Financiar la cultura sin subvenciones

Agentes del sector privado animan creadores y gestores culturales a presentar proyectos con valor y viabilidad para atraer mecenas del mundo empresarial

Los proyectos culturales están "acostumbrados" a encontrar el apoyo de subvenciones y ayudas económicas procedentes de las administraciones públicas. Ahora bien, como lo pueden hacer para implicar en sus proyectos al sector privado? Iniciativas como la Fundación Cataluña Cultura, plataformas de crowdfunding como Verkami, agrupaciones de inversores como el Business Angels Networks Cataluña (BANCO) o las fundaciones de entidades bancarias son algunas de las vías que los creadores y gestores culturales pueden explorar a la hora de encontrar apoyo económico.

En todos los casos, pero, hay que presentarse con un proyecto muy definido, estructurado y con cierta viabilidad. Estos son algunos de los consejos que han dado los agentes del sector privado en una mesa redonda celebrada al Conservatorio del Liceo en el marco de la 3a Jornada Más Cultura de la UIC.

"El sector cultural es el último a sumarse al carro de la financiación privada", cree Juan Mezo. El director de Valores&Marketing y expresidente de la Asociación Española de Fundraising considera que la cultura "tiene que hacer un cambio de paradigma y aprender a desarrollar el 8è arte, el arte de pedir". Por Mezo, este "arte de pedir", el arte de buscar fondos económicos, pasa obligatoriamente por "un proceso de involucrar personas", ya sean empresarios o gente de la calle. Por eso hay que hacer proyectos atractivos y con valor y, especialmente, saber encontrar el público al cual van dirigidos.

En busca de mecenas y mentores
Para encontrar empresarios que quieran convertirse en inversores mecenas se pueden buscar Business Angels interesados en el ámbito cultural. En esta línea hay BANCO, el Business Angels Network Cataluña, una institución privada que pone en contacto inversores privados y emprendedores que buscan financiación.

Foto: Judith Vives


"Los business Angels ofrecen capital pero también conocimientos, puesto que son personas con mucha experiencia en el mundo empresarial, y también contactos y confianza", explica David Gómez, responsable de Marketing y Comunicación de la entidad. Por Gómez, el más importante es que los creadores y gestores aprendan a comunicar su propuesta de valor y explicar por qué el proyecto es rentable.

Una alternativa en esta línea es la Fundación Cataluña Cultura. La entidad nació como resultado de la unión de diferentes empresas comprometidas con la cultura con el objetivo de crear nuevas oportunidades de encuentro, colaboración y financiación entre el sector cultural, el ámbito empresarial y la sociedad civil.

"No distribuimos fondos económicos, sino que funcionamos como conectores para ayudar el sector cultural a encontrar un patrocinador o un mecenas", explica la directora ejecutiva de la Fundación, Gemma Senda. La fundación ayuda el sector cultural a "vender" el proyecto ante el empresariat y, por eso, priorizan que sean proyectos estructurados y viables en un futuro.

En caso de estar en fases más iniciales del proyecto, Sendra recomienda pedir el apoyo de Barcelona Activa o bien recurrir al crowdfunding.

Una comunidad de micromecenes
Verkami es hoy una de las plataformas de micromecenatge más conocidas y la que registra un porcentaje de éxito más elevado del mundo, asegura su cofundador, Jonàs Sala. Especializada en proyectos creativos y culturales, la plataforma prioriza proyectos finitos y maduros, es decir, que se concreten en la creación de una pieza o acontecimiento y que ya estén fuerza desarrollados, no en fases iniciales, para poder garantizar a los mecenas que el proyecto saldrá adelante.

Sala defiende que el micromecenatge ha permitido democratizar la cultura puesto que "por pequeño que seas, si encuentras tu público puedes salir adelante". Además, enumera las ventajas de optar por este tipo de financiación: "se elimina el riesgo asociado al proceso de producción cultural y se crea una comunidad alrededor del proyecto que en muchos casos se fidelitza. Tenemos creadores que ya han hecho ocho o nuevo proyectos con nosotros", dice Sala.

Una tercera opción para conseguir que el sector privado se implique en la creación cultural pasa para trucar a la puerta de instituciones bancarias cómo, por ejemplo, la Fundación Banco Sabadell. Su directora, Sònia Mulero, explica que la entidad se fija en proyectos maduros de entidades que ya tengan cierto reconocimiento y, sobre todo, "que tengan sentido dentro de nuestro plan anual de actuación". Los proyectos que relacionan cultura y educación, que son innovadores y que tengan un impacto futuro son los más muy valorados por la Fundación Banco Sabadell, añade.

Foto: Judith Vives


Proyectos de futuro y casos de éxito
Hoy, el sector privado recibe principalmente proyectos relacionados con festivales de música, residencias de artistas y plataformas digitales, mientras que las plataformas como Verkami ven como aumentan los cómicos, los juegos de mesa y también proyectos relacionados con ciertos movimientos, como el feminista o el de apoyo a los refugiados.

Los agentes privados creen que los proyectos innovadores, los que propongan nuevas experiencias más que ofrecer un producto tradicional (por ejemplo, un libro o un disco) y los que sepan unir diferentes proyectos en uno sólo son los que tienen más posibilidades de encontrar financiación.

Algunos casos de éxito demuestran que el sector cultural puede encontrar grandes aliados en el sector privado. El festival In-edit Beefeater de cine documental es un ejemplo. Nacido hace 14 años, no fue hasta la tercera edición que obtuvo apoyo público. En cambio, la marca patrocinadora se implicó desde el primer momento y el festival le agradeció "" con una acción de naming , es decir, bautizando el festival con el nombre de la marca patrocinadora. Hoy, In-edit tiene sede en seis países y convoca unos 100.000 espectadores.

Una iniciativa mucho más joven es la del cine cooperativa Zumzeig, que reabrió sus puertas como cine de autor al barrio de Sants hace seis meses gracias a las aportaciones recogidas vía Verkami y también a los carnés de los socios. Un caso cercano al de la compañía Roger Bernat, que se basa en la colaboración de productores, teatros y festivales para salir adelante sus piezas de teatro participativo. O el de la plataforma de información cultural Surtdecasa, que ha contado con el apoyo de la Fundación Cataluña Cultura.

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