
120 millones en 2024 y una inversión acumulada de 1.000 millones en los últimos ocho años. Estas son dos de las cifras que el director general del Grupo Bon Preu, Joan Font, ha expuesto durante la sesión Retos y oportunidades de futuro para el tejido empresarial organizada por la Cambra de Comerç de Sabadell. En ella, Font ha presentado el modelo empresarial y de valores de la compañía catalana, que ya se sitúa dentro del top 10 en ventas entre las empresas del sector en los Vallesos.
Durante su intervención, Font ha reivindicado la apuesta por un modelo comercial que se base en la diferenciación y la escucha activa del consumidor: “Competir solo por precio es un error. Nos hemos querido alejar del modelo de discounters y apostar por la calidad, el servicio y el producto fresco”. Una estrategia en la que la proximidad y el producto de kilómetro cero son ejes estratégicos, así como la mejora continua del servicio: “La rentabilidad y el compromiso social no son incompatibles. Si el ciudadano nos dice que tirar comida es un pecado, encontraremos la manera de aprovecharla”.
En esta línea, el director general del Grupo Bon Preu ha marcado distancias con el modelo de los hipermercados tradicionales, los cuales considera que "tienen los días contados": "Nosotros apostamos por supermercados eficientes, de unos 1.500 m², que ofrecen una mejor selección de productos en menos espacio”. Esta clase de establecimientos, que Font asegura que priorizan la proximidad, la calidad y el conocimiento del cliente, suponen el 50% de la facturación de la compañía.
Esta visión no invalida la apuesta por los supermercados Esclat, que son de dimensiones más grandes. En este sentido, Font defiende que no buscan seguir "el modelo de los otros discounters", sino que ofrecen "una propuesta diferenciada con más variedad de productos y servicios, más allá de la alimentación”.
De la falta de profesionales a los negocios paralelos
Una de las cuestiones que Font ha señalado como uno de los retos que afronta Bon Preu y las entidades del sector alimentario es la dificultad creciente para encontrar profesionales cualificados en ámbitos como la carnicería o la pescadería. “El volumen comercial no lo es todo; los resultados se consiguen gracias al talento de las personas que se sienten implicadas y reconocidas”, ha remarcado.
Unos resultados que también deben parte de las buenas cifras a la apuesta por la digitalización y el conocimiento profundo de los clientes que hace la entidad. Bon Preu cuenta actualmente con más de 1,4 millones de personas que tienen tarjeta de cliente, con las cuales ha confeccionado una base de datos que permite a la empresa conocer hábitos, perfiles y preferencias de compra: “Tenemos la capacidad de saber qué clientes nos han dejado de comprar y por qué. Esto nos permite aplicar inteligencia y estrategia para optimizar inversiones y promociones”.
Con todo, el alimentario no es el único negocio del Grupo Bon Preu, que complementa su actividad principal con otros servicios. Uno de los más veteranos son las gasolineras, que hace ya 25 años que se explotan; mientras que el negocio paralelo más reciente es la red eléctrica propia, que ya tiene más de 60.000 hogares conectados. “Ahora no genera beneficios, pero será un servicio clave de futuro donde tenemos la voluntad de ofrecer franjas horarias a coste cero. El objetivo es que nuestros clientes de alimentación también confíen en nosotros para la electricidad”, ha concluido Font.