El patrimonio de la discreta familia March

Los March son máximos accionistas de un 'holding' que invierte en empresas como Ebro Foods, Acerinox, Indra y Naturgy, entre otros

La sede de la Banca March en Palma | Europa Press La sede de la Banca March en Palma | Europa Press

Tal como decíamos en la entrega anterior, la Banca March no es el activo más representativo del patrimonio de la familia, porque seguramente este estatus lo ocupa una firma llamada Corporación Financiera Alba, un holding dedicado a invertir de manera mayoritaria en empresas que cotizan en bolsa y que él mismo también está presente en los mercados de valores. El nombre lo debe a una antigua cimentera fundada en 1956 que los March acabaron adquiriendo y que, uns vez desnudada de su actividad habitual, se convirtió en la cabecera de las inversiones financieras familiares.

La cartera actual da una idea de la potencia del brazo inversor de la familia mallorquina, porque hay representadas algunas de las empresas con más pedigrí de la bolsa española. Para empezar, encontramos Ebro Foods, a quien en otras ocasiones hemos etiquetado como "los reyes del arroz" por su condición de líderes mundiales de este cereal, además de ocupar el segundo lugar del podio en el mercado de las pastas. Los máximos accionistas son las diferentes ramas de la familia Hernández, miembros desde siempre del sector del arroz, mientras que en tercer lugar está la cervecera catalana Damm. En medio de los dos, encontramos a Alba, con un 14% del capital, que está valorado en unos 420 millones de euros. Como ya hemos escrito en alguna ocasión, Ebro Foods es el resultado de una cadena de fusiones de varias compañías donde también se incluye la catalana Compañía de Industrias Agrícolas de las familias Suñol i Carner.

La siguiente empresa emblemática que encontramos en la cartera de Alba es Acerinox, un clásico de los mercados españoles y que se dedica a la producción de acero inoxidable desde su planta de Cádiz. También tienen una filial en Igualada, Inoxfil, donde fabrican malla de acero para la construcción. En el caso de Acerinox, los March (vaya, la firma Alba) son los principales accionistas, con el 20% del capital, una participación que tiene un valor de unos 500 millones de euros.

Corporación Financiera Alba es seguramente el activo más representativo del patrimonio de la familia March

Otra de las firmas participadas por Alba es Indra, el gigante de las tecnologías de seguridad, históricamente vinculada a los servicios secretos españoles. Su historia es corta, porque nació en 1992 fruto de la fusión de dos antiguas compañías de la electrónica de defensa. En sus inicios, Indra pertenecía al Estado a través del INI, el difunto Instituto Nacional de Industria, que hoy pervive reencarnado en la SEPI y durante un tiempo también en la SEPPA, pero hoy dentro del accionariado hay un buen contingente de capital privado.

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De hecho, el Estado solo conserva un 19%, y el resto son accionistas privados, como Alba (segundo accionista con un 10,5%) o los fondos de inversión habituales (Fidelity, State Street, el fondo soberano de Noruega, etc), que acumulan más del 20% del capital. Precisamente, su presidente de más duración en el cargo ahora es actualidad por su despido de Prisa, la compañía de medios. Se trata de Javier Monzón de Cáceres, que presidió Indra desde su fundación hasta 2015, y que durante su mandato fue salpicado por el caso Púnica. Su sustituto en la empresa de tecnología, Fernando Abril-Martorell Hernández, es un viejo conocido de la banca de inversión, además de ser hijo de un político relevante de la época de la transición española. El paquete de la Corporación Financiera Alba en Indra está valorado en unos 130 millones de euros.

Un valor de 4.000 millones de euros

Dos compañías más muy reconocidas de los parqués españoles donde Alba tiene participación son Viscofán (con un 13% del capital y, por lo tanto, máximos accionistas) y Naturgy (con un 5,4%). La primera es una firma líder mundial en la producción de envoltorios para productos cárnicos y la segunda es la reconocida empresa gasista de origen catalán. El valor del paquete en Viscofan se sitúa cerca de los 360 millones de euros, mientras que el de Naturgy alcanza los 1.000 millones. La lista de empresas donde Alba invierte no se acaba ni mucho menos aquí, sino que continúa con marcas como Euskaltel, Parques Reunidos, Cie Automotive, Verisure, Dominion y, sobre todo, Deyá Capital, que es también un vehículo inversor pero para compañías no cotizadas. En este caso, dentro del paraguas de Deyà la marca más conocida es la de Telepizza.

Alba es una empresa cotizada y esto quiere decir que todo el mundo que quiera puede coinvertir con los March, que son los máximos accionistas con un 72% del capital

Pero como habíamos dicho de buen comienzo, Corporación Financiera Alba es una empresa cotizada y esto quiere decir que todo el mundo que quiera puede coinvertir con los March, que son los máximos accionistas con un 72% del capital. Por lo tanto, un 28% corresponde a otros inversores que confían en el criterio de la familia March a la hora de seleccionar inversiones. El valor total de la corporación es de casi 4.000 millones de euros, dato que nos da una idea del patrimonio de los March, al menos en cuanto a esta rama financiera.

Para cerrar, hay que mencionar a otro brazo de la familia, en este caso no de carácter financiero sino cultural. Se trata de la Fundación Juan March, una institución creada en 1955 que desarrolla sus actividades en el campo de la cultura humanística y científica.

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