
Aurelio Moles Garcés era un perfumista que emprendió su propio negocio en una habitación en el barrio de Les Corts de Barcelona. Era 1953 y sólo utilizaba una pequeña balanza y las probetas y botes con las materias primas para crear nuevas fragancias. Es el origen de Esencias Moles, que setenta años después es un referente internacional en el mundo de las fragancias, con presencia en más de sesenta países y unos veinte millones de euros de facturación.
"Nuestra obsesión es ser un referente en creación, innovación tecnológica y calidad", resume Alex Moles, director general y tercera generación de la empresa.
De una pequeña habitación a un gran laboratorio
Aurelio Moles creaba sus propias fragancias y las distribuía por Catalunya y el Estado español en el ámbito de la perfumería y la jabonería. "No había muchas más aplicaciones para las fragancias", explica Àlex Moles, que reivindica que hoy en día los olores juegan un papel imprescindible en muchos productos que utilizamos.
"Las fragancias van dirigidas hacia uno de los sentidos del cuerpo humano, muy relacionado con la memoria y las emociones. Estamos hablando de un valor añadido subjetivo, que también nos ayuda a poder hacer los productos más atractivos y más agradables y crear marca", enfatiza.
El negocio de Aurelio fue creciendo y con los años se trasladó a un local de dos plantas, donde ya había más espacio dedicado a la producción y a las oficinas. Hasta que en los años 80 se dio el salto definitivo a Cervelló, en una nave donde Esencias Moles ha ido basando su expansión y hoy en día cuenta con una planta de 6.000 metros cuadrados.
De Cervelló al mundo
"Siempre hemos mirado mucho a la internacionalización", subraya Àlex. Un punto clave fue en los años 90, cuando la familia Guirro entra en la empresa y pone a Latinoamérica y Oriente Medio y el norte de África como objetivos preferentes. Entonces, Esencia Moles ya trabajaba en los cuatro grandes ámbitos que mantiene: perfumería fina, higiene personal, ambientación y productos de limpieza.
Àlex destaca que tomaron la internacionalización con el convencimiento de que su producto tendría éxito por todo el conocimiento acumulado, la calidad y su forma de trabajar. Y así ha sido hasta el día de hoy, con centros de producción propios en Argentina y Uruguay y ventas en más de sesenta países desde el Caribe hasta Asia.
Moles: "Uno de nuestros valores es la escucha activa al cliente"
Esencias Moles se ha destacado siempre por ofrecer un servicio muy personalizado a sus clientes, entre los que se encuentran las grandes marcas de productos de limpieza, jabones, perfumes o ambientadores que podemos encontrar en cualquier supermercado. "Uno de nuestros valores es la escucha activa al cliente", apunta Àlex, que lo resume de manera concisa: "Hacemos de las necesidades de los clientes, nuestras necesidades".
Como Esencias Moles no es una marca visible, tienen claro que el éxito de sus clientes es su éxito: "Esto hace que la relación sea muy estrecha". A este talante se le suma la apuesta continuada por la innovación, la investigación y el desarrollo, también colaborando con universidades y centros de investigación. Todo ello para ofrecer soluciones y fragancias personalizadas a cada cliente y para cada país, ya que cada área geográfica tiene unas tendencias olfativas diferenciadas. Para Àlex Moles, este apoyo a todo tipo de clientes, es un "lujo" de su trabajo.
El perfumista
Aunque han pasado siete décadas y el mundo ha cambiado mucho, el oficio del perfumista, como lo era Aurelio Moles, se mantiene valorado en la empresa. "Tenemos unos perfumistas que son unos artistas", celebra Àlex. No sólo deben crear fragancias, sino que deben entender las necesidades de los clientes, los gustos de los mercados, las regulaciones y los costes: "Es una mezcla muy compleja".
"El sector es fantástico, porque podemos tener incidencia y ayudar a muchas marcas a posicionarse mejor", concluye Àlex, que tiene claro que las fragancias son maravillas que evocan recuerdos y emociones" en todo el mundo.