Audio Merge, vuelta a los orígenes del dub

La emergente catalana nos tiende un puente entre la música que revolucionó los años 60 y la actual

En la década de 1960, Jamaica puso patas arriba la industria de la música | iStock En la década de 1960, Jamaica puso patas arriba la industria de la música | iStock

En la década de 1960, Jamaica puso patas arriba la industria de la música. En esta pequeña isla, con su escena sound system, tuvo lugar una nueva forma de celebración musical. Nos invitó a bailar y a compartir al son de un nuevo ritmo, eclipsando la, hasta entonces, tendencia de disfrutar de un único y popular intérprete.

Situémonos. Año 1968. Estudio de Treasure Isle, en Kingston, Jamaica. Rudolph “Ruddy” Redwood crea, por accidente, el primer corte dub de la historia con la canción de reggae On The Beach de The Paragons, una producción de Duke Reid. La pieza musical fue un éxito absoluto, llamando incluso la atención del prestigioso artista Bunny Lee, quién pidió a King Tubby, un ingeniero electrónico y técnico de sonido, canciones con tan sólo instrumentos. Éste fue más allá y se puso a innovar. Variaciones en la voz, en el sonido de los instrumentos y, por supuesto, en el propio ritmo, para luego unirlo todo en una sola pieza.

Tubby creó así un nuevo sonido y puso su granito de arena en el desarrollo del nuevo panorama musical, donde los técnicos de sonido comenzaron a crear sus propias versiones, con mezclas diferentes a la original (los famosos remix). Así, el dub, como se nombró al nuevo género, viajó por todo el mundo influyendo en artistas y culturas, dando lugar a la música Disco, Drum’n’Bass, Techno o Dubstep, entre otros.

Audio Merge construye un puente entre los orígenes del dub y la música actual

Desde los primeros eventos, ya había un especial interés por la ingeniería que se encontraba detrás de cada equipo. Siempre ha sido esencial las frecuencias que componían una obra musical. Ahora, con el paso del tiempo, casi 55 años después de su creación, Audio Merge construye un puente entre esa música y la actual.

La catalana emergente se concibe a finales de 2019 cuando dos amigos ingenieros, Xavier Lizarraga y Arnau Muñoz, hablan sobre la posibilidad de adquirir un clon del Altec 9069B, un ecualizador de sonido de los años 60. Las prestaciones que buscaban eran tan concretas que el mercado no satisfacía sus necesidades. “Estábamos buscando más un proyecto que un producto”, cuentan. Así, se dieron cuenta que les era mucho más fácil y rentable fabricar el KTBK (nombre con el que han denominado su producto por ser las siglas de King Tubby's Big Knob, el aparato original) por ellos mismos.

“Estábamos buscando más un proyecto que un producto”

Llega entonces la pandemia, que se presenta como la mejor de las oportunidades para desarrollar el proyecto, puesto que la actividad económica se vio drásticamente frenada. En algo más de un mes ya tenían el primer prototipo construido y, en septiembre de 2020, acababan con el tercero y un software de control de sonido, para analizar que realmente obtenían lo que estaban buscando.

Con todo, el proyecto sigue creciendo: toca ampliar horizontes (originalmente solo iban a desarrollar el proyecto para Lizarraga) y buscar financiación. El crowdfunding se presenta como una manera de “promocionarse y no tener que hacer un gran desembolso inicial” y, a través de la Oficina d'Innovació del Ajuntament de Terrassa, se presentan a un Bootcamp de formación y asesoramiento orientado a entrar en el mercado.

“Crecer es difícil. Es un sector muy competitivo que se concentra, mayoritariamente, en Estado Unidos y el Reino Unido”

Con lo recaudado, que supera ostensiblemente las expectativas iniciales, se produce el primer lote del producto. El montante restante se reinvierte en la empresa, lo que permite seguir produciendo y vendiendo. Todo ello sin dejar de lado la expansión internacional, por ello entran a colaborar con Barcelona Activa. “Crecer es difícil. Es un sector muy competitivo que se concentra, mayoritariamente, en Estado Unidos y el Reino Unido”, reconocen. Sin embargo, Lizarraga y Muñoz tienen claro el camino: su público objetivo son productores musicales que, como ellos, tienen intereses muy concretos y particulares.

“Vamos contra la tendencia”, explican, porque todas las industrias se estan adentrando cada vez más en el mundo digital. No obstante, si se profundiza en la profesionalización del sector, el hardware se está manteniendo. Como está pasando con los vinilos, la gente vuelve a buscar unas cualidades sónicas que la digitalización no satisface, pero el mundo y los aparatos vintage sí. “No apelamos a la nostalgia pero, obviamente, oír ciertos sonidos evoca al oyente a tiempos pretéritos”.

“No apelamos a la nostalgia pero, obviamente, oír ciertos sonidos evoca al oyente a tiempos pretéritos”

La apuesta es firme. Se está invirtiendo en la campaña de lanzamiento definitiva del proyecto. En octubre darán el salto a una store virtual americana y, paralelamente, se está trabajando en el desarrollo de dos productos nuevos que se esperan a principios del próximo año. Es momento de consolidar el producto en el mercado, potenciar su venta, automatizarla y, quién sabe, si externalizarla.

Més informació
BlackFish, el protagonista de los entresijos de la gran televisión
DisGeNET y el uso de la IA para encontrar vacunas en un tiempo récord
Lexy, la mano derecha de los copywriters
Hoy Destacamos
Lo más leido