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Gramagraf, la empresa salvada por los trabajadores

Después de cerrarse al local para evitar que se llevaran las máquinas, los empleados pidieron un préstamo personal para salir adelante esta firma de artes gráficas

Los trabajadores de la cooperativa Gramagraf, nacida hace 30 años. Cedida
Los trabajadores de la cooperativa Gramagraf, nacida hace 30 años. Cedida
Barcelona
31 de Octubre de 2017

El año 1985, la empresa Gráfica Renacimiento entró en quiebra y cerró, dejando todos sus trabajadores en la calle. Pero los trabajadores de la imprenta no se quisieron quedar con los brazos cruzados y decidieron quedarse con la empresa y montar la cooperativa Gramagraf. "Después de meses sin cobrar y cuando vimos que a la empresa cerraba y que venían a embargar las máquinas, optamos para hacer algo", recuerda Rosa Ripoll, una de las socias fundadoras de Gramagraf y trabajadora de Gráfica Renacimiento.

 

Ante esta situación, los trabajadores empezaron a organizarse de diferentes formas: por un lado, una veintena de empleados se cerraron al local de la empresa situado a Santa Paloma de Gramanet para evitar que se llevaran las máquinas y, por otra costado, empezaron todos los trámites para fundar una cooperativa.

"Al final, cada uno de los socios pedimos un préstamo personal al banco, con el cual conseguimos hacernos depositarios de las máquinas y abrir un nuevo local en Badalona donde iniciar la actividad de Gramagraf", explica Ripoll.

 

Treinta años del nacimiento de la cooperativa

Hoy en día, Gramagraf cuenta con una plantilla de 22 trabajadores, de los cuales 17 son socios de la cooperativa. Gramagraf se dedica a las artes gráficas. En sus inicios era una imprenta òfset, pero con el cambio tecnológico se han ido incorporando nuevas líneas de negocio, como son la impresión digital y el gran formato. "El òfset son impresiones de querencias grandes de revistas, libros o folletines, mientras que el digital es por querencias cortas y el gran formato son impresiones como vinilos, letreros, lonas o roll-ups", explica Angela Puiggermanal, socia de la cooperativa.

El principal mercado de Gramagraf es Cataluña, a pesar de que también tiene clientes en Francia, Bélgica y Suiza

 

El principal mercado de Gramagraf se encuentra en Cataluña, a pesar de que también tiene clientes en países de habla francesa como Francia, Bélgica y Suiza. El 8% de la facturación de Gramagraf proviene de la exportación a estos países. La cooperativa vende tanto a otras cooperativas como multinacionales que necesitan algún tipo de impresión, sean memorias internas de la empresa o cualquier impresión por publicidad. Además, también sacan provecho de las ferias que se celebran en Barcelona, puesto que muchos de los participantes acuden a la cooperativa a imprimir folletines por las ferias.

Entre los clientes más importantes con los cuales cuenta la cooperativa se encuentran Transportes de Barcelona, Bimbo, Miquel Alimentación, Volkswagen, el Hospital San Juan de Dios y el Aquarium de Barcelona, entre otros. 

Gramagraf consiguió llegar a una facturación que rondaba los 6 millones de euros. Aun así, a raíz de la crisis económica del 2007, la facturación bajó hasta los 1,7 millones de euros durante los años de recesión. "Ahora estamos alrededor de los 2 millones de euros de facturación, perovemos difícil recuperar el nivel de antes de la crisis; el que sí que podemos es llegar a los 2,5 o 3 millones de euros en los próximos años", apunta Puiggermanal.

La cooperativa busca ahora potenciar las líneas de negocio de gran formato y digital, puesto que "actualmente no llega al 20% de la facturación, la mayoría proviene de la òfset", señala Puiggermanal. "Queremos potenciar esta parte del negocio porque sabemos que aquí hay recorrido", añade.

Participación de todos los trabajadores

"Por mi experiencia trabajando en diferentes empresas, trabajar en una cooperativa es muy diferente: es muy cercana y hay mucha más comunicación y transparencia entre los trabajadores", explica Puiggermanal. Las cooperativas tienen una gerencia, igual que una empresa, y también un consejo rector formado por unos cuántos socios. El que diferencia la cooperativa es que el consejo rector tiene que traer las decisiones a la asamblea porque las apruebe. "Cuando son temas importantes, como inversiones o un cambio estratégico, se trae a la asamblea, formada por todos los socios y dónde también van los trabajadores", señala Puiggermanal. "Nosotros damos voz a los trabajadores porque puedan dar su opinión, pero no tienen voto a la asamblea", añade.

Puiggermanal: "Los trabajadores de la cooperativa pueden assitir a las asambleas, los damos voz pero no voto"

 

En la asamblea, cada socio tiene un voto, independientemente del importe que haya aportado. Cada vez que entra una persona como trabajador, no entra directamente como socio, sino que se los hace un contrato de uno o dos años y después pueden decidir si entran a la cooperativa como socio o siguen como empleado. Este fue el caso de Angela Puiggermanal, que entró a trabajar en 2009 en la cooperativa y pasó a ser socia el 2011.