Generar patrimonio, la seguridad futura de la persona

La formació de nuestros hijos és el mayor regalo que los podemos hacer | iStock La formació de nuestros hijos és el mayor regalo que los podemos hacer | iStock

Uno de los motores de nuestra existencia y de la evolución humana es el miedo. Yo simplifico y clasifico a las personas en dos grandes grupos: las que huyen del dolor y las que buscan el placer. Os he de decir que hay muchas más personas que huyen del dolor que personas que buscan el placer, aunque el porcentaje depende del nivel en el que se encuentren en la pirámide de Maslow y de la edad. En concreto, cuanto más arriba se está en la pirámide, es decir cuanto menos te has de preocupar de tus ingresos y patrimonio, más te dedicas a ti mismo.

Nos sorprendemos cuando los migrantes que llegan a países del primer mundo arriesgan sus vidas para ello. Están huyendo del dolor, del hambre, de la miseria, de la muerte. Tampoco comprendemos porque los muy ricos pueden llevar a la quiebra sus empresas por saciar su vanidad, su ambición o su envidia, ellos buscan el placer. Sin llegar a estos extremos, coincidiremos que cuando se está en un espacio seguro, eres más feliz y puedes tomar decisiones tranquilas y justas, porque tienes tiempo y recursos para valorar lo que más te conviene. La seguridad nos la da el poseer una vivienda donde vivir con nuestra familia y poder dar cobijo. Tener una fuente de ingresos recurrentes (empleo, rentas, dividendos, etc.) que garantice alimentos, salud, ropa, ocio y vida social.

La vida no es un recorrido lineal y ascendente, como a veces se nos ha hecho creer, sino más bien es un recorrido en forma de dientes de sierra.

La vida no es un recorrido lineal y ascendente, como a veces se nos ha hecho creer, sino más bien es un recorrido en forma de dientes de sierra. Y si cuando estás en la parte alta del diente de sierra, consideras que esa situación va a ser eterna y que permanecerá en el tiempo y, por lo tanto, te permites vivir al día, no ahorrar, ni crear, ni diversificar tus fuentes de ingresos, lo más probable es que empieces el descenso y cuando estés en la parte baja del diente de sierra tengas verdaderas dificultades para volver a subir.

Puedo afirmar que es muy fácil perder la bonanza si no se es consciente de que es temporal y, en consecuencia, se actúa para que sea duradera. De manera concreta y a título de ejemplo, puedo decir que un empresario que ha gestionado de manera sostenible su empresa, ha controlado el endeudamiento de la misma, ha ido tomando decisiones a tiempo y adaptando el modelo de negocio en cada ciclo para que sea rentable, ha separado su economía personal de la empresarial, estará preparado para afrontar las crisis que los ciclos económicos planteen e incluso podrá aprovechar las oportunidades que surgen con cada contingencia.

El empoderamiento siempre pasa por poseer recursos económicos que te permitan decidir libremente

De la misma forma, la familia que va generando un patrimonio diversificado (inmuebles, ahorros e inversiones), que le permita absorber las pérdidas de alguna inversión o la deflación de los inmuebles o pérdida de poder adquisitivo por efecto de la inflación, creando fuentes de ingresos recurrentes que complementen a los ingresos del trabajo, será mucho más feliz, estará más sana y podrá dar cobertura a sus miembros cuando pasen por ciertas vicisitudes.

Por su parte, una mujer que trabaja, cotiza, tiene su patrimonio individual y tiene garantizada su independencia financiera, es decir su libertad, podrá elegir vivir con quien desee y la trate bien. El empoderamiento siempre pasa por poseer recursos económicos que te permitan decidir libremente.

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La formación de nuestros hijos es el mayor regalo que les podemos hacer. Existe cierta decepción de nuestros universitarios porque se les había planteado la formación como un medio que garantizaba los ingresos. “·Estudia y te ganarás bien la vida”. Quizás el error de dicha afirmación viene dado en pensar que existía una relación de causalidad directa, sin embargo, sí que existe esa relación causa efecto, si tú tienes cultura y formación entenderás tu entorno, cómo funcionan las cosas y sabrás recurrir al profesional adecuado y entender lo que te plantea. Por lo tanto, para enriquecerse hay que formarse e informarse.

En definitiva, hemos de tomar consciencia de la importancia de generar patrimonio y para ello, desde mi punto de vista, las claves son tres. La primera, es conocerse a sí mismo, es decir, cada persona tiene sus características particulares y parte de un punto diferente, tanto a nivel económico cómo personal. La segunda clave consiste en fijar el objetivo patrimonial que se quiere conseguir para planificar una ruta adecuada. El concepto seguridad o felicidad tiene tantas definiciones como seres humanos hay en el planeta. Cada individuo ha de saber qué le da seguridad o felicidad y cuánto cuesta conseguirlo. Y la tercera, se fundamenta en diversificar el patrimonio en función de la edad y de las necesidades y características de cada uno, considerando las diferentes proporciones de liquidez, seguridad y rentabilidad que se requieran.

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