5 acciones para combatir la corrupción a la empresa

La proactivitat empresarial es básica para eliminar las malas prácticas a las compañías, que pueden acabar pagando sus directivos aunque no estén implicados

"Si una empresa es acusada de corrupción, lo pueden pagar los directivos aunque no lo supieran, por no haber aplicado políticas preventivas". Lo explica Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de Esade, en una jornada organizada por esta entidad sobre como combatir la corrupción desde las organizaciones. Los directivos se pueden encontrar en esta compleja situación desde la modificación legal del año 2010. "Esto hace que al menos las grandes compañías se planteen políticas preventivas contra la corrupción", celebra Carreras.

Ya hace tiempo que la corrupción es un tema habitual, el que es una buena noticia porque significa que se destapan las malas prácticas. "La mayoría de casos que aparecen son de hace muchos años. Pero no está claro si estamos haciendo suficiente porque no se repitan", advierte Carreras. Las últimas encuestas sobre percepción de corrupción en España se centran básicamente a los partidos políticos (83%), y en el Parlamento (67%), pero "afecta a todo tipo de instituciones", asegura el responsable de Esade.

Por Carreras, "será más efectivo trabajar con las empresas que esperar que el sistema y la administración se mueva de verdad contra la corrupción". Al fin y al cabo, destaca, "es un tema centrado en la ética personal. Si trabajamos desde muy jóvenes en la educación cívica y ética, que sepan decir no, habremos avanzado mucho".

La crisis, con una fuerte presión de resultados, no ha ayudado las empresas en este objetivo; y "la transparencia es una asignatura pendiente", asegura. A pesar de que son muchas las compañías que combaten de verdad la corrupción, otros "hacen actas más propios de maquillaje. Tienes que cambiar la cultura corporativa de la empresa porque sea sana", dice Carreras. En definitiva, "que se despida gente es una señal valiente de estar afrontando la realidad de la corrupción".

Para ayudar en este sentido, desde el Instituto de Innovación Social de Esade proponen cinco acciones concretas para combatir la corrupción desde la empresa:

1. La creación de la figura del compliance officer. Puede ser una persona o pueden ser diversas en forma de comisión, pero es vital designar alguien que vele por el cumplimiento de las obligaciones de la empresa.

2. Establecimiento de un código ético aprobado por el alta dirección. Sin el compromiso real y explícito de la dirección es imposible combatir los gérmenes de las malas prácticas a la empresa.

3. Herramientas de formación y de denuncia anónima. Todos los miembros de la empresa tienen que saber qué hay en juego cuando se aplican malas prácticas, y cómo se pueden denunciar. Para hacerlo, hay de haber la certeza que la denuncia es anónima y externa, para garantizar que no implicará represalias. El clásico buzón de sugerencias no es una solución.

4. Aplicación de políticas anticorrupción a toda la cadena de valor. Una auténtica empresa comprometida a luchar contra la corrupción no puede limitar las acciones sólo de puertas adentro. Extender la buena praxis al resto de compañías que forman su cadena de valor, descartando las que no ofrezcan garantías y seleccionando las más transparentes, es una buena medida.

5. Un programa de control del cumplimiento. No hay resultados si no se hace seguimiento y se analiza el impacto de las acciones realizadas. El que no se mide, no existe.

Corrupción, factor de desigualdad
Jaime Atienza, director de campañas y estudios de Oxfam Intermón, añade que "la corrupción es un factor que contamina las oportunidades de las personas a tener una vida mejor". Esta ONG ha sido presente los últimos tres años al Foro de Davos, "planteando que hay una excesiva concentración de la riqueza", explica Atienza. Y es que 80 personas tienen la mitad de la riqueza mundial. "Con tanta concentración de riqueza hay una contaminación del poder que perpetúa y aumenta cada vez más esta brecha", denuncia.

Por el responsable de Oxfam Intermón, "la corrupción es como el Tango, hacen falta dos partes". Conseguir mejoras y el progreso social, pues, "tiene que ver con que tres actores principales actúen en positivo: los estados, el sector privado y la ciudadanía".

Por Atienza el sector público tiene que ser "eficaz redistribuyendo la riqueza con justicia social". En cuanto al sector privado, pide que sea "responsable respetando leyes fiscales, ambientales o de cualquier tipo"; y finalmente exige "una ciudadanía activa que ejerza de contrapoder de los dos grandes poderes".

La suma del PIB de los Estados Unidos y la China se encuentra en paraísos fiscales
"La evasión y la elusió fiscal son algunas de las mayores expresiones de desigualdad de poder", denuncia Atienza. A su entender, "hay una relación directa entre ellas y la desigualdad extrema que empuja millones de personas a la pobreza".

Los datos que plantea el ONG exponen que 800 millones de personas pasan hambre mientras más de 30 billones de dólares reponen en paraísos fiscales. Una cantidad que equivale a la suma del PIB de Estados Unidos y la China. "Cada año se escapan 50.000 millones de dólares del África", lamenta.

El responsable de Oxfam Intermón también denuncia que "las compañías de la Íbex35 tienen 810 filiales en territorios considerados paraísos fiscales. En un solo edificio de Delaware hay 285.000 empresas domiciliadas, de las cuales 136 son filiales españolas". Ejemplos como estos empujan el ONG a reclamar que "los gobiernos se impliquen realmente en la responsabilidad de evitar todos estos mecanismos que permiten que se escapen tantos recursos".
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