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La empresa familiar: cómo conseguir que pase de generación en generación

Estas organizaciones se enfrentan a retos específicos que requieren una atención especial para garantizar su éxito y sostenibilidad a largo plazo

Las empresas familiares representan el 90% del tejido empresarial español | iStock
Las empresas familiares representan el 90% del tejido empresarial español | iStock
abogado y socio director de Mateos Legal
Barcelona
27 de Febrero de 2024

Las empresas familiares son un pilar fundamental de la economía global, representando un porcentaje significativo del tejido empresarial y del PIB en muchos países. Según datos del Instituto de Empresa Familiar, en 2023, estas empresas representan el 90% del tejido empresarial español, generan el 60% del PIB, crean el 70% del empleo privado y dan empleo a más de 6,7 millones de personas. Este tipo de empresas tienen una serie de características que las hacen especiales:

 

-Tienen una visión a largo plazo, apostando por reforzar constantemente la reputación de la marca
-Tienen un propósito como empresa que es conocido y compartido por todas las personas que trabajan en ella. La cultura, por lo tanto, es compartida
-Están comprometidas con el territorio donde operan, buscando ofrecer un legado que perdure en el tiempo.
Tienen un fuerte compromiso social y una gestión donde priman los valores y la proximidad, como fuente de ventaja competitiva
-Suelen ser más innovadoras que las empresas no familiares, fruto de un espíritu emprendedor, que intentan transmitir de generación en generación.

 

Sin embargo, este tipo de empresas familiares se enfrentan a retos específicos que requieren una atención especial para garantizar su éxito y sostenibilidad a largo plazo. No son pocas las organizaciones que, en los últimos años, fruto de coyunturas distintas, han sido liquidadas o disueltas, con los consecuentes efectos perjudiciales en materia de empleo y de riqueza. Así, solamente el 15% de las empresas familiares alcanzan la tercera generación, lo que evidencia la fragilidad en este tipo de sociedades, y la conveniencia de llevar a cabo una armonización entre los miembros de la familia dentro de la empresa.

Solamente el 15% de las empresas familiares alcanzan la tercera generación

Durante los próximos meses iremos abordando los aspectos más relevantes que deben tener en cuenta las empresas familiares. Según nuestro criterio, y tras más de 20 años asesorándolas, observamos como los principales retos van desde la sucesión, la fiscalidad, su crecimiento orgánico, el impacto del entorno y la planificación estratégica, la internacionalización y la resolución de conflictos familiares y empresariales. Cada empresa es singular y no existen soluciones milagrosas únicas. Debemos conocer y adaptarnos a las diferentes realidades, al tamaño de la empresa, a las diferentes generaciones que están dentro de ella y a muchos factores, a veces más emocionales que racionales. 

A pesar de su agilidad, facilidad y rapidez para adaptarse a los cambios del entorno que caracteriza a una empresa familiar, en numerosas ocasiones no logran sobrevivir a los cambios generacionales que se producen en su seno. De esta manera, dado que se trata de uno de los aspectos más críticos, nos centraremos en la sucesión dentro de la empresa familiar y la necesidad de un protocolo familiar (algo no siempre sencillo de realizar) que disminuya los riesgos en este momento tan trascendente dentro de toda organización. En este sentido, ¿Sabía que solamente el 8,9% de las empresas familiares en España tienen un protocolo familiar? Y lo más alarmante: un 79% de las empresas familiares consideran que no es necesario.

El objetivo es mantener la unidad familiar en torno al proyecto empresarial común

Este dato revela una realidad preocupante: muchas empresas desconocen o subestiman el valor de esta herramienta fundamental para garantizar la supervivencia y el éxito a largo plazo. Este acuerdo escrito, regula las relaciones entre la familia, la propiedad y la empresa. Su objetivo principal es mantener la unidad familiar en torno al proyecto empresarial común, incluso a lo largo de varias generaciones, y minimizar los riesgos que se puedan dar durante su vida. Para que sea un instrumento que garantice la viabilidad de la empresa, deberá redactarse en un contexto estable, tanto en lo que se refiere a la familia, como a la empresa. Así mismo, deberá revisarse de forma periódica para mejorar su eficacia y adaptación a los nuevos tiempos (y generaciones) y basarse en unos pilares fundamentales:

-El consenso: imprescindible desde el inicio y durante todo el proceso de implantación, involucrando a todos los miembros. Si no existe este consenso y sí la sensación de que alguien gana o pierde, el acuerdo nacerá herido y los conflictos surgirán más pronto que tarde
-La flexibilidad: debe adaptarse a las necesidades cambiantes de la empresa en un entorno dinámico
-Ha de ser entendible: su lenguaje debe ser claro, preciso y comprensible para todas las personas implicadas
-Debe incorporar mecanismos para la resolución de conflictos: al establecer reglas claras para la toma de decisiones, la gestión del negocio, la entrada y salida de socios y la distribución de beneficios previene disputas entre familiares y facilita la resolución de problemas
-Debe reducir incertidumbres: establecerá de forma clara el plan para la transmisión del negocio a las siguientes generaciones, evitando conflictos por el control empresarial, incertidumbre y asegurando la continuidad del proyecto

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, hay que tener claro que las empresas familiares que tienen estos instrumentos son más atractivas para potenciales inversores, ya que transmiten transparencia en la rendición de cuentas, estabilidad y confianza a largo plazo. Del mismo modo, la atracción de talento es más fácil, ya que se presenta una organización estructurada y moderna. Finalmente, el impacto sobre la reputación corporativa (que cuesta mucho crear y muy poco poner en riesgo) y consecuentemente, sobre la marca, es muy relevante.

¿Cómo hacer este protocolo familiar? Es altamente recomendable contar con la labor de un equipo asesor con experiencia en el día a día de una empresa familiar para garantizar que se llega a buen puerto. Su experiencia aportará nuevos e innovadores ángulos de visión y ejercerá de mediador en las discusiones, que seguro se van a dar. De este modo, se eliminarán riesgos innecesarios y los acuerdos que se presenten podrán ser aceptados por todos.