Júlia es empresaria. Acostumbra a ir al trabajo con un conjunto que se asimila mucho al clásico vestido de hombre. Es decir, con una americana y unos pantalones o una falda del mismo color. Sirve de comodín porque es adecuado tanto para el invierno como para el verano, pero esto no evita que durante los meses de más calor necesite buscar alternativas más cómodas para sobrevivir. Porque ser directiva y no perder el estilo con 40º grados de temperatura es todo un reto.
La suerte (o no) es que hoy en día tenemos aires acondicionados y calefacciones que mantienen las oficinas a temperaturas más o menos estables a lo largo del año. Por eso el especialista en moda e imagen Laura Costa, con más de 25 años de experiencia en el sector, recomienda tener un buen fondo de armario con piezas atemporales: "Son piezas que por forma, diseño, color o tejido se pueden traer en cualquier época del año".
Más allá del conjunto con americana
Probablemente, pensar en este tipo de ropa apto para cualquier momento significa ver camisas, pantalones largos y americanas. Es el recurso más fácil, por supuesto, a pesar de que no es la única opción.
Costa: "Ahora se buscan 'looks' más 'casual chic' que aporten comodidad y distinción"
"La indumentaria femenina ha cambiado mucho en los últimos tiempos, especialmente en Barcelona", apunta Costa, "el clásico vestido que tanto se asemeja al de hombre ya no se trae tanto, se buscan looks más casual chic que aporten comodidad y distinción". El secreto, dice, es ser "creativa" y combinar piezas como una americana oscura con unos texanos de lujo o satinados.
Eso sí, la chaqueta no tiene que ser gruesa: "El mejor es un género fino con un top debajo en vez de una blusa o un jersey. Así, no habrá que sacarse la americana porque no dará calor dentro de la oficina. Se puede combinar con unos pantalones casuales o una falda más vaporosa". De este modo, cuando se sale a la calle, es tan sencillo como sacarse la americana, el que no desentonará porque el entorno y el contexto ya no serán de trabajo.
Una alta opción que menciona la experta es recurrir a el habitual vestido camiser, el que "da formalidad porque tiene un cuello que imita la camisa masculina". Siempre vigilando, pero, la longitud, como pasa con las faldas. No tienen que ser demasiado cortas, como tampoco las camisetas y tops pueden ser demasiado escotados, ni llevar piezas con transparencias. "Son unas normas bastantes estándares, a pesar de que al final depende de la empresa donde se trabaje", añade.
Color y tejido: punto importante
Los géneros tienen que ser siempre suaves, hasta y que tengan caída porque no afecten la temperatura corporal. Por este motivo Costa prefiere evitar los sintéticos y los poliésteres y opta por el algodón, el punto de seda o el lino, que también aportan elegancia.
Combinar colores claros con piezas más oscuridades aporta formalidad al conjunto
En cuanto a los colores, la tendencia es optar por los más claro. Sin embargo, recuerda que combinarlos con piezas más oscuridades -"como el moratón o gris noche, granado, piedra o turquesa oscuro"- hace que pasen de ser conjuntos más casuales a tener cierto punto de formalidad.
Complementos y peinados que hacen verano
Los collares, pañuelos y calzado tienen que ser aliados de las ejecutivas que no quieren perder su estilo. "Si tenemos un vestido camiser y lo ponemos con unos zapatos con tonos claros y que enseñen un poco los dedos, un fular y una bolsa veraniega, y un collar con colores, convertimos un vestido atemporal en un buen look para los meses de calor", detalla.
Costa: "Es importante ser esmerado y optar por detalles que sumen y no resten a la imagen global de la persona"
Con el cabello se tiene que seguir una norma similar: "Es mejor optar por un recogido y evitar las colas o las pinzas. Un monyo estilo años 50 y 60 dan estilo y son cómodas". Y es que, recuerda Costa, "es importante ser esmerado y optar por detalles que sumen y no resten a la imagen global de la persona".
Errores que no se tienen que cometer
El especialista, habituada a formar plantillas de empresas de todo tipo, asegura que hay poca conciencia sobre el poder de la imagen. Un protocolo que se tendría que seguir incluso en agosto, cuando asegura que la tendencia "a relajar tensiones hace que la gente pierda un poco los principios".
Por lo tanto, también en los meses de verano están prohibidas las faldas cortas, los shorts o las xancles.