El banco lungomare es uno de los productos más especiales de Escofet
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Escofet, 130 años en el tierra de Barcelona

Todo el mundo ha pisado los pavimentos de la empresa de Martorell que ha producido el popular panot de la capital catalana o los tierras de las Ramblas

Escofet 1886 es una empresa de producción de pavimentos de interior y exterior y de elementos constructivos para arquitectura y mobiliario urbano. Todos hemos pisado Escofet si hemos andado por las Ramblas de Barcelona o por el Paseo de Gràcia. En general por cualquier calle de Barcelona, puesto que Escofet es autor del famoso panot barcelonés. Con una facturación anual de 12 millones de euros y una plantilla de 80 trabajadores, la empresa de Martorell es uno en lo referente al tierra, paredes y farolas de nuestras calles y parte del extranjero.

El arquitecto Enric Pericas Bosch es el gestor de diseño de Escofet, donde trabaja desde el 2002. Tal como explica Pericas, Escofet ha ligado su historia al talento de diseñadores y arquitectos a lo largo del tiempo. De hecho, Escofet es una de las empresas que patrocina el Museo del Diseño de Barcelona y es considerada una de las empresas industriales de referencia.

Una huella de 130 años

La alcurnia de los Escofet se inicia con el abuelo de la familia, en Jaume Escofet y Milà, originario del Puente de Armentera. La casa Escofet se funda el 1886 en un momento de fuerte expansión en Cataluña de las industrias derivadas del cemento. Escofet y su suegro, Teòtim Fortuny apuestan por la nueva industria del mosaico hidráulico. De buen comienzo viajan a Francia, donde ha arraigado este negocio fuertemente: de allá llegan las prensas y pigmentos necesarios para la empresa. Escofet, Fortuny y Compañía participan en 1888 en la Exposición Universal de Barcelona donde recogen ya un premio por sus diseños.

"Uno de los grandes disparos diferenciales de Escofet es que desde el primer momento se alió con los autores por sus diseños", apunta Pericas, "siempre sumado talento externo: todos los grandes arquitectos o dibujantes de la época tienen sus diseños en un catálogo de Escofet". En sus catálogos hay diseños de Lluís Domènech y Montaner o Alexandre de Riquer e incluso Antoni Gaudí, que diseñó el mosaico hexagonal para el interior de la Pedrera y que a los 90 pavimentaria el Paseo de Gràcia. "El genio Gaudí innova en el sector y en vez de trabajar con el color se inventa un producto con relevo, totalmente innovador a la época", explica el directivo.

El panot hexagonal del Passeig de Gràcia dissenyat per Gaudí i produit per Escofet

El panot hexagonal del Paseo de Gràcia diseñado por Gocé y produit por Escofet | iStock

El panot hexagonal del Paseo de Gràcia se colocó por las fiestas de la Merced del año 1997. El Ayuntamiento encargó a Escofet la producción de la baldosa. El original de dentro de la casa Batlló es en relevo, pero desde la empresa propusieron hacer el nuevo pavimento de la vía barcelonesa con sotarelleu para que la erosión no borrara el dibujo, que representa el fondo marino con tres criaturas marinas que se reparten el panot en tres partes iguales.

Escofet crece con la explosión del Ensanche de Barcelona y pavimenta los tierras de los palacios burgueses. Escofet ofrecía en aquella época un producto, por lo tanto, de lujo, pero también de gamas más bajas. Así mismo, la firma fue pionera en la exportación de sus tierras al extranjero: entre el 1910 y 1915 enviaban baldosas en Cuba y Puerto Rico y en Sudamérica.

La compañía ha tenido también una estrecha relación con el espacio público desde un buen principio. Cuando el Ayuntamiento convocó un concurso para "acabar con la historia de can fanga" y enladrillar toda la ciudad, Escofet se presentó. La empresa propone seis modelos con geometrías muy sencillas y gana el concurso el 1906.

La firma introduce el hormigón vibroprensat en el Estado español y reafirma la presencia de la compañía a la ciudad condal con pavimentos tanto significativos como el de Las Ramblas, diseñado por Adolfo Florensa el 1968. "Muchos paseos marítimos de España y calles mayores de todo el país están hechos con esta patente", explica Pericas. El otro gran vestigio de Escofet en Barcelona es la plaza de España, que también es del mismo material. Durante veinte años el vibrazo fue de Escofet y en esta época la casa acometió el gran crecimiento, con fábricas en Sevilla, Madrid y Barcelona.

Del tierra a la pared

Durante los años 70, los paneles de cierre de fachadas de cemento armado abren la actividad de la compañía al mundo de la edificación, generando una serie de capacidades técnicas y projectuals para la prefabricació de elementos de construcción. La firma se adentra en el hormigón arquitectónico con la Banca March en Mallorca como elemento representativo. Del tierra a la pared. "Uno de los proyectos más antiguos son los prefabricados industriales para el interior de la Sagrada Familia", apunta.

La tercera pata de Escofet se construye durante los años 80: el mobiliario urbano. La primera colección de esta línea son los bancos modulares de Ramón Benedito y Josep Lluscà. Y a partir de aquí la lista de arquitectas que han firmado productos con Escofet es larga. Esta línea de negocio representa actualmente el core de Escofet con un 75% de la facturación total.

Y llegaron las olimpiadas y la Expo de Sevilla. La anilla olímpica, el puerto olímpico y el pavimento de la Cartuja es de Escofet. La empresa crece desmesuradamente y a final del año 1992 tienen que echar la mitad de la plantilla. La crisis golpea tan fuerte Escofet que tienen que cerrar las fábricas de Madrid y Sevilla.

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La cuarta generación de la familia, Emili Ferrer Escofet, con ayuda de la ICO y Cementos Molins -Escofet es en un 35% de la multinacional- consigue reconducir la situación apostando por los elementos urbanos. La plataforma de buzo de Barcelona, con un gran éxito en otras muchas ciudades del Estado, ayudó en este saneamiento. Una cooperativa de 12 extreballadors se quedan con el negocio de tierras y pavimentos de Escofet durante 20 años.
La plantilla se redujo hasta 26 trabajadores. El año 2001 la firma facturaba 10 millones de euros. El negocio revivió hasta el año 2011, cuando se derrumbó de nuevo. Sólo los pedidos exteriores frenaron la crisis mundial. La última generación de Escofets que dirigió la empresa fue la quinta con en Marcos López Antiguo, hasta el año 2015. El nuevo director general de la compañía, Andreu Gomà Amat, ya no es de la familia desde el 2016, cuando el consejo de administración decide profesionalizar la dirección de la firma.

"Gomà entra en un momento delicado para la empresa, ya hacía unos años que encadenábamos pérdidas, pero se está reconduciendo la situación y se nota el cambio", apunta Pericas. En esta última etapa, la empresa ha añadido una cuarta línea de negocio: iluminación urbana. El 2013 compra la empresa DAE, una empresa dedicada al alumbrado.

Smart city y exportar fachadas

"Ahora somos una empresa global que ofrece desde pavimento a elementos tecnológicos y de smart city del mobiliario urbano", explica Pericas. Todo pensado y ensamblat en Martorell.

Con una plantilla de 80 trabajadores y siete filiales internacionales, Escofet exporta además de 40 países, sobre todo Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón y los países árabes. La empresa factura 12 millones de euros anuales, de los cuales el 60% se vende al exterior y el resto se queda al mercado europeo. A la vez, el total del volumen de negocio se lo reparten a medias la administración y los proyectos privados. "Siempre hay dos años antes de las elecciones que tenemos muchos pedidos, en cambio el cliente lineal es mucho más lineal", puntualiza.

El futuro de Escofet, apunta el portavoz, es "la exportación de fachadas", debido a la especialización de la firma y la complejidad de este tipo de trabajos, que tienen un peso de un 20% en la facturación anual. "Hasta hace poco tiempo esta división sólo trabajaba en castellano y ahora ya trabaja en inglés", ríe el directivo. Así mismo, el alumbrado también, "pero en un ámbito más local". Eso sí, "Escofet crecerá vendiendo el extraordinario, haciendo piezas complejas y difíciles y tomando riesgos, no haciendo bancos sencillos, todo el mundo ha aprendido a trabajar con hormigón".

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