Qué es la huella ambiental digital y cómo reducirla

Alargar la vida útil de los dispositivos y hacer un uso consciente de internet son las claves de un consumo digital responsable

La economía circular | iStock La economía circular | iStock

¿Sabías que un correo electrónico emite la misma cantidad de CO2 que una bombilla de bajo consumo encendida durante seis minutos? ¿O que Facebook libera al año más de 645 kg de CO2, el equivalente a 650.000 vuelos de Paris a Nueva York? Estos datos tan sorprendentes, extraídos de un informe elaborado por la ADEME (Agencia francesa del medio ambiente y control de la energía), revelan que estamos ante un nuevo tipo de contaminación cada vez más significante: la digital.

Pero empecemos por definir el concepto. La contaminación digital hace referencia a las emisiones de carbono que derivan de nuestra actividad digital, comprendiendo desde el consumo de centros de datos hasta el uso de dispositivos como smartphones, tabletas y ordenadores. Consecuentemente, hablamos de ‘huella ambiental digital’ para referirnos al impacto numérico (en CO2 u otros indicadores equivalentes) que estos activos digitales provocan sobre el planeta.

Facebook libera al año más de 645 kg de CO2, el equivalente a 650.000 vuelos de Paris a Nueva York

En la medida que la fabricación de los equipos electrónicos representa el 78% de la huella de carbono, es fundamental que tomemos conciencia de la importancia de alargar su vida útil. Una forma muy sencilla de hacerlo es eliminando archivos antiguos (documentos, imágenes, vídeos y audios), desinstalando las apps que ya no utilicemos o, incluso, borrando las conversaciones de WhatsApp. Todos estos elementos se traducen en memoria y energía que afectan al rendimiento del teléfono, así que es recomendable mantener como mínimo 1 GB de espacio libre para que el sistema funcione correctamente.

En las redes sociales el fenómeno es similar: todo aquello que compartimos, ya sea un selfie, un GIF o un simple like consume energía. Pero lo más perjudicial son las plataformas de vídeo como YouTube, TikTok y Netflix, puesto que para la transmisión del contenido se utilizan combustibles fósiles como gas y carbón. El caso más destacado es el de YouTube que, según un estudio del portal WebSiteToolTester, emite hasta 702.000 toneladas de CO2 cada año. ¿Y qué puedes hacer tú? Reduce el tiempo de uso de internet, desactiva la reproducción automática de vídeos y consume únicamente el contenido que te interese.

Apostar por la economía circular ya no es una opción, es una necesidad

Y si piensas que ha llegado el momento de renovar tu teléfono, ordenador o tableta, recuerda que cada dispositivo puede tener hasta dos o tres oportunidades si lo introduces en el circuito de la segunda vida. Tienes tres opciones para no tirar tu móvil antiguo: donarlo, venderlo a un particular o a una empresa de reacondicionamiento o, en caso de que esté inutilizable, depositarlo en uno de los contenedores de reciclaje habilitados por el Ayuntamiento de tu localidad.

En SMAAART, cada año, reacondicionamos más de 100.000 teléfonos en nuestra fábrica, lo que hasta la fecha ha ahorrado la emisión de 18.451 toneladas de CO2, la extracción de 57.577 toneladas de materias primas y la utilización de 18 billones de m3 de agua. Apostar por la economía circular ya no es una opción, es una necesidad.

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