sociedad se mueve. Un ejemplo es la asociación Youth Economic Circle. Fundada en 2012 en Barcelona, el objetivo del colectivo "es formar los jóvenes de hoy para que se conviertan en los líderes del futuro", describe Ariadna Vallverdú, presidenta de YEC, durante una conversación con VIA Empresa en una céntrica localización de la capital catalana. Actualmente, la entidad tiene unos 600 afiliados y afiliadas, de entre 20 y 35 años, los cuales un 90% hablan tres idiomas. Las sedes de la asociación quedan repartidas por la capital catalana, Madrid y Lisboa.
"Nos hemos ido desplegado a partir de la presencia de nuestros socios en estas ciudades y ya nos planteamos explorar nuevos lugares", mantiene Vallverdú. El 60% del Youth Economic Circle son mujeres y el porcentaje restante hombres. Situación inversa en el contexto general. En Catalunya, la mayor parte de las etapas del proceso de creación de empresas son protagonizadas por hombres. A la hora de tirar la toalla, las mujeres superan los hombres con un 52%. La pandemia, las razones personales y la oportunidad de venta son las principales razones que esgrimen todos los emprendedores y emprendedoras. Sobre la reivindicación del liderazgo femenino, Vallverdú cree que, con el paso del tiempo, "esta condición se convertirá en un hecho natural".
La situación actual
A pesar de dejar claro que desde el Youth Economic Circle nunca se quiere realizar ningún posicionamiento político o similar, la presidenta de la asociación valora cómo, todo y las problemáticas derivadas de la guerra de Ucrania o el conflicto de Israel y Gaza, "el consumo se mantiene". En este sentido, Vallverdú expresa que en los constantes debates de los socios y socias se tratan problemas cotidianos que afectan los jóvenes, cómo la falta vivienda y el acceso al trabajo. Tal como recoge el Observatori Català de la Joventut, el 48,2% de las personas de 16 a 29 años de Catalunya trabaja. El 76,5% de los jóvenes trabajan en el sector servicios, por delante de la industria y la construcción.
Para complementar el análisis, no se puede obviar que la población juvenil todavía arrastra los efectos de la pandemia. Habitualmente, los jóvenes se ocupan con contratos temporales y trabajos estacionales, uno de los sectores más afectados por las restricciones del Covid-19. Más allá del sueldo, Ariadna Vallverdú vincula el interés laboral de los jóvenes con el teletrabajo, la flexibilidad y la existencia de un plan de empresa, entre otros factores. En cuanto a las fortalezas de Catalunya, desde el YEC se visualiza el ecosistema de startups cómo uno de los principales activos. En clave de actividad económica, la asociación también destaca las oportunidades de negocio que pueden surgir en la órbita del retail, el comercio electrónico, el mundo digital, la tecnología y el universo farmacéutico. Ahora bien, solamente un 5% de las emprendedoras catalanas han podido acceder a capital de fondos de inversión para tirar adelante un negocio y los préstamos bancarios no llegan al 1%. La fuente de financiación habitual de las mujeres emprendedoras suele ser los mismos ahorros (52,2%), la venta de un negocio anterior (30%) o préstamos de amigos y familiares (11%).