 
    "Normalmente los emprendedores nohacemos caso, los vemos como un coste. Son extraños, siempre van con corbata... pero el primer día que tienes un problema piensas: tan de bono hubiera tenido un abogado!". Así presentaba Carlos Blanco (@CarlosBlanco), emprendedor y business angel, la charlada-coloquio con Ignasi Costas (@IgnasiCostas), socio coordinador del área de Innovación de Rousaud Costas Duran SLP.
En el marco del First Tuesday en la Fábrica Moritz de Barcelona, Ignasi Costas compartió algunos aspectos fundamentales de su experiencia en el ámbito jurídico y legal  vinculado a los emprendedores, las start-ups y su relación con los inversores.
El pacto de socios
Hay dos tipos de pacto de socios : el inicial donde el grupo se reúne para hacer un proyecto; y el que se hace con los inversores. Por Ignasi Costas tiene que reflejar dos cosas básicas: "los compromisos y el "what if". Es decir, tiene que quedar claro "a que me comprometo en tiempo o dinero; y que pasaría con determinadas circunstancias como si muere alguno de los socios, o si alguien quiere comprar la empresa".
Por el experto, es casi más importante hablar del pacto de socios que escribirlo, puesto que la reflexión  es básica. "Me he encontrado con socios que dicen que están de acuerdo en todo, y cuando los preguntas que harían si viene un gigante norteamericano con una oferta por la empresa, uno dice que vendería y el otro no", ilustró.
La carta de intenciones
Por Costas, los emprendedores tienen que decidir si trabajarán o no con abogados. Ahora bien, si quieren trabajar, recomienda hacerlo antes de firmar la carta de intenciones. "Así se evitan frustraciones, puesto que cuando alguien recibe la carta de intenciones, en el 75 o 80% de los casos se acaba cerrando el trato".
Este punto es importante porque si bien en el documento tiene que quedar claro qué es vinculante y que no lo es, "el que no es vinculante jurídicamente sí que lo es moralmente, y ya no se podrá modificar al contrato porque se perdería la confianza  mutua", aseguró.
Por todo ello, según Ignasi Costas "la carta de intenciones es el momento más importante, y es un documento que se tiene que poder entender sin necesidad de abogado". Además, resaltó la relevancia  de "no firmar sin haber leído. Se tiene que leer todo, y si no se entiende, se tiene que preguntar a un asesor hasta entenderlo".
"No se tiene que tener prisa para firmar, a pesar de que es el momento donde más presión recibe el emprendedor. Si el inversor se interesa por tú hoy, tambiénestará interesado mañana", afirmó. En este sentido, también recomendó informarse sobre el inversor con gente del entorno quehaya tenido relación; y no sólo fijarse en el apartado cuantitativo de la oferta.
La auditoría
Un golpe firmada la carta de intenciones, y hasta el momento que se acabe confirmando en un contrato definitivo, será la hora de la demanda de información. "Desde el momento que se firma la carta y hasta que se llega a plasmar al contrato, te harán una auditoría donde no tienes que ocultar los muertos que tienes al armario", advertía Costas.
Hay que tener en cuenta que "si engañas un inversor sobre cualquier aspecto que afecte la empresa, estás cometiendo un delito por estafa", aseguró. A su entender, estracta "de un proceso de seducción  donde se tiene que ir dosificant la información , pero dónde finalmente se tiene que decir todo".