Mujer e Ingeniería debuta en Catalunya. La Real Academia de Ingeniería (RAI) y la Fundación Caixa d’Enginyers han presentado este jueves, en el Hotel Cotton House de Barcelona, el programa de mentoring que impulsa el talento STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) dentro del proyecto Mujer e Ingeniería. El proyecto llega a Catalunya por primera vez después de nueve ediciones en diferentes ciudades del Estado, como Madrid o Valencia, con la voluntad de dar visibilidad y apoyo al talento femenino en el ámbito tecnológico y científico.
La iniciativa se dirige a jóvenes estudiantes de ingeniería y otras titulaciones STEM (mentoradas) que cursan el último año de Grado o de Máster, y a profesionales del sector empresarial (mentores y mentoras) dispuestos a compartir su experiencia. Con una duración aproximada de cuatro o cinco meses, el programa tiene como objetivo empoderar a las mujeres y fortalecer el vínculo entre el mundo académico y el profesional, fomentando vocaciones e inspirando futuras carreras dentro del campo STEM.
La Fundación Caixa d’Enginyers impulsa el programa en Catalunya y destinará 10 becas para formar a 10 parejas (mentores y mentoradas) que participarán en esta iniciativa con el objetivo de reforzar la presencia de las mujeres en los ámbitos de la ingeniería, la ciencia y la tecnología. “En casi diez años, hemos logrado crear una comunidad de cerca de 3.000 personas dentro del proyecto Mujer e Ingeniería, apostando por el talento femenino en el ámbito STEM, un talento escaso, pero muy demandado”, explica Sara Gómez, directora del proyecto Mujer e Ingeniería de la Real Academia de Ingeniería.
El programa tiene como objetivo empoderar a las mujeres y fortalecer el vínculo entre el mundo académico y el profesional
En España, las mujeres representan solo el 34% de la fuerza laboral en los sectores de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). En este contexto, la directora del proyecto Mujer e Ingeniería de la Real Academia de Ingeniería destaca la importancia de este programa para definir acciones concretas que fomenten una mayor participación femenina en el ámbito STEM.
Según Gómez, lo que diferencia este programa de mentoring de otras iniciativas similares es el espíritu con el que se llevan a cabo los procesos de selección, tanto de los mentores y mentoras como de las mentoradas. “A las mentoradas les recordamos que tienen el privilegio de disfrutar de una beca y que, por lo tanto, deben devolver lo que reciben. Es decir, es necesario que mantengan este espíritu colaborativo”, explica Gómez.
Romper barreras, inspirar vocaciones

Así pues, les piden que se conviertan en embajadoras en los colegios e institutos, para inspirar vocaciones desde edades tempranas: “Con las universitarias empezamos a abordar el problema, pero ¿qué pasa con las escuelas e institutos?”, reflexiona.
Ante esta situación, Díaz señala varios retos clave para reducir la brecha de género en STEM. Uno de los más importantes es el ámbito educativo, donde es necesario potenciar la autoconfianza de las niñas, visibilizar referentes femeninos en ciencia y tecnología, y conectar estas disciplinas con su impacto social, para que las niñas entiendan cómo pueden contribuir y sentirse identificadas. Como curiosidad, Gómez explica que en los centros educativos segregados por sexos, hay más vocaciones STEM entre las chicas que en los centros mixtos.
Gómez explica que en los centros educativos segregados por sexos, hay más vocaciones STEM entre las chicas que en los centros mixtos
Otro reto que destaca Gómez es el nombre. Según explica, “en los años ochenta, la carrera de Ingeniería era una licenciatura y había cerca de un 40% de mujeres. Ahora, desde que pasamos de licenciatura a ingeniería, apenas llegamos al 10%". Este hecho demuestra la importancia de la semántica, ya que el cambio de denominación -de licenciatura a ingeniería- puede haber acentuado la asociación histórica que vincula la ingeniería y otros campos tecnológicos con profesiones tradicionalmente masculinas.
Para concluir, Gómez señala que en los últimos diez años se ha perdido cerca del 25% del alumnado de ingeniería y más del 70% de los estudiantes actuales son hombres, lo que supone una pérdida significativa de talento femenino en este ámbito.
Así pues, el programa se convierte en una experiencia transformadora para las jóvenes mentoradas: les ayuda a reconocer su talento, fortalecer su liderazgo y afrontar los retos con confianza, a la vez que ganan claridad sobre su futuro profesional y encuentran en su mentora una fuente de inspiración e impulso para seguir creciendo.