
En medio de la Avenida Diagonal de Barcelona hay una oficina muy particular donde parece que no exista el estrés y la media de edad no supera los 30 años. Y no, no son todo becarios. De las paredes cuelgan varios pósteres gigantes de películas como Flight of the Conchords o Pulp Fiction. Hay dos pufs de color rojo dispersados por tierra junto con algunas sillas convencionales (pero sólo las necesarias) ante una fila de Mac que visten impecables con tabla-its y notas. El resto de la oficina? Sofás, pelotas de fútbol, videoconsolas, neveras, pizarras, rotrings de colores y una pared con cuatro relojes mundiales emulando la bolsa de Wall Street, aunque a pequeña escala y en versión informal.
Esta es la sede de FEVER, aquí fue donde conocimos a Marc Cercós. En la actualidad, en Marc ya no está en esta empresa, ni siquiera sabemos donde está ubicada ahora FEVER, otra empresa creada por Pep Gómez, un joven prodigio de 19 años, que decidió crear una red social para conocer los planes que ocurren en la ciudad y saber qué amigosvan y qué no. FEVER ha pisado Madrid, Nueva York y Marbella, pero los perdimos la pista. De hecho, por aquí tienen que haber pasado decenas de 'cocos jóvenes', rondas de inversiones y otras historias propias de las nuevas compañías de hoy en día. Son tan efervescentes que, si te despistas, tendrás que preguntar por ellas a Twitter .
Vivero de grandes emprendedores
En los inicios de esta compañía se juntaron muchas mentes inquietas, jóvenes que con 20 ya han estado en varias empresas, han empezado tres proyectos y han fracasado en ocho. De esto se trata. Queremos creer que en este mundo de la emprendeduría son como una gran familia, todo el mundo se conoce y han trabajado alguna vez codo con codo rodeados de cables y pizarra.
En el caso de la oficina de FEVER ha sido el punto de encuentro, por ejemplo también de los creadores de Series Yonkis. Y aquí se juntaban todos, cada uno con experiencias diferentes pero dispuestos a crear, desarrollar y diseñar programaciones web y apps. Es decir, el que se cocía a las paredes de FEVER, el más próximo a Silicon Valley que hay en Barcelona.
Jóvenes locos con ansias de crear, freakys -lo reconoce Marc Cercós- que dedican su tiempo a jugar con fireta y dominar la tecnología . "Yo nunca me he considerado un emprendedor, para mí es un juego. Yo quizás estoy en un concierto y estoy dándole vueltas al hacia algo... no pienso en chicas, pienso en apps", dice sonriente, aunque después deja claro que también piensa en chicas. Nos quedamos más tranquilas.
Marc Cercós tiene 26 años, 25 acabados de hacer cuando lo conocimos, y siempre ha "jugado" así. No ha ido a la Universidad, tampoco ha acabado el bachillerato. Sólo hizo un curso de formación durante un año en Madrid en Vostock Studio, de Javier Cañada (uno de los miembros más activos en diseños de interacción). A pesar de todo, ahora tiene acciones repartidas en diferentes proyectos, mueve y dispone del dinero que él mismo ha creado (o tiene intención de) y se hace con inversores internacionales que apuestan por sus ideas. "Cuando dije a mis padres, con 17 años, que quería crear una empresa y no pensaba estudiar, me trataron de loco y me dijeron que estaba empezando la casa por el tejado, que me dejara de tonterías".
Pero continuó Y aquella resultó ser eyeOS, el proyecto conjunto del cual antes formaba parte junto con Pau Garcia-Milà, un programa para compartir documentos que ahora resulta ser uno de los más cotizados y que los ha dado prestigio y fama entre el mundo de 'nerds excel · lentos' de la informática. Ahora, además, EyeOS ha sido comprado por Telefónica en una jugada que dejó mudos a los analistas de mal agüero que presagiaban la muerte de eyeOS e hizo hacer saltos de alegría en mitad de las jóvenes start-ups que pueblan Barcelona Activa. Pau siempre va al frente y esta vez ha demostrado que cuando fallan las rondas de inversión, siempre puede venir un pescado grande a rescatar.
En realidad, Marc no ha vivido toda esta aventura loca de la compra de Telefónica de EyeOS, porque él decidió abandonar la empresa ya hace más de un año por motivos personales y por necesidad de cambio. Se involucró de pleno en su proyecto personal Archy, una herramienta para optimizar Google Docs. Y tampoco le ha ido nada mal.
Él admite que le suelen decir "loco y freaky ", pero parece importar muy poco. Es de esta clase de gente -búho que maquina por las noches y seva a dormir de media entre las 02:00 o las 03:00. Defiende, para decirlo dealguna manera, la "liberalización horaria" en su dimensión más individual: "A ver, si yo me quiero acostar un día a dos no madrugar el día siguiente, quiero poder hacerlo", dice convençudíssim, mostrando su rechazo total hacia las restricciones horarias que sufren el resto de mortales. Con 26 años dice que le cuesta un mundo imaginar trabajando para alguien que no sea él.
Marc, todavía introvertido por fuera, habla con soltura del que es suyo y le divierte, y muestra con su iPhone y muchísimo orgullo paterno el proyecto que más lo motiva e ilusiona, Archy, que empezó antes del verano de 2012. "Algún día quiero ir a Silicon Valley, es una meta, está claro". Aboga para emigrar de España (sí, otro más) porque dice que, en el ámbito de tecnologías , aquí no se respeta nada. Y ahora, el día de hoy, podemos decir que ya lo ha conseguido.
Ya está viviendo a la meca de las start-ups. Y todo ha estado gracias a Archy, el app que él mismo desarrolló e ideó. En realidad, todo va venir un poco por necesidad- obtener financiación y salir adelante su ' bebé' -y también por circunstancias de la vida. "Mis compañeros de piso de Barcelona volvían a sus países, tenía que mudarme de todos modos ... y tenía dos amigos que estaban decididos a irse a San Francisco". Dedo y hecho. Preparó las maletas y se sumó al viaje con ellos. Por qué él tenía que esperar?
Aterrizado a San Francisco, el de siempre, que si cuesta un poco adaptarse, que si la gente es diferente, que si es difícil encontrar un piso para no tener trabajo fijo en suelo americano. Y otros obstáculos que trae salir de casa y lanzarse a la aventura. Pero lo tendríais que ver ahora. Un más a Silicon Valley. Nos lo queremos imaginar con gorra, vaso de Starbucks y patinete. Dice que ahora está mucho más cerca de conseguir una buena ronda de inversión, que cuando hablaban con inversores todo eran palos "todo el que he aprendido ha sido siempre a base de hostias". Pero ha sido cuestión de escuchar el feedback, adaptar el modelo de negocio al que quieren aquí y adaptar a su mentalidad. Que no es poco.
Y contactos, siempre contactos. Se traen muy bien con Google y si es una persona, porque Archy no deja de ser una app de mejora de Google Drive, conocer un developer que muy amigablemente los invitaba a pasarse por aquí. Que esto es como la fábrica de Willy Wonka a ojos de un emprendedor. "Nos invitaban a comer muchas veces a las oficinas de Google, todo es gratis y siempre es muy divertido. Estar dentro es como estar dentro de un sueño". Pues esto, como niños.
Y la relación con Google ha ido de bien a mejor, a casi excelente. Fueron la única empresa española a estar sentada en una de las mesas del Google Y/O ,unas conferencias anuales que Google monta a San Francisco. Entrar es complicado, más que nada porque las entradas quieren en cuestión de los minutos. Y Archy tenía nada más y nada menos que su propia mesa. Marc dice que lo aprovecharon mucho -dejarse ver, hablar, hacer networking, ya se sabe- y que "fue divertidísimo".
Nos despedimos de a Marc, a regañadientes, puesto que salir de la sede de FEVER no fue fácil. Infinidad de cosas no dejaban de embovar-nos, cifras y esquemas y flechas para no entender nada. Antes de salir nos cruzamos con el más joven de la plantilla, que se nos queda mirando sonriente mientras chuta una pelota y recoge sus cosas. Tiene 17 años y vive a San Francisco. Sois aquí sólo por unos días. Ante la puerta, un montón de camisetas y sudaderas de colores con la marca FEVER y revistas de tecnología amontonadas encima de una mesita. Salimos de la oficina, sin sacar la vista de nada y reteniendo todo, y con esta sensación de estar cruzando, más que la puerta, un charco. Y, de nuevo, retorno en Barcelona, a la otra, la que conocemos.
La sección Jóvenes Extraordinarios es una colaboración con el proyecto Jóvenes (sobre)salientes.