El corazón del management

Durante las últimas dos décadas, la dirección por misiones ha ido ganando presencia en el mundo empresarial

El corazón del management | iStock El corazón del management | iStock

Cuando empecé mi primer trabajo, me comunicaron: "aquí trabajamos con un enfoque basado en objetivos. Tendrás un salario base y, si consigues buenos resultados, recibirás un bono". Después de un tiempo, recibí mi primer bonus. Me gustaba la idea del bonus y la autonomía que obtenía al tener objetivos claros en el trabajo. Sin embargo, me preguntaba si este sistema era adecuado en términos de las motivaciones que promovía. Compartí mis inquietudes con un colega experimentado, y me dijo: "mira, mientras consigas los objetivos, no importa si lo haces por el bonus o porque quieres hacer del mundo un sitio mejor".

Ese día comprendí que la gestión basada únicamente en objetivos es un modelo incompleto. En último término, el trabajo es un servicio y, para que realmente dignifique a la persona que lo realiza, debe estar impulsado por motivación trascendente: el deseo de tener un impacto positivo en la vida de los demás. Ésta es la clave de lo que, desde hace 20 años, impulsamos en la Cátedra Dirección por Misiones de UIC Barcelona.

Las tres dimensiones de la gestión

Para ilustrar el desarrollo de la dirección por misiones, utilizamos el modelo Propósito 3D, que refleja la armonía entre la cabeza, el corazón y las manos. La cabeza representa el conocimiento, las manos representan la acción y el corazón representa la motivación trascendente.

Dirección por objetivos y dirección por misiones | UIC
Dirección por objetivos y dirección por misiones | UIC

La dirección por objetivos tiene dos dimensiones: cabeza y manos. Consiste en alinear el conocimiento y la acción para conseguir las metas propuestas. En la dirección por objetivos, lo relevante es tener claras las metas y hacer lo posible para alcanzarlas. Lo que importa es el resultado, independientemente del tipo de motivación que te impulsa a conseguirlo.

Sin embargo, la dirección por misiones tiene tres dimensiones: cabeza, corazón y manos. Se trata de armonizar el conocimiento, la motivación y la acción en las actividades diarias. Es decir, tener metas claras, saber por qué lo haces y poner los medios para conseguirlo.

Conectando propósito personal y corporativo

Todas las personas tienen un propósito personal, lo que da sentido a la existencia del individuo, su razón de ser. Es algo único y específico en cada persona, ya que está fundamentado en las motivaciones y valores personales que configuran su identidad.

Desde la cátedra creemos que todas las organizaciones tienen –o deberían tener– un propósito corporativo. El propósito corporativo es el porqué de la empresa, la síntesis de los fines de la organización.

Conectando propósito personal y corporativo | UIC
Conectando propósito personal y corporativo | UIC

En la conexión entre el propósito personal y el propósito corporativo se genera una inmensa fuente de motivación donde empresa y trabajador dan lo mejor de sí mismos. Una conexión que es única y específica para cada individuo, puesto que emana de su propio propósito. En esta conexión, existen las misiones que son, a la vez, parte del propósito personal y del propósito corporativo.

Las misiones tienen la misma naturaleza del propósito, pero de forma más concreta. Se refieren al para quien, a los beneficiarios del trabajo, concretando el propósito en contribuciones específicas hacia personas o colectivos de personas (clientes, empleados, proveedores, sociedad, accionistas…).

Del corazón a la cabeza

Distinguimos entre tres tipos de misiones: misiones personales, misiones de equipo y misiones de empresa.

  • Las misiones personales reflejan la forma en que cada persona participa del propósito de la organización. Las misiones personales se trabajan con la cabeza, pero sobre todo con el corazón. Para definirlas, las personas se conectan con su propósito vital, -por qué estoy en el mundo- y, desde allí, concretan cómo pondrán su propósito al servicio de los demás. Responden a las preguntas: ¿cuáles son mis motivaciones y valores personales? ¿Quiénes son los beneficiarios de mi trabajo? ¿Qué impacto quiero tener?
  • Las misiones de equipo son la agregación de las misiones personales y, al mismo tiempo, el despliegue de las misiones de empresa en las diferentes áreas de la organización. Para ello, los equipos contestan la pregunta: ¿cómo queremos contribuir al propósito y las misiones de la empresa?
  • Las misiones de empresas son la guía que orienta a las misiones de equipo y personales. Reflejan la concreción del propósito de la organización en contribuciones para los principales grupos de interés (clientes y empleados, sociedad, accionistas, proveedores…). Responden a las preguntas: ¿Para quién(es) existe nuestra empresa? ¿Qué compromisos adquirimos con ellos?

De la cabeza a las manos

Una vez definidas las misiones, entran en juego los objetivos, entendidos como un medio necesario para realizar las misiones. Una misión sin objetivo es una misión muerta, y un objetivo sin misión es un objetivo ciego. Los objetivos deben ser ambiciosos y realistas, pero sobre todo alineados con las misiones.

Dirección por misiones | UIC
Dirección por misiones | UIC

Para transformar el mundo empresarial

Durante las últimas dos décadas, la dirección por misiones ha ido ganando presencia en el mundo empresarial. Su aplicación, tanto a nivel de empresa como de equipos o personas, se ha ido expandiendo a varios países y organizaciones de diferentes tamaños y sectores, fomentando un enfoque más humano, ético y trascendente en la gestión empresarial.

En nuestra experiencia e investigación, hemos constatado que el poder de transformación de la dirección por misiones es mayor cuando se desarrolla de forma integral: en la empresa, en los equipos y en las personas conjuntamente. Por el contrario, su efectividad disminuye cuando se implementa parcialmente.

En definitiva, la dirección por misiones ofrece a las organizaciones una nueva forma de hacer realidad el propósito corporativo. Pero para que sea efectiva, debe emanar del corazón de cada individuo. La dirección por misiones no puede imponerse: ni a las empresas, ni a los equipos, ni a las personas. Es siempre el resultado de una decisión libre y voluntaria que se actualiza a diario.

En la práctica, los resultados de la dirección por misiones pueden superar los de la dirección por objetivos, pero para llegar es necesario hacerlo a través de la ilusión y el convencimiento personal, que es donde se encuentra el verdadero corazón del management.

Més informació
Maldito 'revenue management'
'Management' para superhéroes: entre la ficción y la magia
Los retos del 'management'
Hoy Destacamos
Lo más leido