Begudes Puig, los refrescos mallorquines que sobrevivieron a la Coca-cola

La empresa familiar, que factura unos 870.000 euros anuales, reabre su fábrica e impulsa una red de envases retornables

Tres productos de Bebidas Puig, refresco de piña, limonada y tonònica | Cedida Tres productos de Bebidas Puig, refresco de piña, limonada y tonònica | Cedida

"De las 56 empresas de refrescos que había en Mallorca, quedan dos". Las Begudes Puig son unas supervivientes: han superado la principal traba con la que se encontraron las compañías del sector en los años 50, la llegada de Coca-Cola, pero también la crisis. Ahora, resurgen con la reapertura de una fábrica propia, después de haber derivado la producción a otra planta durante 15 años. El adjunto a la gerencia, Julià Puig, es la cuarta generación de la familia y quiere convertir la firma de bebidas no alcohólicas en un referente de sostenibilidad. Con una plantilla de unas 10 personas, su facturación asciende a 870.000 euros.

El producto más representativo de Begudes Puig es el refresco de piña, muy popular en Mallorca pero prácticamente desconocido fuera de la isla. De aspecto podría ser una Coca-Cola, pero de sabor es completamente diferente. La receta es secreta y el origen, desconocido, pero la versión con más adeptos es que deriva de una bebida típica de Cuba, que los sifoners mallorquines hicieron suya. Pero también tienen gaseosa, tónica, naranjada y limonada.

No puede faltar el sifón, la base primigenia del negocio. De hecho, en 1927 el bisabuelo de Julià Puig empezó a "vender sifones en su garaje de Llucmajor", un producto que poco a poco fue diversificando hasta que dos años después introdujo el refresco de piña. El crecimiento les hizo abrir una fábrica, que en 2005 decidieron vender. Actualmente, producen en Petra a la espera de abrir una nueva planta, situada en Alaró, en algún momento de los primeros meses de 2020. Será la única fábrica de producción de refrescos que queda en Mallorca, junto con la de Petra, después de que la propia Coca-Cola y Pepsi decidieron cerrar sus instalaciones para centralizar la producción en otros lugares.

 

Els inicis de Begudes Puig va ser com a 'sifoners', una activitat que es va anar diversificant amb els anys | Cedida

Los inicios de Begudes Puig fue como 'sifoners', una actividad que se diversificó con los años | Cedida

 

La distribución no lo es todo

El aterrizaje de Coca-Cola en la isla supuso que la mayoría de pequeñas empresas de soda repartidas en territorio mallorquín corrieran a reinventarse y adaptarse a la nueva situación. Pensaban que no podían hacer frente al gigante que venía de Estados Unidos y pensaron que la mejor estrategia era unirse a él. Fue de este modo como la mayoría de artesanos del sector se convirtieron en distribuidores de grandes marcas. Begudes Puig no se quedó al margen del negocio, como explica el actual gerente, sino que también distribuyen: "Estrella Damm, Bezoya... ¡pero Coca-Cola no!".

El aterrizaje de Coca-Cola en la isla supuso que la mayoría de pequeñas empresas de soda se convirtieran en distribuidores de las grandes marcas

Los vinos y los lácteos también están disponibles de manos de Puig, que tienen acuerdos con Font des Teix y Font Major, además del Cacaolat mallorquín, el Laccao, entre otros. La nueva fábrica les permitirá volver a tomar el control del embotellamiento de sus refrescos, pero también de agua mineral. La inauguración de las instalaciones vendrá acompañada de una pequeña ampliación de plantilla: "Incorporaremos a un mecánico y entre dos y tres empleados de la empresa Nartha Serveis, que trabajan sobre todo con personas con discapacidad".

La crisis les afectó, pero haber vendido la fábrica poco antes les ayudó a mantenerse con buena salud. Ahora, Puig explica que las ventas han bajado durante el verano, habitualmente la mejor época: "En los últimos años hemos incrementado la facturación, con unos 870.000 euros en 2018, pero también hemos tenido que aumentar gastos para intentar vender más".

"En los últimos años hemos incrementado la facturación, con unos 870.000 euros el 2018, pero también hemos tenido que aumentar gastos para intentar vender más"

El futuro es con envase retornable

El relevo generacional está asegurado, pero hace unos años no estaba tan claro. Fue la emergencia climática la que empujó a Julià Puig a volver a Mallorca después de unos años fuera y coger las riendas de la empresa familiar. "Yo era instructor de buceo -estuve en Tailandia y las Maldivas-, pero cuando vi la cantidad de plástico que hay en el mar pensé que podíamos hacer algo desde Begudes Puig". El regreso a la isla sirvió para descubrir Clean Wave, una asociación mallorquina que trabaja para conseguir que el agua potable sea accesible en todas las Illes Balears y reducir los residuos de plástico a través de la venta de botellas de acero inoxidable. Su idea complementaba perfectamente con la de esta iniciativa.

La botiga d'envasos retornables impulsada per Begudes Puig | Cedida

La tienda de envases retornables impulsada por Begudes Puig | Cedida

Así, ha impulsado la primera tienda de envases retornables del archipiélago. Puede comprarse agua, cervezas, refrescos y vinos con envase de vidrio y, si el consumidor los devuelve al establecimiento, recibirá el importe del envase y sólo habrá pagado la bebida. El objetivo es llegar a crear toda una red de comercios adheridos a la tienda de envases retornables. "Nosotros siempre hemos mantenido los envases de vidrio, que eran los que se utilizaban antiguamente; actualmente sólo el 30% de lo que vendemos es plástico", según Julià Puig.

Lograr cero residuos de plástico no es fácil, pero Puig cree que se tiene que hacer poco a poco y empezando por los productos y artesanos de la tierra. Son los que están más concienciados, los que ven los efectos del cambio climático en Mallorca de primera mano.

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